viernes, 14 de febrero de 2025

La moda más conceptual se abre hueco en la alta costura de París

Valentino Alta Costura 2025. (Daniele Venturelli
Getty Images)

Lentejuelas, Walter Benjamin, María Antonieta, botánica, disco, terciopelo. Los asistentes al desfile de alta costura de Valentino  encontraron en sus asientos doscientos folios mecanografiados con palabras aparentemente inconexas, formando una larguísima lista. Vertigineux: la poética de la lista: así tituló el director creativo de la firma romana, Alexandro Michele, su primera colección de alta costura. Acostumbrado desde su primera etapa en Gucci a apoyar sus propuestas en las ideas de filósofos y sociólogos, esta vez cimentaba su proceso creativo en la obra de Umberto Eco, concretamente en el  El vértigo de las listas, donde el semiólogo italiano reflexiona sobre el valor de la enumeración en el arte y la literatura, esa forma de "establecer algún tipo de orden en el caos, de hacer encajar en un marco algo que tiene vocación infinita", explicaba Michele a un reducido grupo de periodistas tras el desfile. El clásico "una cosa lleva a la otra", o un signo remite a otro signo, concretado en el proceso de creación de casi 50 vestidos.

Una puesta en escena teatral, casi performativa, en la que las modelos aparecían sobre un escenario mientras las palabras que definían a cada diseño que lucían circulaban a sus espaldas. Al leerlas, el traje cobraba sentido. Había vestidos de arlequín, trajes victorianos y guiños a Sisi,  al Hollywood dorado, a la estética de los años ochenta, al orientalismo... Un repaso heterodoxo a la historia de la moda (o más bien al traje) como el que Eco hace de la literatura en su ensayo. Un recorrido peculiar cuajado de conceptos en el que el diseño tenía más de figurinismo de cine o teatro que de moda en sentido estricto... En el desfile se mezclaban conceptos con técnicas de taller centenarias y hasta con tejidos no muy apreciados en este ámbito, como el crochet o el punto. 

En la colección se confunden autores con artesanos, de ahí que esa sensación de amasijo de ideas y de superposición infinita de elementos  se notara en las prendas de forma intencional: Al final la moda es eso, una forma de aglutinar las capas de significado y distintos elementos en un objeto que llevamos sobre el cuerpo".

Si Michele contaba que estaba en paz y emocionado por tener el privilegio de plasmar su visión de este negocio, algo similar narraba el joven Ludovic de Saint Sernin sobre la colección de alta costura que realizó para Jean-Paul Gaultier. Con una puesta en escena basada en un naufragio (un guiño a los ya históricos marineros de Gaultier) e inspirado por el videoclip de Les Mots, de Mylène Farmer, musa e ídolo de ambos. De Saint Sernin se centró en la corsetería a la que añadió esa estética fetichista que define su identidad...

Tanto Michele como De Saint Sernin reiteraban tras sus desfiles qué significaba para ellos acercarse por primera vez a un taller de alta costura. Ambos hablaron de cómo su aproximación al diseño se amplificaba gracias a las manos expertas y a los materiales únicos.

Leticia García. París. El País, viernes 31 de enero de 2025.

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