viernes, 4 de octubre de 2024

París reivindica el valor de la autoría

Propuesta de Nicolas Ghesquière para Louis Vuiton.
                     Foto:Johanna Geron (Reurters)

¿Están los diseñadores por encima de la identidad de una marca? ¿Puede un diseñador llevarse su ADN de una firma a otra? ¿Existe la fatiga de una marca? ¿Es necesario la figura del diseñador?. Todas estas preguntas sobrevuelan esta semana de la moda de París desde su arranque. En primer lugar, por el regreso a las pasarelas de Alessandro Michele como director creativo de Valentino. También por los insistentes rumores de nuevos nombramientos de diseñadores en algunas de las grandes casas de la industria.

Comencemos por el final. Nicolas Ghesquière firmó hace unos meses su continuación durante cinco años al frente de Louis Vuitton, donde acaba de cumplir 10 años como director creativo. Ayer presentó en el carrousel del Louvre , donde siempre desfila, una colección sobre una pasarela compuesta por maletas de Louis Vuitton de distintas épocas. Se pudo ver el virtuosismo del francés en el manejo de los tejidos y los cortes, su querencia por la ciencia ficción y el espacio representado en ilustraciones sobre los tejidos y en el uso de los colores metalizados o sus armaduras, esta vez enfocadas al volumen de los hombros. Así lo resume el mismo en sus notas del desfile: "La intratable ligereza. Vibraciones que lo dominan todo. Profundidades arácnidas. Opulencia etérea. Una aguda delicadeza. Una resuelta feminidad, la mecánica de la fluidez. Todas estas eran hasta hace 10 años Balenciaga, casa de la que venía Ghesquière, pero ya no lo es porque ahora Demna es quien define hoy la marca de la casa.

Miuccia Prada presentó ayer en colaboración con la artista Goshka Macuga, un periódico que esperaba a los asistentes que se sentaban en una instalación que emulaba a una rotativa. La idea era "descifrar la verdad y su representación", como explicaban las notas del desfile. Subieron a la pasarela del Palais d'Iéna de París Hilary Swank, Alexa Chung, Cara Delevingne, Eliot Summer y cerró el desfile Willem Dafoe, otro clásico de Miu Miu, trabajar con personajes descontextualizados y sorprendentes. La colección explotó al máximo el estilo nerd de la firma. Prendas sobre prendas sobre prendas creando escotes formados por cuellos de camisa abierta y tirantes...

Chanel volvió al Grand Palais de la capital francesa después de seis años de mostrar sus colecciones en el gran palacio efímero. Esta colección creada por el equipo creativo sin ningún nombre a la cabeza, fue una perfecta colección de Chanel. El tweed -quizás ahora algo más ligero en su uso-, apliques de plumas y flores, juegos de punto, por supuesto las rayas, el rosa, la camelia y unas sutiles capas que vestían las prendas sin aportar pesadez. Puro Chanel.

Se plantea entonces la pregunta: ¿necesita una marca centenaria con un ADN reconocible como el gran símbolo del lujo un gran nombre, o un nombre, al frente de la firma? Los diseñadores no trabajan solos, sino con enormes equipos y divisiones  que son los que pueden perpetuar los legados de las firmas  y los que guían a los nuevos diseñadores  a integrarse en su nueva casa. El ejemplo de un gran nombre en una marca, y el instigador  de estas preguntas durante la semana de la moda, es el caso de Valentino y Alessandro Michele. Muchos apuntaron cuando vieron el primer desfile del italiano en Valentino a un Gucci reconvertido,  pero lo cierto es que Michele solo fue directivo  creativo de la firma italiana ocho años, y Gucci es una marca centenaria. ... Es extraño que hayamos asimilado tanto las derivas extremadamente comerciales  en las que se debe renovar para vender, que ya ni siquiera en los desfiles, la parte más artista de la moda, veamos el hecho de mantenerse fiel a un discurso como un valor positivo.

Sofía Ruiz de Velasco. El País, , miércoles 2 de octubre de 2024.

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