martes, 14 de noviembre de 2023

Paisajes evaporados del norte de África: Túnez en sepia.

Uno de los aspectos más apasionantes del estudio de las imágenes es que pueden llegar a acumular muchas capas de significado  que explican no solo lo que vemos en ellas sino también lo que no vemos: los contextos en los que se produjeron y se transmitieron. El centenar de viejas fotografías arqueológicas que se expone ahora en el Museo Arqueológico Nacional son un claro ejemplo. Les propongo un esquema con invitación a explorar en las direcciones señaladas.

1.- Nos situamos en Túnez, a finales del siglo XIX. La debilidad del imperio otomano ha permitido a Francia, en 1881, establecer un protectorado que, aunque mantiene en el trono al rey, ejerce un control financiero, militar y diplomático. El desarrollo de la arqueología moderna está muy ligado a la expansión colonial: si en los países europeos contribuyó a reforzar las identidades nacionales, en los territorios dominados tuvo su gran laboratorio. Ganó particularmente notoriedad en el Mediterráneo otomano, donde se impuso el modelo francés de arqueología clásica y oriental. Las misiones arqueológicas iban asociados a las expediciones militares para el reconocimiento geográfico, clave en la competición entre países para explorar las riquezas ajenas. Son miembros del ejército (en Túnez, Carton), diplomáticos (Tissot) y eclesiásticos (Delattre) los pioneros en documentar, excavar y, no pocas veces, expoliar los yacimientos. El saqueo adquirió dimensiones empresariales: en 1937 se había creado en París la Société pour l'exploration de Carthage. Con el protectorado se institucionalizó al Servicio de Antigüedades, más sistemático, que promovió la catalogación fotográfica,

2.- Una buena parte de los monumentos fotografiados son romanos. Túnez fue colonia romana durante ocho siglos y la abundancia de restos de ese origen fue especial acicate para los arqueólogos, que habían construido la disciplina a partir del estudio de los vestigios de Roma. Esto la acercaba a Europa y justificaba de aquella manera la "integración" de los territorios norteafricanos.

3.- La fotografía es casi fundacional en la arqueología como ciencia moderna. No solo documenta los documentos sino que multiplica su impacto en la sociedad, en forma de ilustraciones de revistas y libros o postales. Forma parte de la propaganda.

4.- Empezaba a desarrollarse un turismo que heredaba la fascinación romántica por Oriente y la combinaba, en el caso de Túnez, con el disfrute de un clima benigno. Y demandaba souvenirs, también fotográficos. Los negativos se reunían en colecciones que podían ser vendidas en bloque a estudios fotográficos o editores, lo que desdibuja como aquí la autoría.

5.- En la exposición, la tipología más abundante es la "vista". No son tanto fotografías científicas como paisajes. De hecho, las campañas de catalogación de monumentos y sitios que pusieron en marcha gobiernos o empresas son unas de las primeras vías de desarrollo del paisaje fotográfico. En las del norte de áfrica -las de Egipto marcaron la pauta- son paisajes vacíos y limpios, al límite de la evaporación, alejadas de los convencionalismos de la pintura orientalista, que exagera el exotismo y el envoltorio vegetal, y destaca el elemento humano, empequeñecido en las fotografías...

Elena Vozmediano. El Cultural, 5 de noviembre de 2023.

Túnez en sepia. Museo Arqueológico Nacional. Hasta el 14 de enero.

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