jueves, 3 de junio de 2021

Enemigos de la Ilustración

Hace  50 años Antonio Elorza nos deslumbrró con una obra excepcional titulada La ideología liberal en la Ilustración española, que descubría un nuevo mundo, la existencia de un liberalismo temprano en el corazón mismo del absolutismo ilustrado. Ese extramuros liberal, que rechazaba por insuficiente el absolutismo borbónico y proponía soluciones ya claramente rupturistas respecto al Antiguo Régimen, se concretaba en la figura de algunos notables intelectuales: León de Arroyal, Valentín Foronda, José Agustín Ibañez de la Rentería, Luis García del Cañuelo, Francisco de Cabarrús. Pues bien, ese continúa siendo el núcleo de la primera parte del nuevo libro que nos propone el historiador vasco, aunque ahora le añada nuevas piezas y nuevas reflexiones. 

Sin embargo, la máxima novedad de la obra es su segunda parte. El primer libro alcanzaba la fecha simbólica de 1789, aunque algunas de las obras ( las Cartas de Cabarrús, el Pan y toros de Arroyal ) desbordaran esa década. Ahora el autor nos propone analizar las novedades que se introdujeron en este universo ideológico con el estallido y desarrollo de la Revolución Francesa, llevando el análisis hasta un nuevo rellano: 1808.

Son 20 años en que se suceden muchos acontecimientos que amplían el utillaje intelectual y acentúan el carácter radical de las propopuestas de aquellos liberales situados en las afueras del régimen, aunque el autor se centre más en la persecución que van a sufrir tanto los ilustrados como los liberales, convertidos unos y otros en víctimas propiciatorias del clima político instaurado desde el "pánico de Floridablanca" de 1792 (...)

"El año 1789 marca una divisoria en la evolución de la vida política y cultural de España", proclama Elorza al comienzo de la segunda parte. La Revolución Francesa, en efecto, tuvo como consecuencia primera establecer "un riguroso silencio" y después dejar el campo libre a los enemigos de la Ilustración, aquellos identificados en el clásico de Javier Herrero ( Los orígenes del pensamiento reaccionario español, de 1973), que, como en el caso del fanático fray Diego José de Cádiz, camparon desde entonces por sus respetos en su cruzada contra las ideas progresistas... 

La tercera parte se dedica al desarrollo del pensamiento político de Francisco de Goya subyacente en su pintura...

Carlos Martínez Shaw. El País, sábado 15 de mayo de 2021 

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