jueves, 17 de septiembre de 2020

El espejo de nuestras penas

Pierre Lemaitre
Pierre Lemaitre (París,1951) era un autor de novela negra conocido en Francia. Había creado un personaje muy peculiar: un policía de 1,45 metros de estatura que sufre ataques de cólera. Pero en 2013 ganó el premio Goncourt con una novela diferente, en la tradición picaresca (Nos vemos allá arriba) y adquirió fama en toda Europa. Los colores del incendio fue la segunda entrega y ahora llega El espejo de nuestras penas (Salamandra), ambientada en la primavera de 1940, con los tanques alemanes entrando en Francia.

-¿Duele en su país la escasa resistencia presentada y el Gobierno colaboracionista de Vichy?

-Yo mismo me preguntaba si los franceses querrían oír hablar de eso. Me preocupaba la reacción, pero creo que los hechos han prescrito. Hace mucho que no se publica nada sobre este tema y el éxodo de diez millones de personas está poco tratado. Esta es una novela sobre el pánico del éxodo.

-¿Cómo se recuerda esa experiencia del éxodo de diez millones de personas en su propio país?

-Hay algo que quizá se parece a lo que sucedió con la Guerra Civil en España. Son cosas que la generación joven apenas conoce. No ha desaparecido de la memoria, pero los contornos de esas imágenes ya no son muy precisos.

-Por qué algo así está tan poco presente en la literatura? Alguna novela Némirovski  y poco más-

-Es un tema muy poco tratado. La de Némirovski (Suite francesa) es la última gran novela sobre el éxodo y casi la única que ha tenido éxito. No puedo responderle a por qué ha interesado tan poco. Némirovski lo trata de una manera distinta. Lo aborda desde un punto de vista elegante, casi chic, aunque sea terrible decirlo. Ese no es mi planteamiento.

-Han pasado veinte años desde el armisticio y los soldados saben que van a una carnicería.

-La actitud con la que fueron a una guerra y a otra muy distinta. Pero los franceses pensaban que habían ganado la primera guerra y creían que iban a ganar la segunda. Fue un error colosal. No se dieron cuenta de que la Alemania de 1940 no tená nada que ver con la de 1914 y los militares no enteraron.

- ¿Explica eso la escasa resistencia ofrecida?

-Creyeron que sería una guerra de posición, como la primera, un conflicto de trincheras. Solo De Gaulle dijo que no sería así, que sería una guerra de movimiento y los carros de combate lo cambiarían todo. Nadie escuchó. Los militares fueron incompetentes y tozudos, y se mostraron incapaces de cambiar de estrategia al ver que se habían equivocado. Eran imbéciles.

-Sus novelas hablan de célebres episodios históricos pero no aparecen en ellas grandes personajes.

-En la novela histórica los personajes de ficción se encuentran con los reales. Yo no lo hago. No sé si las mías pueden calificar de históricas. Me interesa hablar de la gente corriente, quiero ver la Historia a través de mi mirada...

César Coca. Bilbao/Colpisa. La Voz de Galicia, miércoles 26 de agosto de 2020. 

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