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Un arce japonés en el parque de Maulévrier. Foto: Gilles Bassignac |
El confinamiento despertó en los urbanitas un intenso anhelo por la naturaleza. Y fue también el inicio de este relato. Gilles había tenido siempre en mente realizar una serie fotográfica sobre el parque oriental de Maulévrier, en su región natural, los Países del Loira, en Francia donde se refugió durante la covid. Diseñado a principios del siglo XX, se extiende a los pies del castillo Colbert, del que fue su jardín. Cayó en el abandonó tras la Segunda Guerra Mundial, hasta que el Ayuntamiento lo compró en 1980. La jungla en la que se había convertido preservaba aún ciertos vestigios en los árboles inclinados sobre el lago artificial. Cuando me uní al proyecto de Gilles, me parecía inverosímil que un parque ubicado en un pequeño pueblo de la campiña francesa necesitase de tantas líneas de tinta para trazar su historia. No obstante, la primera vez que escribí sobre él , el calibrado del texto resultó insuficiente y requerí de más espacio. Para nosotros era extraordinario el entusiasmo y la creatividad con que los jardineros esculpían las 400 especies vegetales del lugar, transformando casi cotidianamente su fisonomía. "Como una forma de delirio, expresaban al evocar la libertad de la que gozan a lo largo y a lo ancho de las 29 hectáreas de este jardín de aire simétrico y aleatorio de inspiración nipona. Lola Parra Cavriotto. Gilles Bassignac. El País Semanal, 21 de abril de 2022
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