En 1985 ocurrieron varios acontecimientos que, conscientemente o no, marcaron la vida del cineasta francés François Ozon. Aquel año murió Rock Hudson, el primer famoso mundial que moría a consecuencia del sida . Y aquel año Ozon leyó la novela del inglés Aidan Chambers que sirve como base de Verano del 85, que le dejó la suficiente marca como para que durante décadas elucubrara con adaptarla. "Contaba una historia de amor en la que poco importaba que sus protagonistas fueran dos chicos. Esa normalización me fascinó, no era habitual en los ochenta", confiesa el director que, sin embargo, no alteró el nombre original de la novela (Dance On My Grave ) al trasladarla al cine por las razones precedentes, sino por un detalle más banal."La canción In Between Days, de The Cure, es de julio de 1985. Y necesitaba incluirla en el filme. Más tarde descubrí los otros detalles que confirmaban mi elección de 1985", cuenta.Verano del 85, que se estrena comercialmente en España el 9 de octubre, concursa en el festival de San Sebastián con el sello de Cannes. Es más, en Francia ya llegó a los cines el pasado 14 de julio y tuvo gran éxito. "Probablemente, porque nos recuerda un tiempo en que te podías abrazar y besar libremente, sin mascarillas anticovid, o incluso sin el miedo a contraer el sida, otra gran pandemia; era otro mundo, desde luego uno mejor que el actual", cuenta de forma algo melancólica el director. Alex es un chaval de instituto en un pueblo de la costa normanda que se enamora de David, algo mayor que él, que trabaja en una tienda de antigüedades y recueros turísticos. El choque es impetuoso desde su inicio: por su mutua fascinación, por sus diferencias de clase, por el calor interior y exterior que provoca el verano. También, porque el espectador recibe en el primer minuto un aviso: va a haber una muerte...G. Belinchón. San Sebastián. El País, domingo 20 de septiembre de 2020.
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