lunes, 7 de septiembre de 2020

Blanco en blanco. El pesimismo del fotógrafo

Fotograma de Blanco en Blanco
El fotógrafo, un artista, llega a un remoto lugar de Tierra del Fuego e intuimos que ignora cuanto cambiará su vida. Será su cámara la que levante acta notarial de lo que allí ocurre en los albores del siglo XX. Es más: en algún momento hasta se lo recordarán, porque de no ser por sus placas el mundo nunca sabría lo que de bueno -eso creen quienes les pagan- están realizando allí los mercenarios del terrateniente, siempre armados. Ese profesional buscará la luz y el encuadre adecuados, pues tiene la capacidad de manipular la percepción visual, sea para mejorarla o para empeorarla. Dos fotos abren y cierran la trama con el denominador común del ser humano y las consecuencias de sus acciones en un ambiente de absoluto pesimismo. La primera de ellas, con pretensiones artísticas  y en interiores, será una niña que pronto será la esposa del amo. Fascinado por su belleza, y lamentando el destino de la pequeña, intentará captar la inocencia de su mirada. En la de cierre, se esmerará con desespero en la preparación del encuadre antes de que la noche se cierna sobre un espacio de muerte. 
Segundo filme del guionista y director chileno Théo Court, premio Fipresci en Venecia y La Habana, además de otros reconocimientos, sostenido a su vez sobre un gran trabajo de cámara del documentalista José Angel Alayón, que contribuye a transmitir una sensación inquietante, de atmósfera turbia, de violencia latente. Son tiempos de colonización depredadora, de una clara voluntad de alterar el orden natural de las cosas, el equilibrio de los territorios y sus moradores para derivar en un genocidio indígena, como tantos otros a lo largo de la historia. El poder avasallando al más débil por la fuerza de las armas y la anulación de la dignidad. Blanco en blanco reivindica la pureza del cine, con un tempo narrativo descontaminado de los estándares actuales, dando aire a los personajes para que desarrollen sus instintos, y añadiendo una austeridad emocional que permita al espectador tomarse su tiempo sobre ellos. Eso que llamamos civilización nació sobre bases maltrechas, eso queda claro.

Miguel Anxo Fernández. La Voz de Galicia, miércoles 5 de agosto. 

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