miércoles, 23 de septiembre de 2020

Un tigre con apariencia de un lindo gatito

Tadej Pogacar. (Stephane Mahe/Reuters)

Que Tadej Pogacar era un ciclista excepcional en casi todos los sentidos lo descubrió su entrenador el alavés de Laguardia Íñigo San Millán, un día de mayo de 2019, en la Vuelta a California. La víspera de la etapa reina atacaron en un repecho Higuita y  Bennett, dos de los más fuertes, y Pogacar no les siguió, se quedó en el pelotón que en el descenso los alcanzó. Sorprendido por su pasividad, San Millán le preguntó si no se sentía bien, que qué extraño que los dejara ir, y Pogacar, todo sonrisas, todo calma siempre, le respondió que no, que estaba perfecto, que simplemente había preferido quedarse en el pelotón,  para ver la cara de los demás favoritos, oír su respiración, observar sus gestos. "Así ya sé quién está bien y quién está mal", le dijo a San Millán, tan sobrado a los 20 años. "Y solo están bien, justamente, Higuita y Bennett, los que atacaron". A ambos les vigiló y les derrotó al día siguiente en el Monte Baldy. 

"Como ya sabíamos que físicamente era tremendo, con la fisiología excepcional de una bestia , ese detalle ya nos confirmó que su fuerza mental era tan grande, por lo menos, si no más", añade San Millán, que conoce todos los secretos del organismo del ganador del Tour más joven desde 1904, el segundo más joven de la historia. Pogacar cumple hoy 22 años, y carga con una biografía de apariencia tan plana, una vida tan normal, que cuesta entender cómo ha podido concebir tal elemento engañoso, tal tigre con apariencia de ronroneante gato doméstico..."y es un joven de apariencia despreocupado, muy tranquilo, que ataca porque quiere ganar  y no tiene miedo a perder. Mientras otros temen explotar, el pasa de ese miedo, es su valentía y se aprovecha".

Es hijo de una profesora de francés y de un diseñador industrial de Komenda, a 20 kilómetros de Liubliana, la capital de Eslovenia, un país de dos millones de habitantes y un tanto por ciento muy elevado de campeones globales, pues están Roglic y Pogacar, y también Luca Doncic, claro. Conoció a su novia, la también ciclista y pianista, Urska Zigart, un 14 de febrero en una concentración de juveniles y con ella vive en un apartamento mínimo en Mónaco, como 40 profesionales del ciclismo más...

C. A. París. El País, lunes 21 de septiembre de 2020

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