El perfil de la autora del manifiesto del Día Internacional de la Danza delata la llamativa ausencia de la danza clásica en esta edición de Madrid en Danza. Sue Jin Kang (Seúl, 1967) dirige el Ballet Nacional de Corea desde 2014 y fue primera bailarina del Ballet de Stuttgart. Alumna de la Académie de la Danse Princesse Grace de Monte-Carlo, galardonada con el Benois de la Danse y la Orden al Mérito Civil de Alemania, ha llevado a Seúl la refinada elegancia de las escuelas de ballet más relevantes de Europa.
Su emotivo manifiesto destaca la futilidad de la Danza, lo efímero de un arte que obliga a los bailarines "a estar en constante movimiento" y las recientes circunstancias derivadas de la Covid-19 que han restringido tantas actuaciones. Sin embargo, Kang toma como ejemplo la poderosa metáfora de redención enmarcada en el ballet Giselle (1841), que fue estrenado en París durante un coletazo pandémico hoy casi olvidado.
"Desde entonces se ha representado por toda Europa y alrededor del mundo para reconfortar y mimar las almas de la humanidad asolada por la pandemia", reza su manifiesto, que también destaca que lo nació en aquella representación fue el magnífico espíritu de una bailarina que intenta escapar de la gravedad de las penurias del mundo".
"El solitario y agotado público -concluye- está sediento de la empatía y el consuelo de los bailarines. Como bailarinas, creemos que el batir de nuestras alas da esperanza a los corazones de los que aman el arte de la danza y les da el valor para superar esta pandemia. Mi corazón vuelve a latir".
Elena Matamoros. El Cultural, 29-4-2022.
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