jueves, 31 de octubre de 2024

"Poesía completa (1988-2022). Chantal Maillard

Doctora en Filosofía y profesora de Estética y Teoría de las Artes, nada de esto retrata definitivamente a Chantal Maillard (Bruselas, 1951), porque -aunque esta condición académica marca su creación de modo decisivo- Maillard es ante todo poeta. Y una poeta radical, arriesgada, cuya labor de reinvención "es constante y manifiesta",  de las que, como dice el filósofo barcelonés Miguel Morey, "quema sus naves una y otra vez para renacer  nuevamente de sus cenizas". Así construye su audaz viaje. Algo apuntaba ella misma en sus reflexiones  sobre poesía y pensamiento recogidas en Fugas: "¿Que es exactamente lo que se filtra en la garganta del pájaro?/ No creo que sea determinante la respuesta acerca de las formas (amaneradas o moduladas) de disponer las palabras. Poesía y filosofía son métodos para el a-cercamiento. Definir y cercar: en todo caso, elaborar los límites". 

Residente en Málaga desde 1963  -la huella de María Zambrano es rastreable en su escritura- que pasa ahora largas temporadas en Barcelona, Maillard ha dedicado excelsas  páginas a la poesía como exploración de lenguaje y sus limitaciones. Quizás por eso el uso de la palabra alcanza a menudo en su obra la excelsitud a fuerza de una decantación máxima  trabajada hasta la extenuación. Tampoco  es descabellado afirmar  que Nietzsche, Celan y Michaux  resuenan en algunos de sus versos. Con el último de ellos comparte, además, su querencia por lo pictórico, por la mancha y el trazo reiterativo.

El sello Tusquets -en cuya colección Nuevos Textos Sagrados ha publicado buena parte de su obra a partir de Matar a Platón (2004), título que supuso una inflexión en su trayectoria- reúne ahora  en un volumen su Poesía completa (1998-2022), casi un millar de páginas en que el lector podrá realizar  una lenta inmersión  hacia la calma, la plenitud, la sabiduría, la sanación de la herida.

H.J.P. Redacción. La Voz de Galicia, domingo 20 de octubre de 2024.

miércoles, 30 de octubre de 2024

El discurso de la iraní Marjane Satrapi al recibir el Premio Princesa de Asturias

Marjane Satrapi

Antes que nada quiero expresarles mi profundo agradecimiento por este extraordinario premio que me han concedido.

Y ahora, puesto que de eso se trata, hablemos de humanidad.

Entre lo que los biólogos denominan animales auténticos, es decir los mamíferos, el hombre es el único que mata a su hembra. Y calificamos ese acto como bestial, siendo así que ninguna otra bestia, fuera de nosotros, lo comete. Eso es la humanidad.

Pero también hay humanos que pierden la vida a manos de sus torturadores para proteger a sus semejantes, para no denunciarlos, y sé muy bien de lo que estoy hablando. Eso también se llama humanidad.

Están los miembros de una orquesta  que tocan una sinfonía y nos regalan la forma más pura  de la belleza , y están los que orquestan guerras  y que, por cada cien litros de sangre derramada, son condecorados con una nueva medalla.

Y nosotros aplaudimos con el mismo fervor  a unos y a otros.

Con esto, quiero decirles que no tengo una visión idealizada de  lo humano y que yo, en mí misma, experimento esa dualidad. Acepto tanto mi violencia como mi benevolencia, esperando siempre que la segunda prevalezca siempre sobre la primera.

Durante mucho tiempo he creído que la clave para cualquier ser humano pudiera vivir con dignidad, para que nunca sufriera brutalidad o humillación por su sexo, su etnia o su color, era la educación. ¿Pero no tenía Goebbels un doctorado en filosofía? ¿El doctor Mengele no había hecho el juramento hipocrático? ¿Estaremos equivocados cuando definimos educación? Quizás antes de educar a nuestros hijos para que tengan éxito económico y social, debiéramos enseñarles que el verdadero éxito radica ante todo en el humanismo.

Que lo que permitió al hombre situarse por encima de todos los seres vivos fue que creó sociedades; y una sociedad solo existe porque -a diferencia de un animal  que está condenado a morir cuando se rompe una pata- nosotros cuidamos de nuestros semejantes. Los llevamos a hombros  y los ponemos a salvo. El hombre por sí solo no sobrevive en la naturaleza. Solo sobrevive juntándose  con otros y creando sociedades. Y la condición para lograrlo es la empatía.

Quizás en la educación, en vez de enseñar a nuestros hijos a aprenderlo todo de memoria y a recitarlo como loros, deberíamos enseñarles  ética, civismo y sobre todo compasión  y bondad. Y les aseguro que no soy de las que ponen la otra mejilla. Por una bofetada recibida devolvería diez, pero trato de no ser nunca yo quien pega la primera.

Y por último, les leeré un poema de Saadi, gran poeta iraní del siglo XIII:

 Los seres humanos son parte del mismo cuerpo,

y tienen un mismo origen.

Cuando la vida causa dolor a un miembro

los demás no descansan.

Tú que eres indiferente al sufrimiento de los demás, 

no mereces llamarte humano.

Gracias  por haberme escuchado, y a la  humanidad  en su integridad.

Marjane Satrapi. Oviedo, 25 de octubre de 2024.

martes, 29 de octubre de 2024

Una visita al activo taller de Rubens

El taller de Rubens en el Museo del Prado.

El Museo del Prado inaugura, El taller de Rubens  (Siegen, 1577-Amberes, 1640), una exposición en la que detalla como pintaba el artista y explica cómo los pintores europeos trabajaban en talleres y se valían de múltiples colaboradores. La muestra comisariada por Alejandro Vergara, permanecerá abierta en una sala del edificio Villanueva desde hoy hasta el 16 de febrero. La muestra está compuesta por más de 30 obras que incluyen pinturas realizadas por el maestro, otras pintadas por sus ayudantes y otras en las que los expertos fijan  el grado aportación del artista y de sus colaboradores.

La parte central del espacio revive lo que puedo ser el taller. El director del museo, Miguel Falomir, reconoce que puede haber fantasía en la recreación, pero que todo es verosímil porque se han fijado en cuadros en los se reproducía el taller de Rubens. Los utensilios, materiales, muebles y otros objetos característicos del oficio de pintor (pinceles, paletas, telas, tablas, caballetes, tientos) se mezclan  para dar idea de gran actividad. Sobre una silla, hay un toque definitorio de la personalidad  del elegante y atractivo Rubens: una espada y un sombrero negro teñido con palo de Campeche, un tinte originario de México que por entonces era señal de máxima exquisitez. El sombrero ha sido realizado por la sombrerera Ana Lamata, inspirándose en retratos suyos.

Hombre muy culto y cosmopolita (hablaba cinco idiomas), Rubens vivió mucho tiempo en Italia y recibió encargos de las cortes de España, Francia e Inglaterra. Pero su taller siempre estuvo en Amberes, como su auténtico hogar, una casa que transformó en palacio italiano y que hoy puede visitarse. En el taller siempre, cuenta Vergara, podían confluir 25 personas, cada una con una ocupación. Por el amplio volumen de encargos, los pintores simultaneaban el trabajo sobre varias obras a la vez.

Vista la esencia de lo que pudo ser el taller, las pinturas en la pared han sido elegidas para desmenuzar la manera de pintar de Rubens y dar una idea de la magnitud de sus encargos. En un artículo dedicado al artista, el escritor  Antonio Muñoz Molina lo definió como un Spielberg de las superproducciones  visuales  del Barroco, un Cecil B. DeMille del catolicismo belicoso de la Contrarreforma. "Su imaginación plástica", añadía el escritor, "y su destreza técnica se combinan  con las cualidades  organizativas  y ejecutivas de un director en la era de los grandes estudios. Igual que en el caso de muchos de ellos, el esplendor de sus creaciones tiene también algo de desmedido y de impersonal, una sospecha de vacuidad retórica, de manufactura  a gran escala".(...)

Vergara muestra varias tandas de cuadros inacabados, como los retratos de Hélène  con sus hijos y María de Medici, para explicar el proceso básico de realización de la obra. "El procedimiento era lento. Se avanzaba poco a poco, en distintas capas: sobre la imprimación se aplicaba el dibujo; sobre este el bosquejo, el color en capas más o menos transparentes". Cada cuadro podía llevar 60 días de trabajo colectivo.

Según Vergara, no hay dudas entre los expertos sobre los cuadros pintados solo por Rubens, en cuáles participó o en cuáles dio retoques. Todos los bocetos de las obras eran suyos. Esos bocetos  son los que presentaba el cliente y los que permitían  fijar los precios. Cuanta más mano del artista, más aumentaba la cantidad a agar. Tampoco hay duda  sobre las copias salidas del taller o de su propia mano.

Ángeles García. Madrid. El País, marte 15 de octubre de 2024.

lunes, 28 de octubre de 2024

"Misericordia", de Alain Guiraudie, Espiga de Oro en la 69ª Seminci

No era una decisión fácil, pero el palmarés de la 69ª Seminci respondió a las expectativas del jurado -formado por la autora griega Sofía Exarchou, la actriz española Aida Folch, la crítica y editora Devika Girish, el productor alemán Ingmar Trost y el director y escritor Luis López Carrasco- apostó por la coproducción  entre Francia, España y Portugal, Misericordia, de Alain Guiraudie. "Su ligereza argumentan- oculta  un complejo equilibrio  de géneros y tonos, bajo cuya apariencia  de thriller-comedia provinciana se esconde una profunda meditación sobre cómo el deseo y la culpa nos hacen predecibles e incomprensibles los unos para los otros.

Exhibida todavía en la mañana de ayer, fue realmente una sorpresa para la crítica acreditada, en particular por su osadía, de modo que el premio Miguel Delibes al guion fue para el mismo autor "por su estructura intrincada, transiciones de ritmo perfecto, giros e ingenio que, sin embargo, dejan mucho espacio para la fluidez, la gracia y la reflexión. Crea su propio mundo, específico y extraño, sin perder de vista el mundo real y los impulsos humanos que lo mueven (el deseo, la rabia, el remordimiento)", según recogió el acta...

Miguel Anxo Fernández. Valladolid. La Voz de Galicia, domingo 27 de octubre de 2024.

domingo, 27 de octubre de 2024

Hagamos una pausa: El por qué de este blog y su título. Los hilos del retorno

 El por qué de este blog y su título.

En este septiembre de 2024 se han cumplido 13 años del nacimiento de este blog al que en su día le di el nombre de  Leer y tejer. A lo largo de estos años el número de lectores no ha dejado de crecer, si bien ha sido en este 2024  cuando los números se dispararon de un modo sorprendente. Veamos algunos números y cifras. El blog cuenta hoy, 18 de octubre, con 3.433 entradas y 168.162 visitas. Antes de nada, mi gratitud a los lectores que lo visitan, en un número tan reconfortante.

 Verme tan acompañada significa que aquellas razones que me movieron a escribir han sido acertadas. Mi necesidad de abrir una conversación que me ayudase a sobrellevar la soledad   que supuso la muerte de mi compañero de vida, mis hijos ya fuera de casa, en Madrid, viviendo sus propias vidas. Esa fue la primera razón, sin duda.

Pero, ¿de qué hablar? Algo que conociese,  me gustase  y que tuviese interés para los demás. Si mi vida profesional se había construido en torno a Francia  de un modo tan satisfactorio como fue, podría compartir mis experiencias al mismo tiempo que seguir aprendiendo  sobre ese país, su cultura y sus habitantes. Luego surgieron las imágenes en torno a dos de mis actividades preferidas: Leer y tejer. Leer sobre Francia,  no solo literatura, seguir también su actualidad cultural y social. De ahí la idea de crear un periódico, un journal de noticias, publicadas en diarios españoles sobre Francia. Así, descubrí que las relaciones entre los dos países son mucho más estrechas de lo que creemos, siempre hay algo en la prensa  sobre nuestros vecinos. Cada día. ¿Tejer? Siempre me ha gustado el crochet que me ha servido para ir uniendo a muchas de mis amigas y amigos; ahora, desde que soy abuela, en particular, niños y niñas. ¿ Servirían esos textos que aparecen en Leer y tejer para iniciar una red  de lectores sobre el país amigo? A la vista de lo números parece que sí. Al mismo tiempo, esos fragmentos  escritos, unidos entre sí, serían los hilos sueltos que con la ayuda del crochet acaban formando un tapiz... Hay, entre ellos, algunos que revelan otra de mis aficiones, menos a la vista que las otras dos: escribir, un total hasta ahora de 193 entradas firmadas con mi nombre que aparecen en el blog, según mi tiempo disponible o mi estado de ánimo que de cuando en cuando me pide silencio. Son esos artículos que aparecen en la página principal o portada del blog. Agrupados según los temas que tratan: cuadernos de viaje, lugares no comunes, leer y pensar, ser y sentir... Son los hilos fuertes que unen a los otros, los que cumplen la función del crochet, los que dan sentido al blog. Los últimos que he escrito son del año 2022: Tiempo de viajes: ¿Marruecos o Colliure?, julio de 2022 y Cuando muere un escritor, octubre de 2022.

Los hilos del retorno

Desde hace unas semanas se mueve algo en mi entorno ¿pueden ser hilos sueltos de pequeños acontecimientos que me piden que los transmita en el blog ya que los tres vienen de Francia? Así lo interpreto y así se los cuento. Son los hilos del retorno.

Me jubilé en 2018 y desde entonces, sobre todo, gracias a este blog, he seguido unida  a lo que ha sido uno de los pilares que me sostienen. Aunque los viajes a Francia han disminuido, conservo casi todas mis amigas, salvo mi querida A. D., y amigos que allí viven. Un cambio en mis costumbres, en mis desplazamientos desde mi casa, a unos seis kilómetros de Santiago, fue el primer signo de aires nuevos en mis relaciones con Francia. Poco a poco voy sustituyendo mi pequeño y ya viejo coche por un autobús. Un autobús también pequeño que no tiene número al que los usuarios llamamos autobús del Polígono, debido a algunas de sus paradas en una zona industrial. Lo que más me sorprendió, cuando inicié mi etapa de otra pasajera más, fue la cortesía y la humanidad que se respira  en ese vehículo. La responsable es sin duda la chófer, Nelly, una mujer joven que con su simpatía y su profesionalidad convierte el breve viaje en un paseo matinal estimulante para empezar la jornada de trabajo de la mayoría de los pasajeros. Si han visto la película El 47, El autobús del Polígono podría ser un descendiente suyo. Cerca de la parada hay un parking para caravanas. En septiembre del año pasado tuvieron lugar mis primeros encuentros en esa parada con parejas de franceses que querían conocer Santiago y así me voilà convertida en guía e intérprete del autobús para esos visitantes que me proporcionan momentos agradables alimentando mi otro yo, mon double je. Con los últimos de la temporada, procedentes de Saint-Étienne, compartí un petit café  antes de despedirnos. 

A finales de agosto le tocó a mi hija enganchar un nuevo hilo que pedía a voces volver al lugar de donde había salido. En el otoño de 1970 me incorporé, como assistante de español, en el Lycée Camille Jullian de Bordeaux. Aunque mi llegada no se desarrolló como yo esperaba, pronto me dejé atrapar por la ciudad y sobre todo por las personas que me rodeaban, en particular por los profesores de español del instituto y  mis colegas assistants de otros países. Ellas y ellos me ayudaron a descubrir no solo la ciudad, también su  rica vida cultural: museos, librerías, conciertos...No recuerdo con exactitud el nombre de la librería, probablemente, la librería Mollat, donde con uno de mis primeros "salarios"  compré dos serigrafías de Picasso, un toro y su torero, en una, un bailarín y la cabra en la segunda, negro sobre blanco, que me acompañaron a lo largo de mi vida: primero, en Orense, en la casa de mis padres, luego, me fueron siguiendo en las distintas casas y lugares donde viví, Vigo, Padrón, Santiago y donde vivo hoy, Viduido. Hace unos años, no muchos, un día, mi hija, me sugirió que "esos picassos" ya llevaban mucho tiempo con nosotros y que mejor sería  darles un respiro. Empecé por guardarlos en el desván, donde voy acumulando todo aquello de lo que me cuesta separarme. Hasta que un día tropecé con ellos y en vista de cómo el desván se llenaba, decidí deshacerme de uno, y lleve el "bailarín" a los contenedores de basura.. Lo dejé, medio escondido, al pie de uno de ellos, deseándole una nueva y feliz vida. Cuando mi hijo cambió de piso, hace unos tres años, me preguntó por los dibujos de Picasso. Se me encogió el corazón.  Menos mal que pudo llevarse el toro y el torero. A finales de este verano vi aparecer a mi hija, que había salido a un recado, en la cocina, con el dibujo de la bailarina en sus manos. Indignada ante su abandono. Lo había encontrado donde yo lo dejé. No dije nada, pero sí pensé que un pequeño milagro acababa de suceder: Picasso vuelve a casa.

El joven cantante de ópera, Alejandro Baliñas (Villestro, 1997) es noticia estos días  en Galicia. La Voz, nuestro periódico regional, uno de los de mayor tirada en España, ha publicado dos noticias destacadas sobre él. La primera, el domingo 13 de octubre, con este titular: El bajo Alejandro Baliñas gana el concurso Neue Stimmem 2004. Esta misma mañana,  22 de octubre, una entrevista al artista ocupa la página central de la sección de cultura. El título de la entrevista es una reivindicativa frase suya: "Las instituciones deben potenciar el talento local cuando se está formando". El primero de los artículos, nos dice que además del reciente éxito obtenido en Renania, donde logró el primer premio compartido con la soprano polaca Magdalena Lucjan, fue también merecedor del Premio del Público y del Premio Especial Patagonia Voice. En ese primer artículo figura su recorrido del que voy a seleccionar  su estatus de artista residente en la Ópera de París desde 2021, formando parte también de su ensemble, "fogueándose en un buen número de títulos y funciones, compartiendo escenario con los más reputados artistas de la actualidad". Lo que muy pocos de sus admiradores saben, salvo aquellos que, por lo que voy a contar ahora, fueron testigos de ello, es que Alejandro Baliñas fue mi alumno en 2º de ESO, por lo tanto, alumno de francés, lengua en la que ahora habla como un parisino más. Fui la primera que quiso acercarlo a esa lengua y a esa cultura. Quise hacerlo pero no lo conseguí en ese momento. Un momento difícil para los dos.  Alejandro tiene entonces trece años y escoge mi clase para mostrar su potente rebeldía adolescente. Su profesora, que ha perdido a su marido, hace poco más de un mes, es consciente de su  fragilidad a flor de piel. El desistimiento se extiende a lo largo de los nueves meses que dura el curso escolar. Las cosas mejoraron cuando los acompañé a Paris, a él y a sus compañeros de promoción, dos años más tarde. En ese viaje destacó por su comportamiento, siempre atento y servicial, especialmente conmigo. Una escena se ha quedado grabada en mi memoria para siempre: Plaza de la Ópera de París. Nuestro grupo de alumnos y profesores se reúne allí. Levanto la mirada hacia la fachada  y lo veo: Alejandro Baliñas  abraza  una de las estatuas de un lateral. Me acerco y me dice: "Profesora, este es mi sueño, aquí quiero venir". Sueños que, esta vez, se cumplieron. Nunca hemos hablado de nuestro primer encuentro, ni hace falta, ese hilo suelto de aquel año, ya esta sujeto en el Cielo de Chagall de la Ópera de París.

Carmen Glez Teixeira. Domingo, 27 de octubre de 2024.

sábado, 26 de octubre de 2024

Juego de luces en la Provenza

Mas Candille.
Delicadamente posada sobre la colina de Cannes, a dos minutos  a pie de la vieille ville de Mougins, con su armónico juego de colores cálidos acordes al paisaje provenzal que lo circunda, se halla Mas Candille, una masía histórica que en su día y durante de más de 20 años fue un hotel  faro de una clientela fiel y que, tras un breve letargo, como una bella durmiente, ha despertado  de la mano maestra del arquitecto y diseñador franco-mexicano Hugo Toro (Lorena, Francia, 34 años). 

El renacimiento se debe al empeño de Jean-Philippe Cartier (propietario del grupo H8 Collection), quien (junto con la familia Courtin-Clarins) adquirió el complejo en 2021 y decidió renovarlo  de arriba abajo, decorativa y estéticamente, además de revegetar exteriores, redimensionar espacios, cambiar la configuración de la piscina principal (especialmente vibrante resulta la circulación entre palmeras -toque californiano- para acceder a ella) y apostar por una  segunda para acoger clientes especiales y familias  en la que se ha añadido una curva neutra que sugiere a la mirada prestar mayor atención a la riqueza paisajista.

Para llevar a cabo la idea, Cartier tuvo el buen gusto de confiar en Toro, que ha transformado y creado un espacio inimitable con vistas a las montañas de esa capital del perfume llamada Grasse y que lo ha convertido en un emplazamiento con luminosidades propias en el que interiores y exteriores se entienden de manera natural.

Impone asomarse al currículo de Toro. Con 34 años ha diseñado los interiores de The Midland Grand Dinning  Room de Londres, el restaurante Gigi en Saint-Tropez o Villa Albertine en Nueva York. También el primer hotel Orient Express, La Minerva situado en el antiguo palacio de Fonseca, del siglo XVII, en Roma o una de sus obras mayores hasta la fecha: el restaurante de la estación londinense de St. Pancras, ubicado en un edificio neogótico, en el que creó un precioso escenario en forma de jardín de invierno victoriano, dándole una poderosa interpretación contemporánea.

Arquitecto y diseñador de interiores con vocación de narrador, para Toro cada proyecto  es un escenario teatral donde contar  la historia de un viaje. Cuando puso un pie en Mas Candille para asumir la concepción  de su primer hotel, le asaltó por un lado la evocación de los veranos con su abuela francesa  a 20 minutos de aquí (en una casa con las cortinas amarillas, de ahí la cantidad de tonos amarillos en cortinas y suelos  de moqueta de motivos florales que introducen el paisaje interior) y, por otro, los recuerdos de su año en Los Ángeles. Ese es el viaje que se lee en Mas Candille. Un puente entre La Provenza y California de los años sesenta, al que ha dado forma  utilizando los códigos de diseño de los años sesenta, postales de Palm Springs o Beverly Hills  realzadas por la luz  y la vegetación propias de la Costa Azul (...)

La escritura de Mas Candille requería que, desde el primer momento, se apreciara que este lugar estaba aquí desde el siglo XIX. "No me gusta el concepto de tienda o restaurante efímero, lo bonito de un hotel es que resulte imperecedero. Por eso tomé la chimenea  verde del bar  como referencia. Ya estaba, era uno de los símbolos de antaño. Todos los motivos  vienen de ella. Ha sido la raíz. Las habitaciones requerían mobiliario más americano y motivos florales para introducir el paisaje  en el interior. Es un hotel destino, no es de transición". Y no le falta razón, porque más que irrepetible, la experiencia de Mas Candille es lo contrario.

Use Lahoz. El País Semanal, 20 de agosto de 2024.

viernes, 25 de octubre de 2024

El piano de Chopin

George Sand y Chopin. Reconstrucción del inacabado cuadro de 
Delacroix. Después de la muerte del pintor sus nuevos dueños
 separaron los dos retratos. 
Estos días, en los que se conmemoran los 175 años del fallecimiento de Chopin, propongo que imaginemos la siguiente escena. Transcurre en la ciudad de Palma de Mallorca en 1838. Un ebanista local está trabajando con su escoplo y su lima en uno de los mubles que fabrica a mano. En su taller de la calle Misión entran unos desconocidos. Son el compositor polaco y su amante, la escritora francesa que firma como George Sand y ha escandalizado a todo París con sus aventuras sentimentales. A ella hay que figurársela como en el cuadro  que le pintó Charpentier aquel mismo año: grandes ojos negros y un gesto de confianza desafiante. A él, como el retrato inacabado que le ha hecho Delacroix: un hombre febril y reconcentrado. Seguramente los acompañará una señora de allí que sabe francés y hace de intérprete.

Los extranjeros han venido a Mallorca para pasar el invierno con la idea de que eso sería bueno para las bronquitis de él. Nada más llegar, sin embargo, los médicos de Palma les han dado una mala noticia, Lo que padece Chopin, en realidad, es una tuberculosis incurable. Desde entonces viven refugiados en la Cartuja de Valldemossa, que la reciente desamortización de Mendizábal ha vaciado de monjes. No ha sido una buena decisión. El invierno mallorquín está siendo especialmente lluvioso y, batida por los vientos de la Tramontana, la cartuja es un lugar húmedo en el que la única defensa contra el frío es un brasero que carbura mal (tendrán un susto a causa de esto). El compositor podría, al menos, trabajar tranquilamente, porque allí aún flota el voto de silencio de los cartujos; pero el piano de pared que ha dejado encargado en Pleyel de París no llega. De todos modos, cuando lo haga, la aduana de  Palma lo retendrá para exigirle unas tasas exorbitadas. Por eso Chopin ha venido  a ver  a este modesto ebanista. Quiere que le fabrique un piano, nada menos. Juan Bauzá, que así se llama el artesano, nunca ha hecho uno. Quizá nunca ha visto uno por dentro. Pero el compositor le convence: él le contará como es. Hay algo mágico en esta escena, casi una miniatura de la Creación: el mayor compositor de piano de la historia dando vida  a su instrumento  por medio de la palabra. Será en este rudimentario "Juan Bauzá" en el que Chopin componga diez de sus Preludios, entre ellos el 28/4, que tocaba mi profesora cuando yo era niño. Nos decía que era el lamento de Chopin, y es verdad que la monotonía de las notas de la mano derecha parece una onomatopeya del dolor de la enfermedad.

Wanda Landwska y el piano Bouzá (c.1914).
Foto: Alexander Binder.
Chopin falleció tan solo diez años más tarde. En su funeral se interpretaron el Requiem de Mozart y, precisamente, ese preludio 28/4 que había compuesto en Mallorca (lo toco Liszt). Luego lo inhumaron en el cementerio de Père Lachaise, con tierra traída de Polonia, en una tumba que no está lejos de la de Jim Morrison, otro compositor romántico de vida breve de otro siglo. En cuanto al piano de Bauzá, la gran clavecinista  Wanda Landowska lo encontró intacto en la Cartuja de Valldemossa muchos años después. Pertenecía entonces a un médico, a quién se lo compró a precio de oro. Hay una fotografía en la que se ve el piano en el salón del apartamento de Landowska en Berlín. Ahí se puede apreciar que el ebanista mallorquín, dejándose llevar por la costumbre, le hizo tallas e incrustaciones típicas de un mueble. Cuando los nazis llegaron al poder lo incautaron (Landowska era judía) y lo almacenaron en una mina de sal, donde lo encontraron las tropas aliadas. Se expuso brevemente en Lieja. Luego desapareció para siempre.

Miguel-Anxo Murado. La Voz de Galicia, domingo 13 de octubre de 2024.

jueves, 24 de octubre de 2024

"Triste tigre" Por los ojos del monstruo

Si hay libros que son verdaderas patadas en el alma Triste tigre, de Neige Sinno (Vas, Francia,1977), es sin duda uno de ellos, ya que en él se narran los años de las violaciones que la autora sufrió en su infancia y juventud de manos de su padrasto. Galardonado con los premios Femina y Goncourt des lycéens 2023 y con el Strega Europeo (en su traducción italiana) en 2024, el libro fue uno de los grandes éxitos del año pasado.

Sinno que ha vivido en Estados Unidos y en México muchos años y que es la responsable de la versión castellana del libro, explica en él descarnadamente pero sin sentimentalismos, con cierta frialdad exenta de patetismo, cómo su padrastro, entonces de veinticuatro años, comenzó a abusar de ella que apenas tenía seis. De la admiración primera ("Durante mucho tiempo lo percibí como un ser más grande que la vida") pronto pasará al horror y la vergüenza tras descubrir que "solo era un pobre tipo que tenía el don de manipular a los demás,(...) un titán y un desgraciado" violento y cobarde. Con todo,  Triste tigre es mucho más que una suerte de diario o de novela de denuncia o que un ajuste de cuentas. No lo necesita.: los hechos narrados y la sensibilidad  y lucidez con que Sinno los relaciona con Lolita de Nabokov, por ejemplo, o con los abusos sufridos por Virginia Woolf, convierten a esta obra en una reflexión sobre la violencia sexual.

Desde las primeras páginas, en las que explica que quiere ver a través de los ojos del monstruo para entender el mal, hasta el final, cuando le cuenta a su hija lo que le pasó, Sinno se sumerge en el "país de las tinieblas", analizando las relaciones entre agresión sexual, dominio y poder, el silencio cómplice de tantos y sobre todo cómo se aprende a vivir "sabiendo que ese mundo siempre estará ahí".

Elena Costa. El Cultural, 13-9-2024.

miércoles, 23 de octubre de 2024

Marjane Satrapi, Premio Princesa de Asturias

Marjane Satrapi, historietista, pintora y directora de cine franco-iraní.

Con Persépolis sorprendió y educó a una generación poco habituada a las viñetas y que veía Irán y la lucha de sus mujeres como algo muy lejano. El Princesa de Asturias de Comunicación y Humanidades celebra la trayectoria y la fuerza de la historietista.

Marjane Satrapi, a principios del siglo XXI encontró en el arte secuencial de las viñetas el espacio desde el que explicarnos su realidad y la historia de su patria. Ella nació en 1969, diez años antes de la revolución islámica y fue testigo de los cambios trascendentales en el devenir de la historia de su país. Nos ha sabido relatar desde la finura del lenguaje del cómic lo que significó el establecimiento de la República Islámica de Irán, que borró las libertades de ls individuos y ha sido especialmente incisiva con las mujeres, a las que anula, reprime e invisibiliza.

Persépolis es la obra más citada de esta autora y con la que se dio a conocer. Surgió como un proyecto de novela gráfica en cuatro entregas de cuadernillos que aparecen entre el año 200 y 2003, y los realizó viviendo en Francia y animada por su entonces amigo el historietista David B., que estaba trabajando en una serie sobre la epilepsia de su hermano. Marjane Satrapi se une a esta vertiente  importantísima de creadores que encuentran en el cómic su voz y su pulsión y reconstruyen su compromiso con el pasado ofreciéndonos testimonios fundamentales. En España tenemos a Carlos Giménez, el gran pionero con su serie  Paracuellos iniciada a mediados de los setenta del pasado siglo que recogía la dura experiencia  de los niños de la posguerra internados en los hogares de Auxilio Social..

La obra de Marjane Satrapi aporta la fuerza de una voz testimonial femenina y una visión trasnacional representada desde los parámetros de sus sorprendentes vivencias en Irán y Europa. La premiada y celebrada creadora reconstruye su pasado desde el desarraigo y nos lleva a una infancia y adolescencia en la que explica, con enorme lucidez, las contradicciones que vivió en su país.

Sus delicadas viñetas, de trazo grueso y en blanco y negro, nos cuentan como ella tuvo que inventarse y las estrategias de resistencia  de su comunidad de familiares y amigos. Fue una niña que creció en una familia laica y progresista que entendió su potencial y la protegió mandándola a estudiar a Viena en su adolescencia...

Hace más de dos décadas este cómic de Marjane Satrapi sorprendió y educó a una comunidad occidental que no era lectora de cómics, que no pensaba en Irán  ni en la lucha y el sufrimiento de las mujeres. L autora lo adaptó al cine de animación con enorme éxito y ha seguido mostrando su valiosa cultura y su comunidad más allá del horror del fundamentalismo. Premiarla es reconocer  a ese Irán lleno de fuerza femenina done el talento y la creatividad  estará siempre por encima de la ceguera de los fanatismos.

Ana Merino. El Cultural, 18-10-2024.

martes, 22 de octubre de 2024

Philippe Stark dibuja en Ronda una almazara picassiana

La Almazara, diseñada por Philippe Stark.
(La Almazara)

Cuenta el diseñador Philippe Stark que ha decidido vivir en plena naturaleza por su pasión por el minimalismo. Tras pasar por Formentera o los bosques parisienses, lo hace ahora en una granja en Sintra, Portugal, donde reside rodeado de encinas y olivos. "Agua, sal y aceite de oliva es lo necesario para sobrevivir", afirma horas antes de viajar a Ronda (Málaga), donde hoy inaugura uno de sus trabajos más singulares: el monumental museo La Almazara.

Es un cubo rojo que se levante en un olivar cuyo perfil está inspirado en el de un toro. De sus paredes lisas sobresalen un cuerno de acero y una enorme aceituna del mismo material, además de una terraza que ejerce de boca del animal. "Es más arte, más escultura que arquitectura. Algo de otro mundo", señala Starck de un proyecto que une la elaboración de aceite con el turismo y la gastronomía.

La finca de 26 hectáreas en la que se levante el edificio se ubica a dos kilómetros de la ciudad malagueña. Es un proceso que empezó en 2010, cuando Pedro Gómez de Baeza, histórico del sector de finanzas españolas comentó al empresario Santiago Muguiro que el modelo que la compañía había desarrollado en Álava , de la mano de Frank Gehry, podría traducirse también en el sector del aceite de oliva. Ambos elaboraban ya una producción ecológica en Ronda y sumaron a Philippe Starck, socio y encargado del diseño de los envases de aquellos aceites. "El aceite de oliva es para mí algo sagrado", asegura el arquitecto.

Después, en 2014 nació la sociedad La Almazara, de la que Gómez de Baeza fue presidente hasta  su fallecimiento el pasado verano. Su puesto lo ocupa ahora el empresario Juan Villar Mir y entre sus consejeros delgados esta Santiago Muguiro, que también ejerce de director del espacio. "Creemos que la iniciativa puede marcar un antes y un después en el sector del aceite", subraya. La inversión supera los 20 millones de euros. 

La finca cuenta con un coqueto mirador que regala una imagen completa de la almazara diseñada por Philippe Starck. Su imagen es poliédrica, cubista. La influencia de Picasso se deja notar, como también la del surrealismo español, con ese ojo del que sale el humo blanco cada vez que se enciende una de las chimeneas que calientan el interior. "Mi idea ha sido  mostrar un gran respeto por España y por Andalucía, que es la tierra más pasional que he conocido en mi vida", señala Starck.

La almazara ejerce como tal, pero en ella  solo se hace la parte más noble del aceite. El interior, además de un gigantesco estoque y una enorme lona ideada por la hija de Starck, cuenta con un museo que repasa los usos históricos del aceite y muestra los cultivos actuales. También hay un pequeño auditorio y un restaurante donde se servirán tapas y raciones junto a vinos rondeños y cuya terraza enmarca una espectacular vista a la sierre de Grazalema. La experiencia oleoturística (por 25 euros) se completa con un paseo por la finca  para conocer otros procesos como la recogida de la aceituna o el trabajo con los olivos.

Quimo Petit/ Gema García. Madrid. El País, viernes 18 de octubre de 2024.

lunes, 21 de octubre de 2024

"La sustancia": Un monstruo salvaje en la era de Tik Tok

Fotograma de La sustancia

Una gurú del fitness televisivo amenazada por la sombra del envejecimiento. Una celebridad que se niega a aceptar los mecanismos del paso del tiempo. Un mundo, el del show business, cruel, enloquecido y aislado. La devoción por la fama y el cuerpo impecable, la belleza que no quiere lidiar con la degradación. Los ingredientes de La sustancia son viejos y conocidos: apenas una fábula  que se mira en el lienzo atrofiado de Dorian Gray y en el terror psicológico de ¿Que fue de Bay Jane? (Robert Aldrich, 1962) para escalar al horror movie en su militancia contra el sexismo y la jubilación prematura. 

Con todo ello, tan básico y tan eficaz, la cineasta francesa Coralie Fargeat (París, 1976), en connivencia con los cuerpos y la entrega desmedida de Demi Moore y Margaret Qualley, se suma a una suerte de necesidad, o  de estrategia, que el cine contemporáneo se empeña en llevar a sus límites para epatar al nuevo espectador, aquel en busca de estímulos radicales y del impacto. Podemos nombrar La sustancia por su condición extrema, y sin duda es así como la recordaremos. El problema, o el peaje, es que todo impacto inicial  corre el riesgo de diluirse con el paso del tiempo, y que una vez desenmascarado, lo que queda es el vacío, la vulgaridad, lo grotesco. No creemos que sea el caso pero pudiera serlo.

Despejando la desmedida Megalópolis de la ecuación, que en realidad no tiene nada que ver, La sustancia fue la propuesta más excesiva, aberrante y demencial a concurso en el pasado Festival de Cannes. Sin embargo, lo que en Coppola era un evidente salto al abismo, con todo lo que conlleva (sus grietas y perturbaciones), en Fargeat es una estrategia que juega sobre seguro. que ya conoce a su público de naturaleza incondicional, que en su cáscara se aberra hacia un riego controlado...

La criatura bipolar y auto destructiva que cultiva el filme, ayudándose del descomunal trabajo de Demi Moore (en sí misma una sexagenaria que desafía los procesos naturales de envejecimiento), oposita como el monstruo salvaje que nuestra contemporaneidad de Tik Tok necesitaba. La alteración genérica que le permite engendrar una "versión más joven y hermosa" de sí misma está sometida a unas reglas que su ambición desquiciada y contra natura no podrá aceptar. Lo dicho, hay lucidez en el guion. Hay ironía  posmoderna en el tono. Y eso, queramos o no, redime sus excesos, nos invita a digerirlos con placer... 

Carlos Reviriego. El Cultural, 11-10 -2024.

domingo, 20 de octubre de 2024

La falacia de la identidad

Príamo ruega a Aquiles que le devuelva el cadáver de su hijo Hector. 
Pintura de Aleksandr Ivánov (s. XIX)

En toda su obra, Homero trata de la misma forma a los griegos y a los troyanos, los orientales. De hecho el troyano Héctor, el enemigo, despierta más simpatías que el griego Aquiles. Y el rey de Troya, el viejo Príamo, también es merecedor de respeto. Del mismo modo, en la tragedia de Esquilo, el coro llora la muerte de los enemigos persas. El extranjero no siempre fue un ser despreciado y, para los griegos, los romanos y los primeros cristianos, la palabra "bárbaro" no significaba más que eso, extranjero. ¿Cómo se recibía e identificaba a quienes llegaban de fuera, de otro país? 

Ante el problema de cómo definirse frente a los que eran "diferentes", en el siglo XVIII surgió la cultura como "seña de identidad", una especie de "esencia" ligada a un pueblo. En el siglo XIX, el concepto de cultura se amplía para incluir el "comportamiento" de las personas  de una misma sociedad. Pero esa identidad puede perder sus características originales y las sociedades pueden adoptar elementos de otra cultura. Es decir, da la impresión de que la identidad cultural es un concepto cambiante y poco fiable, susceptible de modificarse con el tiempo. En el siglo XX, los sociólogos Émile Durkheim y Marcel Mauss consideran evidente que la cultura no es anterior a los individuos, sino que son ellos quienes, al vivir en grupos, crean un "arraigo social".

En busca de algún aspecto que pueda ayudar a distinguir definitivamente a un grupo de otro, algunas personas siguen utilizando la noción de "raza", a pesar de que es un concepto que no puede aplicarse a los seres humanos, porque constituyen una única raza. En opinión de Luigi Luca Cavalli-Sforza, genetista y biólogo italiano, los miles de años que lleva evolucionando genéticamente la humanidad son demasiado pocos para permitir la aparición de razas diferentes. El racismo es "el fruto amargo" de la ignorancia y el miedo y tardará mucho en desaparecer". También lo tiene claro el Dalái Lama: "Debemos enterarnos cuanto antes de que la humanidad es una sola familia. Física, mental y emocionalmente, todos somos hermanos y hermanas".

La realidad es que, hoy en día, la exclusión  afecta a muchas categorías de ciudadanos: jóvenes, ancianos, personas con discapacidad física y, por supuesto, personas desplazadas. Más de 140 millones de personas viven en un país que no es su país de origen, 114 millones de ellas debido a guerras y persecuciones, violencia y violaciones de los derechos humanos.

Frente a esta corriente, a nuestras sociedades fragmentadas y poco solidarias les cuesta resistirse a la espiral de egoísmo-oposición-intolerancia-xenofobia-rechazo del otro, racismo. En vez de ver que esa otra persona llega acompañada de una nueva riqueza o de otra cultura enriquecedora, todo nos empuja a no ver en ella más que a la persona desfavorecida, con carencias y, por lo tanto con necesidades.

En la actualidad, la posible integración de los inmigrantes y los refugiados políticos, económicos o de otro tipo se rige por dos normas: el sistema de ius solis (derecho de suelo), que determina la nacionalidad en función del lugar donde se nace y construye sociedades basadas en la "integración", como en Francia y algunos otros países; o, por el contrario, el ius sanguinis, es decir, la nacionalidad basada en el parentesco como en Alemania y el Reino Unido, que corre el riesgo de caer en el comunitarismo.

¿Pero que es la identidad personal en una época de globalización económica que, con el pretexto de que interesa  a todos, está creando más exclusión económica que nunca? Sin olvidar unas áreas de mayor fragilidad que son relativamente recientes: la familia, la identidad sexual, la profesión -cuando el trabajo está en crisis- o las identidades simbólicas, políticas o religiosas. ¿La identidad biológica puede dar respuesta a esta crisis? "No podemos seguir definiéndonos en función de la comunidad a la que pertenecemos, porque todo se ha desdibujado; ni por la identidad racial que no existe; ni por la identidad cultural que es porosa; ni por la identidad social, que ha dejado de ser suficiente, y la solidaridad de clase se ha desmoronado en una época de reivindicaciones hechas pedazos", escribe el filósofo Francis Wolf...

¿No podríamos pensar  en una forma de articular todas las patrias, familiares, regionales, nacionales, continentales, para integrarlas en la gran patria terrestre?", sugiere Edgar Morin. La patria terrestre no es una abstracción: es el origen de la humanidad...

Promover culturalmente lo nómada frente a lo sedentario, el derecho de injerencia frente al repliegue, la tolerancia frente a la identidad, la pertenencia a muchos sitios frente a la exclusión... Queda un largo camino por recorrer.

Nicole Muchnik. Babelia. El País, sábado 28 de septiembre de 2024.

sábado, 19 de octubre de 2024

El himno de fútbol más estrambótico

La galette saucisse, símbolo culinario de Rennes.(Maxppp. Marc Olivier)

La galette saucisse, una salchicha bretona envuelta en crepe, es el símbolo culinario de Rennes y de su equipo de fútbol. Pasión doble. Los habitantes de Rennes (Bretaña) eligieron unir dos símbolos de la gastronomía bretona  para crear un identitario elogio de la sencillez gastronómica y una canción: el himno de su equipo de fútbol, cuya letra no puede ser más deliciosa a la vez que estrambótica: "Yo te amo, crepe de salchicha./ Comeré kilos y kilos de tí / por toda la región de Ille-et-Vilaine/ con leche de Ribot. /Y si me abandonas, /entonces me envenenaré /¡con callos de Caen / y paté de cerdo de Le Mans!". 

La particular magdalena proustiana de los habitantes de Rennes, una salchicha enrollada en una crepe, se encuentra por todas partes. Para hacerse una idea del nivel  de devoción solo hay que ir una mañana de sábado al Marché des Lices (uno de los mercados más antiguos de Francia, en marcha desde 1622) y asistir a las colas que se forman entre  las 10h. y las 13h. en las cinco camionetas especializada en el asunto. La galette saucisse también se halla en cumpleaños, bodas, meriendas, aperitivos, primeras citas y, sobre todo en la Route de Lorient, cerca del parque Roazhon, en el campo de fútbol del equipo de Rennes, donde está terminantemente prohibido vender otra cosa. Aquí no caben ni los gloriosos frankfurts del Camp Nou, ni los sausages roll de Wembley ni mucho menos los hot dogs industriales del Yankee Stadium. Contra la plaga globalizadora del hot dog, parrilla, carbón y humo de galette saucisse. Y si puede ser al natural nada kétchup ni mostaza.

Es realmente difícil hallar en este mundo una identificación tan profunda con un producto. Philippe Bohoun, coordinador adjunto de arquitectura y patrimonio en Destination Rennes, explicó en el diario Ouest-France: "Aunque las galettes se conocían desde la Edad Media. las galettes saucisse se comían en el mercado de Lices en el siglo XIX por su practicidad. Es a partir de 1901, año de la fundación del club de fútbol Stade Rennais, cuando también se empiezan a encontrar en los partidos de fútbol"...

La vinculación de los habitantes de Bretaña con la crepe suma 700 años. Gracias a su clima húmedo aquí se tenía un mayor cultivo de trigo sarraceno. Los primeros vestigios de la crepe moderna aparecen en el libro Le Tretiz (El Tratado). un poema anglo-normando escrito en el siglo XIII por Walter de Bibbesworth en que se habla de las crispes, derivado del latín crispus o crispa, en referencia a un elemento ondulado con pliegues, claro precedente de nuestros crepes.

Autóctonos, aficionados, estudiantes y hasta turistas se saben de memoria el himno como nos  sabemos las canciones aprendidas en la infancia. Cualquier momento es adecuado para celebrar este tótem de la gastronomía tradicional y cuando se acaba es el momento de alucinar con los autores del himno, aficionados del Rennes, pese a sus bajísimos instintos al aludir al equipo rival (siempre desde el cariño): "Me gustan los hinchas del Lavallois/ cuando están muy hechos a la parrilla sobre un fuego de leña. /Pero no los como./Son malos para el hígado...Galette-saucisse, yo te amo...

Use Lahoz. El País Semanal, 18 de septiembre de 2024.

viernes, 18 de octubre de 2024

Alejandro Baliñas gana el concurso Neue Stimmen 2024

Alejandro Baliñas Vieites.
(Foto: Studio J'Adore Ce Que Vous Faites!) 
Alejandro Baliñas Vieites, joven bajo santiagués lanzado a una carrera internacional imparable, ha dado un paso más en su trayectoria al alzarse con la victoria en el prestigioso Concurso Neue Stimmen (Nuevas Voces) 2024. El certamen (con sede en Renania del Norte-Westfalia) celebra este año su vigésima edición.

Cuenta con potente jurado internacional (presidido por Dominique Meyer, superintendente del Teatro Scala de Milán) y es una de las máximas referencias actuales, contribuyendo a lanzar las carreras de algunos de los principales cantantes emergentes de nuestro tiempo.

Además del primer premio (que comparte con la soprano polaca Magdalena Lucjan), el gallego fue merecedor del Premio del Público y del Premio Especial Patagonia Voice, corroborando su rotundo éxito en la competición.

Baliñas (1997) viene pisando fuerte desde hace algunos años. Tras debutar en temporadas  como las de Amigos de la Ópera de A Coruña (donde fue el el marqués de Calatrava y el alcalde en la producción de La forza del destino que se presentó en 2022), se forma en prestigiosos proyectos internacionales, como la Academia Rossiniana del Festival de Pésaro (que le llevaría a debutar en el Festival de Pésaro, con el que colabora regularmente) o la Ópera de París, de la que es artista en residencia  desde el 2021 y parte de su ensemble, en un buen número de títulos y funciones (Salomé, La dama de picas Simon Boccanegra, por ejemplo), compartiendo escenario  con los más reputados artistas de la actualidad.

El ascenso de Baliñas (que destaca por la rotundidad de su instrumento y una presencia escénica indiscutible) no parece tener fin. En noviembre será Timur en la Turandot que prepara el Teatro de la Maestranza de Sevilla y en febrero cantará Zaccaria de Nabucco de Verdi para la Ópera de Sabadell, sin olvidar su fecunda relación con la Ópera de París, que le hará intervenir en  de Don Carlos o Il Trittico.

Este triunfo en el Neue Stimmen es un punto de inflexión en la carrera de un cantante que, si bien llama la atención de todo aquel que escucha una de sus actuaciones, todavía espera que las temporadas gallegas le den la oportunidad que merece. Nadie es profeta en su tierra, pero este es, sin la menor duda, el primer paso para que Baliñas se convierta en uno de los bajos españoles más importantes de su generación y un cantante a seguir. Ojalá podamos disfrutar de su canto pronto en Galicia.

Hugo Álvárez. La Voz de Galicia, domingo 13 de octubre de 2024.

jueves, 17 de octubre de 2024

"Desertar". Un refugio para tanta guerra

La lógica comercial propia de nuestros tiempos, que premia libros entretenidos y adictivos, pero de escaso vuelo, hace cada vez más difícil identificar autores de profunda ambición literaria y estilística que tengan, a su vez, cierto reconocimiento del público, e incluso algo de publicidad mediática y social en algunos casos.

 Hay excepciones, como en nuestro país el añorado Javier Marías (de cuya muerte se cumplieron dos años hace escasos días), el también fallecido hace pocos meses Cormac McCarthy, o los franceses Michel Houellebecq y Emmanuel Carrère entre otros.

Y entre eses otros está el también francés Mathias Enard (Niort, 1972), padre de una obra profunda y coherente que llegó a nuestro país en los primeros años de la década pasada con la traducción de sus primeros libros. Quizá recuerde el lector Remontando el Orinoco y su adaptación  cinematográfica, titulada A corazón abierto y protagonizada por Juliette Binoche.

Durante esos años, Enard recibió algunos de los galardones de las letras más prestigiosas de su país, como el Prix du Livre Inter 2009 por Zona (novela de una sola frase de cuatrocientas páginas) y, sobre todo, el Goncourt en 2015 por el que es su libro más reconocido hasta ahora, Brújula. Una novela en la que el autor mostraba todo su conocimiento no solo de la técnica literaria, sino del Oriente próximo, de su actualidad dramática y de su historia reciente, tan plagada de tópicos que se proponía desmontar. No en vano, Enard es un experto en la materia, traductor del árabe y el persa, y residente durante años en una ciudad  mediterránea como Barcelona, donde impartió clases en la universidad...

Se publica ahora en español Desertar, merecedora del premio Camus 2022, que atesora las virtudes de ambos fundamentos de la literatura de su autor: la innegociable y ambiciosa voluntad de estilo (más evidente en Zona) y su no menos importante intención política (presente de forma más clara en Brújula). Lo hace además, con dos historias  diferenciadas que transcurren de forma paralela.

En primer lugar, la historia en la que se narran las vicisitudes de un soldado que deserta y que se pone en marcha en busca de un lugar en el que refugiarse. Pero no uno cualquiera, sino un espacio en el que fue feliz en una juventud inocente cuyo recuerdo aparece como vía de escape ante la guerra...

El relato alterno se inicia el 11 de septiembre de 2001, justo antes de que nos llegaran las imágenes  de los atentados terroristas de los aviones estampados contra las Torres Gemelas y el Pentágono....Durante aquella mañana del final del verano, en un barco que navega entre Potsdam y Berlín, se celebran unas jornadas de homenaje  a Paul Heudeber, un reputado matemático de la antigua República Democrática Alemana...

Un fresco del siglo XX con moralejas desalentadoras, tanto por el propio relato del impacto emocional perdurable de los atentados del 11S, como por las consecuencias políticas que produjo... El mundo se ha desordenado, nadie lo duda. Y aunque el trasfondo de los libros de Mathias Enard quizá resulta demasiado pesimista, nadie puede dudar de su brillantez literaria. Tampoco en Desertar . 

Antonio G, Maldonado. El Cultural, 11-10-2024.

miércoles, 16 de octubre de 2024

Paloma Picasso. Administradora del legado artístico de su padre.

Aunque su padre la retrató en solitario en dos ocasiones (Paloma á l'orange y Paloma en bleu) fue Paloma à la guitare (1965), una pintura de su madre Françoise Gillot, la que batiría récords por venderse por 1,3 millones de dólares (1,17 millones de euros) en una subasta online en Sotheby's. "A mí quien me educó fue mi madre, a mi padre lo vi mucho menos", contaba ayer Paloma Picasso (Vallauris, Francia, 75 años), diseñadora de joyas, bolsos y creadora de perfumes, sentada en un salón del Museo Picasso de Barcelona.

Desde 2023, la hija del artista es patrona del museo y nueva administradora de la Succession Picasso, que gestiona los derechos ligados al artista y su obra, cargo que asumió un mes antes de que falleciera su hermano Claude Ruiz-Picasso, en agosto de 2023. Ha hecho una visita exprés a la capital catalana en la que asistió a la inauguración de Picasso i el Port 1895-1904, una muestra urbana sobre la vinculación del artista con el frente marítimo de la ciudad.

P.- La conocíamos por sus diseños de joyas y su vertiente empresarial en moda, ¿ha cambiado mucho su vida desde que asumió ser administradora?

R.- Al principio una amiga me dijo:¿Cuánto tiempo crees que vas a estar trabajando con eso de la familia y  la administración" Respondí: "Un 40% como máximo. Me contestó: "Estas soñando, va a ser mínimo el 80%". Ahora estoy al 120%.

P.- ¿Sigue creando?

R.- He podido hacer una colección de pulseras que llegará a las tiendas el año que viene. La ideé en marzo, tengo suerte y transcurren meses entre que paso los bocetos y la comercialización. Eso me permite tener tiempo para el legado. 

P.- La hija de Agnès Varda, que administra el de su madre, dijo hace poco que en el CCB que su labor no es la de hacer de crítica cultural, sino acercar la obra al público. ¿Qué papel quiere ejercer en esta posición?

R.- Entendí muy pronto que no era una maldición que la gente se me acercase por ser hija de Picasso. A los 15 años hice mi primera sesión de fotos como modelo para el Vogue estadounidense. Después de las mías venía Geraldine Chaplin a posar al estudio. Me quedé para conocerla y vi la luz. Si a mí me interesaba conocer a Geraldine Chaplin, tenía que entender que la gente quisiera conocer a Paloma Picasso por ser una Picasso. Eso no quita que cuando comencé a dibujar pedí firmar solo con mi nombre, Paloma, sin el Picasso.

P.- ¿Por qué?

R.- Dibujaba desde niña, pero me decanté por el mundo de la moda porque era el único que no había tocado mi padre. Intente firmar sin Picasso una colección. Cuando llegué a Nueva York y vi escrito "Paloma Picasso", me hundí. Pero ahí asumí que eso iba a pasar siempre. Mejor aceptarlo. Las puertas se me abren más fácilmente con ese apellido, obviamente, pero también está quien te las cierra de golpe.

P.- En 2023 se hicieron muchas exposiciones en relación con el 50º aniversario de la muerte de Picasso. ¿Hubo alguna que le desagradara en su planteamiento?

R.- Lo bueno de Picasso es que siempre hay exposiciones, es extraordinario porque siguen  descubriendo modos de mirar su obra de una manera distinta. Sí hubo una exposición en Nueva York, en Brooklyn, que creía demostrar que mi padre era un macho terrible. No me gustó...

P.-Su madre, pintora, fue la única mujer que abandonó a Picasso. Cuando lo hizo, el le advirtió: "¿Crees que alguien va a interesarse por ti ? Jamás lo harán solo por ti. Las personas que crees que te aprecian, solo tendrán una especie de curiosidad por alguien cuya vida rozó la mía".

R.- Mi madre me demostró que se podía creer en la carrera profesional y permanecer en ella. Ella me dio esos valores. Mi padre no creía en la educación, tampoco creía en las escuelas de arte. Es cierto que cuando yo tenía, creo que 13 años, empecé a oír del Women's Liberation Movement (WLM), el movimiento feminista de EE UU, "¿Qué quieren estas americanas? Yo no veo el problema", pensé. Cuando llegué a los 15 o 16, lo entendí. Lo que pedían era lo que era mi vida con mi madre: la demostración de que sí se podía tener aquello que reclamaban, porque mi madre lo hizo todo sola, vivió de su pintura. Yo heredé esa idea, la de que podría hacer todo lo que se me pasara por la cabeza, igual que un hombre.

Noelia Ramírez. Barcelona. El País, martes 1 de octubre de 2024.

martes, 15 de octubre de 2024

"Le fil rouge". Renzo Piano Building Workshop

En la exposición se uede ver la maqueta "Atlántida" una isla imaginaria que reúne
 las 109 obras de Renzo Piano construidas en  los años 60 del s. XX. 

Una muestra en Madrid  analiza el hilo conductor que une los proyectos, formalmente distintos y geográficamente tan alejados, del arquitecto genovés.

"Nuestra conciencia de las estructuras ha liberado nuestra capacidad de expresión". Desde que Renzo Piano ganara, con el desaparecido Richard Rogers, el concurso para levantar el Centro Pompidou en el corazón de París, el genovés tiene oficina en esa ciudad. Habiendo construido literalmente por medio mundo -de Uganda a Nueva Caledonia, de Taipéi a Estambul o del corazón de Nueva York al de Londres, Roma o París-, solo tiene ese despacho parisiense, más allá de su casa madre: la casi invisible sede de Génova que, como los clásicos modernos, ha utilizado como laboratorio.

Frente al Mediterráneo, en la ciudad donde nació, Piano ha ensayado y cuestionado todo tipo de soluciones arquitectónicas y tecnológicas como la domótica que activó y desactivó mucho antes de que empezara a comercializarse el mundo smart y sus aplicaciones, convencido de que las necesidades humanas de brisa o soleamiento no eran generalizables y resultaba más cómodo hacer y decidir que someterse a un mundo perfecto y controlado.

Él mismo es más un inventor que un artista plástico, más un fascinado por el ingenio que un obsesionado por la tecnología. Por eso, lo mejor de la muestra que le dedica ahora el COAM de Madrid es que resume y demuestra esta idea. Su economía de medios contrasta con la rotundidad de los hechos que resume. Más allá de contar una trayectoria, ofrece una lección, que Piano, seguramente catalogaría de opción. La trayectoria del Building Workshop resume la fascinación que convierte la vida en un descubrimiento continuo

El suyo es un pionerismo fruto de la inquietud y alejado de la carrera de ser el primero, tan singular como tener estudio en París. Ambos hechos retratan a Piano como un creador inquieto alejado de cualquier narcisismo, y, a la vez como un romántico. Así, liviano y arraigado a la vez, hoy tiene a su mando a 80 personas que, bajo el amparo de su taller, Renzo Piano Building Workshop, trabajan por el planeta literalmente reinventándolo.

Le fil rouge, el título  de la muestra, hace referencia al bilingüismo del italiano y su estudio y, como tal, al hilo conductor que conecta ideas y recursos arquitectónicos para establecer una conexión entre proyectos aparentemente distintos. Con Piano no es nunca la forma, ni siquiera el concepto, lo que une: es la solución. Con mentalidad de inventor, se inició con una mezcla de pragmatismo y utopía  que le llevó a intentar lo más difícil: dar cobijo a la humanidad a partir de soluciones ingeniosas a precios asequibles. 

La exposición empieza por el final: un mapa imaginario en el que 200 de los proyectos que firma el estudio se representan en su versión más sencilla. Sin acabados, sin referencias plásticas, con volumen y escala: desde el aeropuerto Kansai de Osaka -en terreno ganado al mar - a la Maison Hermès de Tokio, o a la sede de The New York Times. Hay proyectos de todos los tamaños: de la vivienda mínima prefabricada Diogene al estadio del Bari. Las remodelaciones, como la fábrica Ligotto de Turín o la ampliación del Art Institute de Chicago. Y luego están los museos, del Pompidou al Paul Klee de Berna, de The Menil Collection de Houston al High Museum of Art de Atlanta o la Fundación Botín de Santander...

Piano ha defendido en sus escritos la necesidad de saber hacer las cosas no solo  con la cabeza, también con las manos. Esta muestra habla ese idioma. Con la sencillez de un juego de cartas despliega un hilo conductor. Alejada del azar de las cartas, demuestra un empeño por solucionar que resulta en invención continua.

Anatxu Zabalbeascoa. Babelia. El País, sábado 12 de octubre de 2024.

lunes, 14 de octubre de 2024

"Un silence"

El tema de Un silence sigue vigente: los abusos sexuales en el seno de la familia y su correspondiente plus de degradación moral. Finalmente una madre y esposa decide hablar después de demasiado tiempo callada. Sería el resumen  de la más reciente propuesta de uno de los autores más relevantes del cine belga actual, Joachim Lafosse (1975), muy interesado en hacer aflorar conflictos vinculados a las relaciones humanas en su filmografía desde que en 2004 se dio a conocer con la cinta, inédita aún en España, Folie privée. En la casi totalidad de sus filmes asoman parejas en plena colisión, hijos con problemas, entramados emocionales en los que participa además compartiendo la autoría del guion. Este último trabajo se mantiene en esa línea, con un óptimo cuidado formal, sobre todo en el manejo de la luz -a cargo de su compatriota, el también director y fotógrafo Jean-François Hensgens- al servicio de una historia de trazos duros. 

Un conocido abogado, especializado en ese tipo de casos vinculados a la infancia, entra en crisis al no encontrar el apoyo necesario en su propia familia, cuando los secretos afloran, y pese a las dudas iniciales de su mujer, que parecía sometida. Todo esto -quizá en una premeditada pirueta- obliga al espectador a tomar partido por unos o por otros, facilitando espacio a sus propias deducciones. Lo que pudiera parecer confuso o embarullado responde a la voluntad de alejarse de lo obvio. Sería un drama más en torno a ese espinoso tema si Lafosse no aportase su toque personal con la implicación de los protagonistas, Emmanuelle Devos y Daniel Auteuil, cuidando los matices necesarios en sus personajes. Quizá ella represente el silencio del título, más todavía cuando en un momento determinado él admite estar muy cansado y le pide ayuda... Con toques de thriller, y un recurso a las apariencias y las dobles lecturas, el filme se erige elegante y sutil para relucir el lado siniestro de la trama.

Miguel Anxo Fernández. La Voz de Galicia, sábado 7 de septiembre de 2024.

domingo, 13 de octubre de 2024

Pascal Bruckner:"Vivir en zapatillas"

El mantra apocalíptico  en 2020 señalaba que jamás nada sería igual tras la pandemia. Cuatro años después podría decirse que, en realidad, casi nada ha cambiado, especialmente lo que hubiera sido saludable transformar. El filósofo Pascal Bruckner (París, 74 años), sin embargo, cree que el confinamiento de la población mundial ha alumbrado a una nueva generación de perezosos, hombres y mujeres con miedo a salir de casa, a amar, a exponerse a la vida. Más allá de no  aprender determinadas lecciones, hemos salido peores, confinados en nosotros mismos y en nuestros temores, cuenta el pensador en Vivir en zapatillas (Siruela), que se publica ahora en España. A finales de mes, participa en el ciclo Pensamiento y Debate del Centro de Cultura Contemporánea Conde Duque, en Madrid.

Bruckner, miembro del movimiento de los Nuevos Filósofos como André Glucksmann, Alain Finkielkraut o Bernard-Henri Lévy, autor de fabulosas obras como La tentación de la inocencia, encarna también hoy una rebeldía común  en cierta clase de pensadores franceses contra el neofeminismo, el wokismo  o la supuesta condescendencia con el islamismo  de algunas corrientes políticas que buscarían caladeros electorales en los suburbios de los migrantes. Todos esos movimientos, explica el pensador en su casa del Marais de París, quintaesencia del pijerío moderno de la capital francesa, no hacen más que separarnos. "Al final, mantendremos relaciones en presencia de un abogado", anuncia en ese tono entre provocador y pícaro marca de la casa.

P.-No se lo creerá, pero de camino me he cruzado con dos tipos que paseaban por la calle en zapatillas y pijama.

R.- Es curioso, los domingos también veo a gente haciendo compras en zapatillas.

P.- Usted no las usa ni en su casa. ¿Cómo vivió la pandemia?

R.- Muy bien. Mi pareja vive en Bélgica, hablábamos tres veces al día. También con mis hijos, pero no pude trabajar bien. El primer confinamiento, el segundo fue una repetición horrible aunque logré escaparme e ir a esquiar con un amigo, así que buen recuerdo. 

P.- Parecía que la pandemia iba a marcar nuestros recuerdos y a cambiar nuestros hábitos, la frontera entre dos vidas distintas. Ahora parce que no existió.

R.- El olvido es el arma más eficaz de la sociedad. Borramos y luego construimos un recuerdo. Para mi generación no fue para tanto, teníamos amigos, carreras hechas. Para los jóvenes y quienes comenzaban la vida, fue terrible. Hay enfermedades mentales derivadas de aquello. Fue también la prueba del genio humano para hacerle frente.

P.- Su libro parece más bien una crítica a una generación más que a una sociedad.

R.- En Francia la gente adoró el primer confinamiento. Les pagaban por quedarse en casa, ves los vídeos y era como un paréntesis.

P.- La idea de vivir sin trabajar perdura. En los movimientos sociales y filosóficos. Hasta el propio Elon Musk  predice un futuro donde la IA trabajará por nosotros y cobraremos un subsidio universal.

R.- La covid-19 ha revelado una alergia al trabajo del mundo occidental. En EE UU un poco menos,  quizá por la ética protestante. Pero aquí las generaciones más consentidas ya no quieren trabajar. La contrapartida es la inmigración. Como los franceses no quieren trabajos difíciles los hacen ellos.

P.-Muchos se fueron al campo. ¿Lo idealizaron?

R.- Claro, la vida allí es dura. Tenían la visión de Rousseau. Pero la vida del campesino era terrible, eran esclavos de la sociedad. Y en el siglo XIX muchos parisienses quisieron huir de la polución y brutalidad, y terminaron muriendo de aburrimiento en la Provenza. Es la diferencia entre utopía y realidad.

P.- En todo caso es un movimiento liderado por gente con un nivel adquisitivo medio o alto que, generalmente, tenían segundas residencias o trabajos que permitían desarrollarse a distancia: diseñadores, arquitectos... Cunde la idea de que el trabajo es algo indigno que nos priva de la vida real.

R.- Sí, y con este movimiento la gente gana menos y las sociedades se empobrecen. El estadounidense medio gana lo mismo que el francés rico. Europa se adentra en un empobrecimiento provocado por las malas decisiones políticas, y por esta idea de trabajar menos de los jóvenes, pero tener las mismas ventajas sociales que proporciona el Estado.

sábado, 12 de octubre de 2024

Diseño urbano. El descanso se viste de rojo

Stadt Lounge, St. Gall.

Cuando Pipilotti Rist (Grabs, Suiza, 72 años) presentó su pionera e insólita sala de estar al aire libre en San Gall, dijo que estaba hecha con sangre de monstruo. El líquido de la bestia imaginaria derramado sobre las calles del barrio de Bleichi se convirtió en caucho granulado y, cubriendo elementos como un jarrón gigante, un coche o una fuente, dio lugar a una alfombra roja  que invade y homogeneiza plazas, calles mobiliario urbano generando un contraste deliberado con el entorno. Así se ha transformado un distrito en el que, cuando los oficinistas se iban a casa y las tiendas cerraban, muchas cosas no pasaban. El proyecto se puso en marcha hace más de 15 años y corrió a cargo  de esta reconocida videoartista y el arquitecto de origen español Carlos Martínez, ambos originarios  del cantón de San Gall.

En estos tiempos que corren en los que el debate urbanístico gira en torno a la gestión del espacio público, proyectos como los superilles o supermanzanas (zonas de distribución del tráfico o para uso vecinal) de Barcelona han demostrado ser un acierto. Tanto que hasta los propios vecinos que lo criticaron no volverían atrás ni por asomo. Por eso resulta agradable  descubrir precedentes  mucho más radicales  en su puesta en escena y que no generaron conflicto y sí entendimiento y empatía, además de abrir caminos e inspirar  nuevas protestas  en favor de la comunidad.

Este City lounge no entiende que a una persona se le llame peatón. Es una segunda piel: uno siente apego por un espacio que se va haciendo suyo a distintas horas del día y de la noche. Subversiva y acogedora es una verdadera sala de e star pública amueblada con sofás, sillas, mesas, tumbonas. Los niños se mueven sobre el tartán como en un parque encantados con la tactilidad. Unos adultos discuten sentados con el tono de voz con el que se debate en Suiza y el bróker de turno dicta cifras al móvil cuando baja a airearse para descontracturar el cuello. Por la noche, las hermosas farolas que simulan descarriadas rocas flotantes iluminan el escenario y atraen con su luz a los más jóvenes. En 2017 ganó el A'Desing Award&Competition en la categoría de diseño de mobiliario urbano. En definitiva, se trata de una creación que rompe las líneas entre la intervención artística y el diseño  y se poya en la idea  de convertir la calle en un lugar de juego y deleite para los ciudadanos.

Pipilotti Rist inició su carrera artística en San Gall, y por eso, en el Kunstmuseum recuerdan con orgullo que fueron ellos los primeros en organizar la exposición institucional  de 1994 que les abrió las puertas al gran público. Melanie Bühler, su actual directora, dice sobre la plaza: "Una mancha tan grande rojo evoca un espacio de juego, imaginación, asombro y posibilidad. Las zonas urbanas como esta se quedan desiertas después de horas de trabajo y compras. Gracias al Stadt Lounge se ha convertido en un lugar de encuentro y reunión y da vida a una zona que, de otro modo estaría muerta". También recuerda que no deja de ser un reflejo del lenguaje de Rist: Una artista visionaria, una pionera del videoarte y de las instalaciones multimedia que ha creado su propio y distinto universo visual en el que mezcla feminidad, cultura pop y un sentido de la maravilla y el sueño similar al de Alicia en el País de las Maravillas".

Use Lahoz. El País Semanal, 20 de agosto de 2024.