martes, 15 de septiembre de 2020

El loto azul

En 
los tebeos de Hergé solo aparecen dos personajes  reales (si  se considera  
que Tintín, el capitán Haddock, el  profesor Tornasol o la   Castafiore no existen, pero ese  es  otro debate):  Al Capone  y Tchang  Tchong  Yen, un adolescente chino amigo  del  dibujante belga y el héroe  de  uno de  sus álbumes icónicos : El loto azul, el quinto volumen de la serie.

Con este tebeo, publicado originalmente en 1936, despegaron definitivamente las aventuras de Tintín 
entre el público. Su portada, que muestra al joven reportero y a su perro Milú escondidos en un jarrón chino con un dragón enorme sobre un fondo rojo que ocupa casi toda la escena, es tal vez el dibujo más reconocible, universal y reproducido del cómic europeo.

Sin embargo, no siempre fue así: el dibujo original era más sofisticado y colorido, con un fondo más rico salpicado de signos. Su editor Louis Casterman, le dijo que era demasiado caro reproducido en portada y le pidió una ilustración más sencilla. Casi 90 años después de su realización aquel dibujo de Hergé, una mezcla de acuarela, guache y tinta china de 34 por 34 centímetros, acaba de entrar en el mercado y, después de exponerse desde la semana pasada primero en Montecarlo, luego en Bruselas y finalmente en París, se subastará el 21 de noviembre. La sala de subastas Artcurial espera que alcance un precio de entre dos y tres millones de euros que superaría el monto más alto logrado hasta ahora por un original de Hergé (2,6 millones por las guardas de los primeros álbumes, que reproducen 34 escenas diferentes).

"En aquella época, los tebeos de Tintín eran muy caros, el equivalente a 40 euros actuales", explica Eric Leroy, el experto en cómics de la casa Artcurial que en los últimos años ha colocado a precios estratosféricos diferentes originales de Hergé. "Y el proceso de cuatricomía que necesitaba ese dibujo hubiese subido todavía más el precio. Así que Casterman le pidió un dibujo más sencillo y a cambio editó el álbum en un papel blanco un mejor, lo que ahora se ha convertido en un problema porque es muy frágil". 

Hergé aceptó y le regaló el dibujo al hijo del editor, Louis Robert que entonces tenía siete años. Lo plegó y lo guardó en un cajón y allí se quedó hasta 1991, cuando salió a la luz temporalmente para volver a ser olvidado de nuevo hasta ahora...

Guillermo Altares. Madrid. El País, miércoles 22 de julio de 2020.

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