martes, 9 de mayo de 2023

El marchante que falsificó a Basquiat confiesa que tardó 20 minutos por obra

Autorretrato de Basquiat, una de las obras falsificadas incautadas en el
Museo de Arte de Orlando R.C

Para falsificar al artista Jean-Michel Basquiat, fallecido en 1988 y cuyas obras de arte pop y grafitis han llegado a subastarse por 75 millones de euros, bastó con que un hombre identificado con las iniciales J. F. les dedicara media hora a las más grandes y apenas cinco minutos a las pequeñas. Hizo una treintena. Sería anecdótico si esas pinturas incluyendo el autorretrato de Basquiat, no hubiesen entrado en el mercado del arte, gracias a las habilidades de un marchante de Hollywood, y terminaran exhibidas en el Museo de Arte de Orlando (Florida, Estados Unidos), promocionadas como "raras" y "nunca vistas". Cada día unas 10.000 personas pagaban su entrada para ver la exposición. Hasta que llegó la FBI, decomisó los cuadros e inició una investigación.

Esta pasada semana el subastador Michel Barzman, un comerciante de almacenes liquidados por impagos de 45 años, se declaró culpable de participar en la falsificación de estas piezas ante la Oficina del Fiscal Federal del distrito de California. En su confesión admitió haber mentido a la FBI sobre la procedencia de las obras y que "él y otro hombre (J. F.) crearon las falsificaciones. Barzman atestiguó falsamente la procedencia de las pinturas", según un comunicado de la Fiscalía de Los Ángeles.

"J.F. pasó un máximo de treinta minutos en cada imagen y tan solo cinco minutos en otras, y luego se las dio a él para que las vendiera en "eBay", según describe el acuerdo de culpabilidad. "Barzman y J.F. acordaron dividir el dinero que ganarían con la venta de las pinturas fraudulentas. Crearon aproximadamente veinte o treinta obras de arte, usando varios materiales distintos para crear imágenes coloridas en cartón".

Parte de la estafa consistía en crear un relato que los especuladores y coleccionistas creyeran. Barzman se inventó que Basquiat las había creado en 1982 y que, desaparecidas, habían sido encontradas tres décadas después en un trastero comprado por impagos del dueño original, un creador de series como MASH que había muerto hace mucho. En su confesión Barzman "admitió que intentó crear una procedencia falsa, o un historial de propiedad, para los supuestos Basquiats al afirmar en un documento notarial que las pinturas fraudulentas fueron encontradas dentro de un almacén que había alquilado un conocido guionista"...

El falsificador confeso siempre fue sospechoso. En un interrogatorio de agosto del año pasado negó haber participado en la creación de esas pinturas, que habían sido autentificadas por expertos como el director de museo de Orlando Aaron De Groft. Unos meses después cambió su versión y reconoció que no habían sido halladas en un trastero, pero siguió sosteniendo que eran originales. Entonces los agentes le mostraron el reverso de uno de eses dibujos incautados, hechos sobre cartón: tenía su nombre en una etiqueta postal que había sido pintada encima, indica la Fiscalía. La historia de la falsificación de los Basquiats llega a su fin.

D, Chiappe Madrid. La Voz de Galicia, lunes 17 de abril de 2023.

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