lunes, 26 de abril de 2021

El género Huppert

Isabelle Huppert

Si ella es la actriz protagonista, la película pertenecerá a un género muy determinado: el género Huppert. Efectivamente Mamá María -horrible título castellano- es un género en sí mismo; una cinta diseñada para ser vehículo de lo mejor -¡ay también de lo peor!- del talento y los trucos de la menuda actriz parisina que con sus casi siete décadas de vida sigue exhibiendo esa capacidad de reinventarse, sin abandonar su característico toque asperger, su escepticismo gestual -perenne enarcar de cejas defensivo- y su energía concentrada.

Sí, vamos a explicarlo, lo de Mamá María va de marihuana. Ya está, hicimos un poco de spoiler. ¿Y qué? El título original se traduciría como La patrona, que se refiere a la reconversión sufrida por el personaje de Isabelle, una intérprete de árabe que trabaja para la policía en escuchas telefónicas, asaltos a pisos de los carteles de la droga y variados interrogatorios policiales. La protagonista que se llama Patience, responde estoicamente a su nombre mientras la ahogan las facturas. Su madres está en un alzhéimer avanzado y la residencia para ancianos "donde la torturan" tiene un precio de escándalo aunque sea como "un corredor de la muerte". Así, si el argumento te lo pone a tiro, es fácil delinquir, cuando se presenta la oportunidad y la necesidad aprieta.  

La película no es nada del otro jueves y menos de un viernes o de todo un fin de semana. Se trata de un vehículo que únicamente gozarán los muy fans de la santa y poco casta diva. Pero las secuencias de Huppert con su madre -maravillosa veterana Liliane Rovèret- valen el esfuerzo de tragarse una trama que ya hemos visto antes, con novatos veteranos trapicheando en la droga. Hay, eso sí, un par de buenas secuencias que juguetean con la estrecha línea que separa al policía del delincuente. Y la cosa funciona en ese campo de batalla: el enamorado de la protagonista es el comandante de la brigada social -encarnado por Hippolyte Girardot-, ciego ante el amor y retado por la actitud siempre chulesca de la heroína. "Gracias por vaciar los bolsillos de los contribuyentes para ayudarme", sentencia sin piedad, la delincuente amateur.

Eduardo Galán Blanco. La Voz de Galicia, sábado 24 de abril de 2021

No hay comentarios:

Publicar un comentario