sábado, 17 de abril de 2021

La resurreción de Notre Dame, un sueño aún lejano

No habrá grandes celebraciones este 15 de abril en Notre Dame. A dos años del incendio que casi destruye la catedral gótica de París, lo principal es acelerar los trabajos para recuperar lo antes posible el emblemático templo, una tarea retrasada primero por la contaminación por plomo que provocó el fuego que casi acaba con ocho siglos de historia y después por la pandemia. Aún así, el presidente Emmanuel Macron, hará una visita rápida a Notre Dame para "dar las gracias a todos los que permitieron salvar la catedral". Y para verificar que el ritmo de las obras permite mantener la fecha de reapertura que fijó la noche del incendio: 2024.

"Reabrir en 2024 sigue siendo el objetivo. Tenemos que conseguirlo y el secreto, pese al plomo y al coranavirus, es avanzar una planificación rigurosa", dijo el sábado el responsable de la reconstrucción, el general Jean-Louis Georgelin, durante una presentación virtual del interior de la catedral. Pero el camino aún es largo. La fase de consolidación no concluirá hasta este verano. En noviembre se logró un hito al concluir el complicado desmontaje de las 200 toneladas de andamio instaladas poco antes del incendio para reparar la espectacular aguja erigida en el siglo XIX por Violet -le-Duc y que las llamas redujeron a un amasijo de 40.000 tubos de metal. De haberse derrumbado se habría llevado por delante la catedral. Pero los andamios nuevos que rodean buena parte del templo son un recuerdo constante de la ingente tarea pendiente. Igual que la gigantesca grúa a uno de sus costados. La impresión se confirma en el interior de la catedral, convertido también en un laberinto de andamios. Continúa la limpieza tanto del gigantesco órgano -que el incendio no dañó, pero que hubo que desmontar y revisar tubo por tubo (y son unos 8.000)- como el resto del templo, que quedó recubierto de partículas de plomo al derretir las llamas el tejado. Un desastre que también contaminó los alrededores de la catedral, con efectos, según algunos, no del todo claros: una ONG acaba de presentar una demanda para que se abra una investigación.

Hasta el verano se tendrán que consolidar además las bóvedas con armazones de madera -como ya se ha hecho con los arcobotantes en el exterior- y extender totalmente, por fin, el denominado paraguas para proteger de la lluvia la catedral hasta que concluyas las obras, según el calendario de la institución pública encargada de la recuperación de Notre Dame. Solo entonces se podrá empezar a hablar propiamente de reconstrucción, aunque ya se han dado pasos importantes. El principal: la de decisión de forma idéntica la catedral, incluida la aguja...

Silvia Ayuso. París. El País, jueves 15 de abril de 2021  

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