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Le festival Quais du Polar |
Quais du Polar, la feria literaria de la ciudad francesa, reúne a 70.000 personas que compran 30.000 libros en tres días. Un murmullo solo perceptible para iniciados recorre las venas de Lyon en estos días grises y húmedos de primeros de abril. Señorial, universitaria y burguesa, la ciudad francesa que fue el eje del comercio de la seda durante siglos ha sido invadida por aficionados a la novela negra que llegan a disfrutar de la duodécima edición del Quais du Polar. Libros, crímenes y policías se conjugan a la perfección en esta ciudad sede de la Interpol y de la Escuela Nacional de la Policía, con un pasado de violencia y mafias ahora olvidado. "Cuando se creó hace 12 años en Lyon, no había ninguna gran manifestación alrededor del libro, algo extraño para una ciudad de estas dimensiones. Entonces, el Ayuntamiento y una red de librerías independientes muy sólidas se pusieron en marcha", resume Hélène Fischbach, directora de la muestra que se ha convertido en el principal escenario mundial para los amantes del género. Las librerías y los lectores son el corazón del festival y eso le hace sino único, si muy especial. En la estrecha franja de tierra entre los dos ríos que atraviesan la ciudad, el Rodáno y el Saona, se encuentra la Plaza de la Bolsa y la Sala de Comercio, epicentro de la actividad estos tres días. A mediodía del viernes pasado, su elegante sala central ya está llena con cientos de personas que esperan a sus autores preferidos. Entre la multitud se ve un aparatoso sombrero de cowboy portado con estilo por el escritor estadounidense Craig Jhonson. Hay casi más seguidores esperando una firma del creador del sheriff Walter Longmire que lectores suyos en España. Una realidad no se puede ilustrar con cifras, pero en este caso ayuda. En 2015, se vendieron en el festival 30.000 libros en tres días para una cifra total de negocio de 230.000 euros; 19.000 personas acudieron a los actos y en total participaron en esta fiesta del género negro 70.000 personas. "Queremos que los autores estén felices y los libreros orgullosos de participar", resume Fischbach. Hablar de librerías independientes en Lyon es hacerlo con todos los honores que comporta la definición. De entre los más de 100 autores de 22 nacionalidades, con figuras de primer orden dentro de la literatura negrocriminal como Jo Nesbo, Irvine Welsh, Deon Meyer o David Peace la literatura española tiene presencia. En Lyon han estado estos días Carlos Zanón, Dolores Redondo y el hispanofrancés Marc Fernández. Redondo no deja de sorprenderse por el interés de una audiencia muy conocedora del género. La autora de la Trilogía del Baztán se muestra contenta con la sensación de "formar parte de un club de lectores multitudinario y muy exigente". En una excapilla ahora sala de conferencias, Richard Price interviene en una mesa sobre ciudades y crimen:"Qué más da quién lo ha hecho. Me importa una mierda. Contémoslo en la primera página y pasemos a hablar del ser humano. No importa quién lo ha hecho; importa la voz, captar la música de la ciudad, a través de los diálogos". Puro negro.
Juan Carlos Galindo. Lyon. El País, lunes 4 de abril de 2016.
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