Macron sorprendió con esta idea, la de instaurar un precio de entrada más elevado, para los extranjeros provenientes de países de fuera de la Unión Europea, como había planteado anteriormente la ministra de Cultura. "Este proyecto tendrá como objetivo aplicarse a otros museos o monumentos" y deberá entrar en vigor en "enero de 2026", declaró. Un sistema que busca mayores ingresos para financiar la remodelación, pero que destila también un cierto proteccionismo en plena era Trump. Además de esta medida recaudatoria, se creará una entrada especial para visitar el nuevo módulo donde se colocará la Gioconda. Es decir, el traslado del cuadro no solo busca aportar confort a la visita -la sala de los Estados quedaba saturada de turistas únicamente interesados en contemplar esta pintura- sino que permitirá tener ingresos extra. Según Macron, hay visitantes que realizan el viaje a París simplemente para ver dicha obra y no tienen interés en el resto de la colección. Ahora, podrán hacerlo pagando un precio especial.
Macron no dio las cifras económicas del proyecto ni admitió preguntas. Pero según el entorno de la presidencia, el plan Nuevo Renacimiento costará aproximadamente entre 700 y 800 millones de euros. La nueva tarifa de entrada y la creación de espacios bajo el patio Cuadrado del Louvre, previstos para 2031, tendrán un coste de aproximadamente 400 millones y serán financiados con fondos procedente del Louvre de Abu Dabi y mediante operaciones de mecenazgo, tal y como ya se hizo con Notre Dame. Por otro lado, las obras destinadas a combatir el envejecimiento de las instalaciones y adaptarlas a la afluencia de visitantes están cuantificadas en unos 300 a 400 millones de euros adicionales, distribuidos en una década, financiados en parte por el aumento del precio de la entrada para los visitantes no pertenecientes a la Unión Europea. (...)
El proyecto incluye la creación de nuevas salas de recepción para el público, diseñadas según los estándares actuales. En línea con la visión de Laurence des Cars, estas salas subterráneas construidas bajo el patio Cuadrado y en los fosos frente a la fachada, incluirán "nuevos espacios de recepción y orientación", así como salas de exposiciones y mediación cultural. Esta nueva distribución requerirá reorganizar las colecciones de varios departamentos, especialmente las de Antigüedades Orientales y Egipcias.
La solemnidad del anuncio de unas obras de remodelación del museo muestran también el punto político en que se encuentra el presidente de la República. Despojado de la mayoría de funciones de gobierno, el jefe de Estado se aferra a grandes anuncios para no perder foco durante los dos largos y complicados años que le faltan para terminar su mandato. La noche de las elecciones presidenciales de 2017, se presentó frente a la pirámide del Louvre para celebrar su victoria. Si hoy "el presidente se pone al cuidado del Louvre", señalaban fuentes del Elíseo, es porque se considera, a pesar de su pérdida de poder, como "garante del largo plazo". encargado de "proteger todo lo que constituye el patrimonio, el orgullo y el prestigio del país". "Este proyecto de Nuevo Renacimiento para el Louvre debe representar la historia del arte y su transmisión, una nueva etapa en la vida de la nación", concluyó el presidente.
Macron no explicó si el mueso o parte de él deberá cerrar durante la remodelación, algo que supondría un grave perjuicio para la ciudad de París.
Daniel Verdú. El País, miércoles 29 de enero de 2025.
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