Salif Keita |
P.- Su vida ha estado condicionada por su albinismo. La música fue su refugio. ¿Hubiera sido músico de no ser por esa circunstancia?
R.- Eso es difícil de contestar. Yo lo que puedo decir es que hice lo que tenía que hacer en las circunstancias en que me encontraba cuando era adolescente. Desde entonces he tenido la suerte de que mi música ha llegado a muchas personas en todo el mundo y de que he podido usarla como vehículo para abogar por las personas que viven con albinismo en toda África y otras causas que me apasionan.
P.- Eso le ha llevado incluso a crear una fundación. ¿En qué trabaja?
R.- Tratamos de ayudar a tantos albinos como nuestros limitados recursos nos permitan. Especialmente, para afecciones de la piel y cáncer de la piel que son un resultado directo de la exposición al sol. Actualmente, estoy enfocando todos mis esfuerzos en el fin del asesinato y la persecución de los albinos por razones supersticiosas. Aún se dan en muchos países africanos, incluyendo Mali, Malawi, o Tanzania. También para la recaudación de fondos para un hospital para niños albinos en Bamako. Y la campaña por el trato humano a los migrantes africanos y el fin inmediato de la explotación sin escrúpulos de su situación, liderada por la Cruz Roja.
P.- Pese a esa dura situación su música suena luminosa y positiva.
R.- Absolutamente. Sí, quiero que todo el mundo sienta las vibraciones de África. Los medios de comunicación han estado tradicionalmente pintando una imagen de África que es demasiado negativa. Me gustaría ayudar a cambiar eso con mi música...
Javier Becerra. La Voz De Galicia, miércoles 17 de abril de 2019
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