martes, 9 de marzo de 2021

Renoir, el sufrimiento del maestro impreionista

A lo largo de su vida se cree que Pierre Auguste Renoir pintó algo más de 4.000 cuadros que con el paso de los años han incrementado su valor hasta cotas inimaginables. Por ejemplo, en 1900, Sotheby's subastó Au moulin de la Galette  por 78,1 millones de dólares, una de sus obras más conocidas a la par que una de las cifras más elevadas jamás pagadas por este maestro del impresionismo que nació hace 189 años.

Sus orígenes humildes y una madurez con graves enfermedades no fueron impedimento para lograr su sueño. Fue el sexto de los siete hijos de un sastre y una costurera que emigraron a París para liberarse de sus penurias económicas. De pequeño le encantaba pintar con carboncillo las paredes y siendo adolescente simultaneó sus clases gratuitas con diferentes trabajos, entre ellos, aprendiz junto a un pintor de cerámicas baratas, donde coloreaba abanicos y pintaba persianas.

Lise con sombrero de paja

Poco a poco su técnica se fue depurando llegando a realizar magníficos retratos de su musa Lise Tréhot, qu ejemplificó su ideal de belleza femenina en Lise con un sombrero de paja (1884) o Diana (1867), que fueron descartados para la exhibición anual del prestigios Salón de París organizado por la Academia Francesa, el trampolín hacia la fama para cualquier artista. Sin embargo, al igual que les ocurrió a Cézanne o Manet, Napoleón III creo el Salón de los Rechazados para que estas obras pudieran brillar por su belleza. Ese fue el germen del impresionismo.

Finalmente, Renoir exhibió en el Salon en 1868 la obra inspirada en su musa Mujer con sombrilla. A pesar de este logro, a sus veintitantos años aún no tenía dinero ni un techo en el que vivir, por lo que deambuló por los apartamentos de Monet y Sisley. Seis años más tarde se le ocurrió montar la primera exposición impresionistaa a la que acudieron grandes nombres como Degas, Pisarro o Boudin.

A partir de ahí surgieron nuevas amistades en los círculos bohemios de Montmartre, conoció al editor Georges Charpentier quien le presentó a Zola o Flaubert y afianzó su amistad  con Paul Durand-Ruel, que le montó su primera exposición en 1883. Dos años más tarde su vida cambió por completo al nacer su hijo Pierre, fruto de su relación con Aline Charigot, con quien se casaría un lustro después.

Sin un franco ahorrado pagó al doctor  pintándole las paredes de su casa con flores. Y eso que en aquella época Renoir ya había pintado algunos de sus cuadros más célebres (El palco, Baile en el Moulin de la Galette, El almuerzo de los remeros ). Como le pasó a Van Gohg, su gran cotización llegó tras su fallecimiento. Tan solo un dibujo en tinta titulado La danse à la campagne alcanzó en otra subasta los 838.000 euros en 2008.

En 1894 nació Jean, que se convertiría en uno de los cineastas franceses más importantes de la historia, y posteriormente  nació su último hijo, Claude.

Sus últimos 25 años de vida fueron una autentica tortura ya que padeció una artritis reumatoide severa que le obligo a ingeniárselas para seguir pintando. Por ejemplo, le ataban los pinceles a los dedos, sujetaba la paleta entre las rodillas y el borde del caballete o se lo apoyaban sobre uno de los brazos de la silla de ruedas y creó un caballete con poleas para mover los lienzos de gran tamaño.

Su salud empeoró con parálisis faciales, pleuritis, caminaba con bastones y tenía sudoración excesiva que intentaba paliar con balnearios, purgas y ejercicio. Pero al final quedó postrado en una silla de ruedas. Durante todo ese doloroso trance llegó a pintar 400 obras. Murió a los 78 años en 1919 a causa de una neumonía.

Luis Fernando Romo. El Mundo, jueves 25 de febrero de 2021 

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