martes, 19 de abril de 2016

Paul Klee en París

“Benjamin sees Paul Klee’s Angelus Novus as depicting the Angel of History,
 looking back to the past.” (Source:3.bp.blogspot.com)
El arte como antídoto a la incertidumbre. El Centro Pompidou acoge la mayor retrospectiva desde 1969 sobre uno de los genios del siglo XX. Doscientas treinta obras conforman el viaje por la obra del pintor suizo....Paul Klee( Münchenbuchsse, 1879-Muralto, Suiza, 1940), en su afán poliédrico y complejo frente al facilismo de lo unívoco y lo plano, utilizó dos armas, el arte y la ironía. Le dio resultado por partida doble, tanto en su abrumador ejercicio de plasmación de la belleza (cerca de 10.000 obras pintadas) como en la puesta en marcha de toda una apisonadora dialéctica contra el dogma y la convención). Los responsables del Museo Nacional de Arte Moderno del Centro Pompidou de París han sabido convertir esa doble condición del personaje en una exposición de tamaño generoso y ramificaciones inacabables. Para ello encargaron a una de las mayores especialistas mundiales en la vida y en la obra de Klee, la alemana Angela Lampe, no solo una acumulación de cuadros -algo demasiado habitual en el circo de las grandes exposiciones- sino la construcción de un relato. Las 230 obras proceden de museos como el Centro Paul Klee de Berna, el MoMA de Nueva York, el propio Centro Pompidou o el Israel Museum de Jerusalén, que ha prestado para la ocasión una de las pinturas más importantes y delicadas del artista: Angelus novus, una acuarela en tonos arenosos sobre papel que llegó a obsesionar a su propietario, el filósofo y escritor Walter Benjamin, una obra capital del siglo XX que remite al Talmud y que inspiró a Benjamin su teoría de El ángel de la historia. Angelus novus tan solo permanecerá expuesto en París dos meses pues ese es el plazo máximo de cesión que, debido al muy delicado estado de la obra (cuestión recurrente en la pintura de Klee, que utilizaba todo tipo de soportes, a menudo, poco o nada académicos) han tolerado los responsables del museo israelí. La pequeña pintura se exhibe, por primera vez, junto a otra obra que también perteneció a Benjamin, La presentación del milagro, y que el filósofo muerto en Portbou hubo de vender al MoMA para financiar el exilio al que le había llevado su guerra contra el nazismo. La exhibición conjunta de las dos obras es, según la comisaria Angel Lempe, "el verdadero tesoro de la exposición". La regla de oro que corona el relato trazado por la comisaria en el museo parisiense es sencilla, se puede mostrar la belleza  a través de su contrario....
Borja Hermoso. París. El País, sábado, 9 de abril de 2016

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