Sus historias desenmascaran la vida de lujo de aristócratas, políticos. ejecutivos o el sosiego aparente de idílicos pueblos. Los suyos son unos personajes moralmente ambiguos que viven en una burbuja que explota cuando un crimen los sacude directa o indirectamente. En su nueva novela, tras un atraco a una joyería en Ginebra en la que se ven involucradas una pareja de clase media y otra de clase alta, uno de los personajes explica sus motivaciones: "Son esos atracos los que me hacen ser como soy La persona que tanto me gusta, la que atrae todas las miradas , existe porque ha cometido atracos. Los atracos son parte de mí. Una parte secreta que se oculta tan hondo como sea posible y de la que no puedo hablar con nadie". "Gran parte delos crímenes son cometidos por psicópatas, pero podría ser cualquiera"profundiza Dicker... Desde que publicó Un animal salvaje a finales de febrero en francés, el autor ha estado inmerso en una frenética gira internacional: Francia, Suiza, Bélgica, Italia y ahora España. "Soy muy consciente de hasta qué punto el éxito es algo valioso y lo respeto y lo cuido, precisamente haciendo promoción y viajando a ver a los periodistas. Sé que todo eso me ofrece libertad para escribir.", dice el autor.
Es paradójico que esa persona amable, alta y sonriente sea cronista de la condición más instintiva y animal del ser humano. Esos secretos oscuros que salen a la luz como insectos al levantar una piedra son la base de su narrativa...
Animal Salvaje es una fábula sobre las falsas apariencias en la que Dicker introduce una figura inédita en su narrativa: la femme fatale, al estilo de los clásicos noir cinematográficos. Una manipuladora que aprovecha el impacto que causa en los hombres para alcanzar sus objetivos y recuerda a Rita Hayworth en La dama de Shangahái (1947) o a Ava Gardner en Forajidos (1946). Un personaje de carácter poliédrico que desquicia a quienes se acercan a ella, exitosa profesional de 40 años en la plenitud de su vida. "Era muy importante que Sophie fuera fuerte. El libro empieza y termina con ella. Trabajé durante mucho tiempo para que fuera el epicentro de la historia y de las relaciones entre los otros personajes. Piensan que ella es mejor en todo lo que hace", explica. (...)
Después de ambientar sus novelas en diferentes ciudades de Estados Unidos, en Un animal salvaje el escritor se adentra en su Ginebra natal. "Me gusta escribir sobre lugares que domino. Es importante transmitir una atmosfera creíble, y no lo lograría mirando localizaciones en Google Maps. Escribí historias en EE UU porque es un país que siempre visito y conozco bien". Conocer bien es un concepto relativo y Dicker no rechaza la posibilidad de ambientar una historia en Madrid, capital donde ha estado unas cinco veces. "Creo que he logrado captar a la ciudad y a los madrileños. No te puedo hablar de los lugares que obligatoriamente hay que visitar, pero sí de la atmosfera".
Dicker escribe sobre la marcha, empieza un texto sin saber dónde irá ni cómo terminará. Cree que esa incertidumbre, el no saber qué sucederá después, es el motivo por el que los lectores se enganchan a sus obras. "Me ayuda mucho trabajar sin un plan, no tengo ninguna idea de lo que voy a escribir. Tiro del hilo de lo que voy a contar, pero no tengo un esquema de todo lo que pasará en el libro". (...)
De la noche a la mañana pasó de ser ninguneado a convertirse en un fenómeno. Lo que vino después de La verdad sobre el caso Harry Quebert fueron seis millones de ejemplares vendidos y cuatro premios importantes de literatura, entre ellos el Gran Premio de Novela de la Academia Francesa. Su literatura ha sido tildada de vacía por parte de la crítica, y comparada con la de otro superventas: Dan Brown. " Esa similitud la divulgaron las editoriales y las librerías cuando dijeron que no habían visto otro fenómeno de ventas desde Dan Brown, pero no sé hasta que punto es válida la comparación. No trabajamos en el mismo género". Le interesan más los lectores que crea alrededor de su obra. "Siempre nos están comparando con los demás y a mí lo que me interesa es la comparación conmigo mismo".
Caio Ruvenal. Icon. El País, 13 de junio de 2024.
No hay comentarios:
Publicar un comentario