El cuadro de Pissarro en el Thyssen.
(Foto: Quim Llenas)
La copia del cuadro de Pissarro, que fue expoliado por los nazis durante la II Guerra Mundial cuelga hoy en la sala de David, que acaba de cumplir 70 años. "La miro todos los días y en mi mente hablo con ella. Le digo: 'Vuelve a mí, vuelve a nosotros", dice Cassirer desde Denver, donde vive. La esperanza de que eso ocurriera parece haberse acabado definitivamente en enero, después de que el Tribunal de Apelaciones de California fallara en contra de los Cassirer y sentenciara que España tiene derecho a retener el cuadro, refrendando varias decisiones judiciales previas en tribunales federales estadounidenses en 2015 y 2022. Tres jueces del Tribunal de Apelaciones consideraron que prevalece la norma española sobre la californiana, lo que afianzó la permanencia del pissarro en Madrid, aunque la jueza Consuelo Callaban emitió un voto particular para subrayar que "España debería haber renunciado voluntariamente al cuadro".
Pero recientemente el Gobierno de California ha dado un nuevo aliento a la reclamación de los Cassirer. Gavin Newsom, gobernador del Estado, firmó el día 16 una ley para ayudar "a los residentes a recuperar arte y propiedades robadas como resultado de una persecución política". Newsom promulgó la norma en un evento en el Museo del Holocausto de Los Ángeles, rodeado de miembros de la familia Cassirer . "Es un imperativo moral y legal que se devuelvan estas valiosas piezas a sus legítimos dueños" aseguró el gobernador demócrata.
La obra fue adquirida por el barón Hans Heinrich von Thyssen- Bornemisza en 1993 después de que pasara por varias manos. Su compleja historiase remonta a medio siglo antes. Lilly Neubauer, judía, se vio obligada a venderlo a principios de 1939 por 900 marcos, unos 360 dólares de hoy (322 euros) para pagar un visado y abandonar la Alemania nazi junto a su esposo, un médico de Múnich, rumbo a Inglaterra. La hermana de Lilly se quedó en Alemania para cuidar de su madre y murió en Auschwitz. Claude Cassirer, nieto de Lilly, descubrió el cuadro, valorado en decenas de millones de dólares, e intentó recuperarlo a través de gestiones diplomáticas. Cuando estas no funcionaron, inició en 2005 una batalla legal para recuperarlo. (...)
Según Sam Dubbin, abogado de los Cassirer, la nueva ley abre una vía para las familias litigantes en EE UU. "Deja muy claro que solo la ley de California puede aplicarse en una disputa por arte robado. No solo para las víctimas del Holocausto, sino para cualquiera que ha sido despojado de arte de su propiedad", asegura vía telefónica. El texto de la norma solo permite la reclamación de arte robado hasta 100 años antes de su `promulgación.
Otros juristas se muestran escépticos. "Es inconstitucional, no se mantiene dentro del orden legal", asegura un abogado que conoce el caso pero no quiere ser citado. Cree que el Congreso de California intenta cambiar las reglas del juego porque a una de las partes no le favorecen los fallos de las cortes federales. No le corresponde a California posicionarse en temas que competen a las leyes federales", añade el letrado, quien vive y litiga en ese Estado.
Thaddeus Stauber, que representa a la Fundación Colección Thyssen-Bornemisza en el caso, señala que la legislación de España sobre la propiedad ha sido considerada por tribunales internacionales a la par que la de Alemania, el Reino Unido y otras naciones europeas, y que no es antisemita ni moralmente cuestionable. El abogado recuerda que 1985 el Gobierno alemán indemnizó a la familia con 120.000 marcos alemanes, el monto que Lilly Neubauer solicitó para poner fin a la reclamación de la familia. David Cassirer ha señalado que estaría dispuesto a devolver el dinero a cambio de recuperar el cuadro.
Luis Pablo Beauregard. Los Ángeles. El País, lunes 30 de septiembre de 2024.
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