Y sí, le llevó tiempo "pintar como un niño", mirar con otros ojos, por ejemplo Las Meninas de su admirado Velázquez, y pintar sus versiones (en 1957), en las que se observa ese estilo "infantil" que tanto le costó conseguir. Pero también se detecta en esos cuadros, en, por ejemplo, la cara "partida" de la infanta Margarita María, la huella del cubismo, el movimiento artístico que tuvo como sus principales creadores a Pablo Picasso y a Georges Braque. Enfrentados al problema de representar en el plano bidimensional de un lienzo una realidad que habita ineludiblemente en un espacio tridimensional, los cubistas utilizan la táctica de hacer coexistir en un mismo plano diferentes perspectivas o ángulos de visión desde los que se observa esa realidad, ya sea una cara, un cuerpo, una guitarra o una mesa. Al contemplar un cuadro cubista no pocas veces vemos una maraña de líneas en las que no es fácil identificar la imagen que representa -no siempre ocurre esto: por ejemplo, en Las señoritas de Avignon (1907), la referencia clave del cubismo, sí se distinguen bien las figuras, no en el Retrato de Ambroise Vollard (1910)-, pero para sus creadores esa maraña era la esencia del objeto o cuerpo "matriz". La idea era mostrar que el arte puede existir independientemente de la naturaleza y del tiempo tal como lo percibimos, representar la esencia de la realidad en lugar de su apariencia. Se abrió así la puerta que condujo a una abstracción aún más radical, evidente en las obras de Vasili Kandinski, Kazimir Malévich o Piet Mondrian,
Al conocedor de la teoría de la relatividad especial, lo anterior le suena familiar. En efecto, la teoría que Albert Einstein propuso en 1905 buscaba describir la esencia común de las leyes que representan los fenómenos físicos, independientemente del sistema de referencia desde el que se observan (siempre que estos sistemas se relacionen entre si con velocidades uniformes... Una cuestión importante es la de saber si existe alguna conexión entre las disciplinas en las que se desarrolló el "método de las diferente perspectivas"., si, en particular, la relatividad einsteiniana influyó en el cubismo o viceversa. No parece que así fuera. Los orígenes del movimiento cubista se encuentran entre 1905 y 1910, cuando pocas personas - y desde luego solo físicos y algún matemático- habían oído hablar de la relatividad especial. Las obras de los cubistas no eran teóricas, su método creativo se basaba en el memoria visual. Lo que deseaban era librarse de lo que consideraban convenciones estilísticas rigurosas, su problema era expresar la experiencia subjetiva del artista y la manera de trasladar esa experiencia al lienzo. Y si no existieron esas conexiones, ¿hubo , acaso, algo así , como un "espíritu del tempo", un zeigiest cultural dominante que favoreciese la aparición de semejantes coincidencias en personas tan diferentes como Picasso y Einstein y sus respectivas disciplinas? (...)
Arte y ciencia unidos en una insospechada conjunción.
José Manuel Sánchez Ron. El Cultural, 31-3-2023.
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