jueves, 6 de febrero de 2025

En busca de la traducción de Marcel

La primera frase de En busca del tiempo perdido (À la recherche du temps perdu), de Marcel Proust, es muy importante. No solo porque todas las primeras frases son importantes, por su obligación de coger al lector por las solapas y meterlo en un mundo irrenunciable, por su anhelo de pasar a la Historia (y por la caja de la librería), sino también porque tiene detrás una de las obras más importantes de la literatura universal; y tal vez la más larga: siete tomos que contienen alrededor  9.609.000 caracteres (contando los espacios), longitud por la que fue condecorada, muy prosaicamente, con un inopinado Récord Guinness. 

La primera frase de la gran novela de Proust, cuyo tomo inicial, Por el camino de Swann, se publicó en 1913, es, sin embargo una sentencia corta, nada pomposa, en apariencia sencilla: "Longtemps, je me suis couché de bonne heure", esta es la única forma de escribirla en el francés original, porque así la escribió Proust, pero no está claro cuál es la mejor forma de verterla al castellano: las diferentes variaciones, mínimas, pero llenas de matices, han sido objeto tradicional de debate y controversia. De hecho, en cinco traducciones esenciales de Proust al castellano, cada comienzo es diferente. Una vez traducida la primera frase, tan breve, no se acaban las dificultades: el traductor se enfrenta al monumento proustiano plagado, como un campo de minas, de las icónicas frases largas y enrevesadas, llenas de subordinadas y digresiones (algunos las atribuyen, también de forma controvertida, al asma que padecía). Quitan el aliento, sí, pero no solo por su longitud, sino también por su hermosura.

"Proust es un mago, un maestro, maneja los tempos, hay música y cadencia, todos los fragmentos van bien aplomados...Su frase, arborescente y serpenteante, es tan perfecta, de una belleza perturbadora, que te cautiva. Es lo que arrastra a través de cientos de páginas hasta la palabra fin", dice la traductora  Mercedes López-Ballesteros, quien se confiesa miembro de esa hermandad "extraña" y absolutamente fiel de los proustianos.

La editorial Alfaguara ha lanzado recientemente el primer volumen de una nueva traducción de En busca... , de la mano de López-Ballesteros, en cuyos agradecimientos se citan "los problemas que planteaba la traducción de la frase inaugural", para los que la traductora pidió consejo al filólogo y miembro de la RAE Pedro Álvarez de Miranda. Su traducción, concisa y contundente, resultó esta: "Durante años me acosté temprano". Tiene como singularidad elegir "años" en vez de "mucho tiempo" y "acosté" en vez de "estuve acostando", formas más comunes de traducirlo. Su traducción viene apadrinada por el fallecido novelista Javier Marías, del que López-Ballesteros era íntima amiga y colaboradora, y que, antes de enfermar planeó publicarla en su editorial Reino de Redonda.

Durante toda la traducción del primer tomo López-Ballesteros estuvo dándole vueltas a la primera frase. "Lo que tenía se me iba de ritmo y de sílabas, así que acabé cambiándolo en el último momento, en las pruebas", explica. "En Proust el estilo es fundamental y, con todo lo que viene detrás, la primera frase tiene que funcionar. Tiene que ser algo impactante, algo que formule preguntas al lector, que le abra la puerta a otro universo", añade.(...)

Sergio C. Fanjul. Babelia. El País, sábado 1 de febrero de 2025.

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