miércoles, 31 de julio de 2019

Arlés, femenino plural, 2

Fotografía de la serie Obscuro Barroco de Evangelia Kranioti
El premio Madame Figaro fue para Evangelia Kranioti. Las distinciones se entregaron en las veladas nocturnas que se celebran en el teatro romano de Arlés. Veinte siglos después, sirve aún de lugar de cultura. Sus constructores quedarían perplejos sobre cómo montar un espectáculo sobre el making of de un reportaje, la historia de una canción maldita o un portfolio sobre zapatos a ritmo de jazz. 
En el arranque de la noche, con la luna en creciente, el director de los Encuentros, Sam Stourdzé, recordó las viejas querellas entre partidarios del color y del blanco y negro y nos inquietó a todos preguntando si confiábamos en Google, Apple, y compañía como guardianes de nuestras fotos digitales. "Qué será de la fotografía dentro de 50 años?", lanzó en voz alta. Ahí quedó la cosa. De momento en Arlés hay cita para el año próximo.

"Crónica de una agitación"es el título elegido para una exposición, homenaje a la Movida que reúne en Arlés a Alberto García-Alix, Ouka Leele, Pablo Pérez Mínguez y Miguel Trillo. Cuarenta años ya, de cuando entonces. No sé de quién es el título, quizá de los comisarios, Antoine de Beaupré, Pepe Font, e Irene de Mendoza, pero da en el clavo. Demasiado diverso para ajustarlo en "movimiento". Cultural, sí. Influyente, también. Rupturista, quizá no tanto. Agitación es perfecto. Aquella explosión de vida y confianza en sí misma, aquella "efervescencia optimista", por citar dos palabras de la cartela, fue una agitación... Que no es poco.
Iñaki Gil. Arlés. El Mundo, viernes 26 de julio de 2019.


Leer y tejer se despide hasta septiembre. Feliz agosto.

martes, 30 de julio de 2019

Arlés, femenino plural

Si tienes un buen título, tienes una buena historia. Evangelina Kranioti lo ha tomado prestado de Aristóteles, quien dividió la humanidad en tres categorías:"Los vivos, los muertos y los marinos". 
Griega de Atenas, residente en París, diplomada en Derecho y Artes Visuales, empezó sus viajes hablando con los marinos de su país:"Les pedía que me contaran su vida, sus amores, sus escalas en puerto. Un día me fui con ellos de Noruega a Japón..." Y así son sus fotos. Llenas de vida, llenas de drama, llenas de color.
Porque esto va de fotografía. Estamos en Arlés, sur de Francia, ciudad romana, ciudad de toros, capital mundial de la Fotografía todos los julios desde hace 50 años. Sus Encuentros soplan las velas del medio siglo con una edición apabullante y ecléctica, sin concesiones a la nostalgia y con voluntad de seguir el camino. Bodas de oro, miradas de mujer. Arlés ahuyenta el tópico de que el reporterismo es territorio masculino con un ramillete de grandes fotógrafas. Pasen y vean.
En la segunda planta de la antigua capilla de San Martín de Méjan hace un calor sofocante. El aire está pesado y húmedo, como en los lugares de puerto donde recalaban los marinos de Kranioti. Sus fotos tienen el color saturado de noches húmedas. Como las de Marilyn de los puertos, prostituta de Valparaíso (Chike).
Antaño estos reportajes se hacían en blanco y negro, color denuncia. La mirada de la griega es otra:"Miro siempre con empatía al que se desplaza , el que se va de un sitio, y el que lleva el viaje en sí mismo. Lo que hago se sitúa entre realidad y ficción".
Autorretrato de Helen Levitt
Ya hemos comprendido que la tercera categoría aristotélica es metáfora: "Los marinos están en la frontera, pertenecen a los mundos"...
Necesitamos un puerto tras el golpe de color y de calor. Un granizado de limón callejero después, llegamos al Espacio Van Gogh.
Helen Levitt (1913-2009) para recuperar el aliento: Nueva York, calle, niños. Es la primera retrospectiva de esta autodidacta de Brooklin  que solo salió de la Gran Manzana para un reprotaje en México con Henri Cartir-Bresson y Walker Evans, poca broma.
Levitt, Leica 35 mm., años 30. Depresión. Niños (dos tercios de sus fotos fueron de niños). Niños en las calles, vacías de coches. Pero niños jugando en la acera, en medio de los quehaceres de adultos. Porque influenciada por el surrealismo, la mirada de Levitt ha dado un paso más allá de la fotodenuncia documental. "Ella transforma la realidad en algo irreal", explicó el comisario de la exposición, Walter Moser, director del departamento de fotografía del Albertina de Viena...
 Iñaki Gil. Arlés. El Mundo, vierens 26 de julio de 2019.

lunes, 29 de julio de 2019

El Emperador de París

Fotograma de El emperador en Paris
Ladrón, prisionero, policía e investigador. Todo eso fue Eugène-François Vidocq, un personaje único nacido en Francia a finales del siglo XVIII que ha dado vida a relatos, películas y series, además de servir como inspiración a Victor Hugo para varios personajes de Los miserables. Ahora, Jean-François Richet (Una semana en Córcega) se ha propuesto contar su vida  de una manera espectacular en una cinta de acción que destaca por una cuidadísima ambientación y un reparto en el que aparecen como secundarios de lujo Olga Kurylenko, Fabrice Luchini, Patrick Chesnais y August Diehl..
En la piel de Vidoc encontramos a Vincent Cassel, un actor que ha reconocido que uno de los aspectos que más le gustaban de su personaje es la ambigüedad. "En Vidoc encontramos una figura muy francesa y a un tipo que es, al mismo tiempo, un héroe del pueblo y un rebelde. Alguien siempre metido en problemas que no es capaz de encontrar su lugar en la sociedad. Cuando se convierte en policía, por ejemplo, la burguesía le rechaza debido a su pasado como presidiario y los bajos fondos lo consideran un chivato".
J. E. El Mundo, viernes 26 de julio de 2019

domingo, 28 de julio de 2019

Un hombre pájaro sobre París

Franky Zapata, el hombre volador.
(Imagen del Jetpack JB-10)
Sí, Franky Zapata es su nombre verdadero, es de Marsella y tiene 40 años. Impresionó a todos, los que estábamos en la plaza de la Concordia y los que veían el desfile del 14 de julio por la tele. El presidente Emmanuel Macron asentía, complacido, en la tribuna. El hombre volador fue la vedette, fusil en la mano izquierda, mando en la derecha, suspendido en el aire, los Campos Elíseos de fondo, más de 4.000 soldados en formación esperando la orden de marcha. Con toda Francia rendida a sus pies, anunció su próximo reto, cruzar el Canal de la Mancha.
Un momento. ¿Toda Francia?No, hay un reducto de irredentos desconfiados. La prefectura marítima de La Mancha emitió el viernes "una recomendación desfavorable". ¿Por qué? "Porque no ha entregado una declaración náutica".
"Sabemos que tiene sus acuerdos con la Dirección General de la Aviación Civil pero, del lado marítimo, no hay acuerdo. Explicación. Es una zona muy peligrosa, no estamos seguros de que pueda pasar por encima de un portacontenedores...El estrecho aguanta la cuarta parte del tráfico mundial con barcos muy grandes...
Zapata se reía en la BFMTVdel argumento y confirmaba que el jueves 25 imitará la primera travesía aérea que hizo entrar en la Historia a Louis Blériot hace 110 años. Solo que será un poco más difícil. Porque las autoridades marinas no le prohiben volar pero sí repostar en vuelo sobre aguas territoriales francesas. "Así que repostaremos combustible en aguas inglesas". Y posicionaremos allí otro barco para tener una segunda opción"...
Detrás de la tribuna, sobre las losas de la plaza donde funcionaba la guillotina, han dispuesto una plataforma metálica gris de un metro de altura. Nadie se percata de su presencia hasta que Franky enciende el turbo a las 10:34. Besa a su mujer y se baja la visera. Ella le pasa el fusil. Especulamos si es de pega. Desde luego, pesa poco. Hay que decir que el arma francesa de reglamento ya no tiene la culata de madera, sino de plástico. Último beso. Ella salta al suelo.
Y Zapata, el hombre volador, se eleva, con el mando a la derecha y el fusil a la izquierda. Supera  a las farolas con sus candelabros dorados, evita con un giro los castaños del Jardín de los Campos Elíseos, coge altura y se queda suspendido, por encima de la cornisa del Hotel de la Marina y del Crillon. Dos giros y vuelta a la base. Dos minutos escasos para la gloria...
Iñaki Gil. París. El Mundo, domingo 21 de julio de 2019 

sábado, 27 de julio de 2019

Las aceras del Tour

Cada año, por estas fechas, aunque no siempre, escribo un artículo sobre el Tour de Francia. Tanto es así que admito la posibilidad de que todos puedan parecer el mismo. Pero no.
Sabido es que no hay nada más gratificante que contemplar sentado a la sombra el esfuerzo ajeno bajo el sol. Y criticarlo, en tal o cual momento, por inoportuno o inadecuado. El ahínco por ganar una etapa depara la épica de la larga escapada y el vértigo suicida y violento del sprint final. El ciclismo de competición combina, como pocos deportes, el espectáculo de la tenaz gesta individual con la inteligente estrategia de equipo. Fascina la utópica aventura de quien se aleja raudo del rebaño y conmueve la sañuda persecución del pelotón a la caza del fugado. El grupo no desea que nadie se salga del redil hacia la meta. Como en la vida. Y como en la vida también, hay solidaridad entre compañeros para rescatar al caído o reintegrar al rezagado.
...Me estoy fijando en esas aceras impecables, de asfalto coloreado.
Al cine no le va bien el ciclismo pero se diría que es un deporte pensado para las cámaras, que hacen un continuo travelling hacia adelante o de acompañamiento, barridos, planos cenitales desde el helicóptero, montaje por corte desde las motos, insertos y hasta flash-backs cuando se repite la caída de varios que quizá no vimos en su momento. A falta de buenas movies, el ciclismo es la apoteosis viva del movimiento. Y vemos que Francia es un país rico en aguas y, por tanto, en verdor. Sus pueblos son hermosos, limpios y bien cuidados. Y su arquitectura popular es bella y distinguida. ¿No tienen arrabales, tierra seca, polvo, hangares, vertederos...? Parece que no. No se ven, como en cierto sitio, los puticlubs de carretera. Las iglesias y los castillos nos recuerdan, con su verticalidad y sus alturas, el poder histórico del clero y la nobleza, siempre dominantes sobre la masa horizontal del caserío, en la que no destacan ni el ayuntamiento ni la escuela. Miento. A veces, el ayuntamiento, sí, que por algo los franceses lo llaman pomposamente hôtel de ville y lo tienen, como al liceo, por quitaesencia republicana.
Y aquí va mi aportación de este año: las aceras. Me estoy fijando en esas aceras impecables, de asfalto coloreado. No faltan en ningún pueblo. ¿Cuándo vamos en España a desterrar de las aceras las baldosas y las losetas, que no paran de moverse, crear agujeros, salpicar en días de lluvia, provocar resbalones y partir piernas? ¡Ah, Francia y le Tour!
Manuel Hidalgo. El Mundo, viernes 12 de julio de 2019

viernes, 26 de julio de 2019

Galicia invitado de honor en Lorient

En el festival de Lorient
El Festival Interceltique de Lorient (FIL) llega a su 49 edición con Galicia como territorio invitado. Cerca de 350 gallegos -la delegación más numerosa- participarán en las actividades del evento de la región francesa de Bretaña. El encuentro musical tendrá lugar del 2 al 11 de agosto, durante los diez días y las diez noches. "Es un festival asociativo de un gran intercambio cultural, con muchísima gente implicada a nivel personal y 1.700 voluntarios que nos ayudan a desarrollar las actividades diarias", afirmó el director general de la FIL, Lisardo Lombardía, en la presentación del evento, ayer en Santiago.
A pesar de que Galicia está presente en el festival desde 1976, este año la cultura gallega adquiere una especial representación tanto en músicos reconocidos como agrupaciones locales. Los artistas más destacados son Carlos Núñez, "indispensable y considerado un producto casi lorientés", según Lisardo Lombardía, Milladoiro y Mercedes Peón. La dirección del festival junto con la delegación de Galicia escogieron formaciones gallegas en representación de las distintas disciplinas. Las seleccionadas que actuarán en Lorient son el grupo de baile Xacarandaina de A Coruña, las bandas de gaitas de Forcarei e Invernía y los grupos folk Xosé Lois Romero & Aliboria y Tiruleque. Además los jóvenes Xesús Rodríguez, Mario Vázquez, Manu Seoane y María López participarán en el trofeo McCrimmon, considerado como "el premio Nobel de gaita de Bretaña".
El representante del festival en Galicia, Pablo Seoane, explicó que Bretaña tiene un gran aprecio a la cultura gallego debido a los vínculos celtas, por lo que esperan con expectación la oferta de Galicia tanto los gaiteiros como los grupos de baile y las voces con pandereteiros y paderenteiras. "Para cualquier músico gallego tocar en Lorient y representar allí nuestro país es la máxima sensación que puede haber", contó Pablo Seoane desde la experiencia propia de gaiteiro y asistente al festival...
Uxía Carreira. Santiago, miércoles 3 de julio de 2019

jueves, 25 de julio de 2019

Cyrano, el bello `perdedor del amor y la guerra

Ilustración de José María Gallego
Es complicada la historia de Roxane y Cyrano. Él podría haber sido una especie de Casanova feo pero atractivo, una amante divertido y cariñoso, extravagante pero deseado por mil mujeres inteligentes y libres, y puede que Roxane se hubiese sentido bien en esa relación libertina. Pero no salieron así las cosas: a Cyrano le pesaban algunos complejos y tendía a ser orgulloso y a idealizar a su enamorada, que, por su parte, era demasiado sensible al encanto de Christian, el rival de Cyrano, guapo pero soso. Al final, el héroe tuvo que conformarse con que "una falda acariciara su vida" y con dejar un bonito mutis en la última escena de la obra, "un bel morir perfecto, a la altura del bel morir del Quijote".
El ilustrador José María Gallego, dibujante de Gallego&Rey en las páginas de El Mundo, habla de Cyrano y de Roxane después de haber pintado 20 láminas para una nueva edición de la obra de Edmond Rostand de 1897 que ha publicado Reino de Cordelia. "Lo interesante es que la obra tiene cinco actos y todos son muy diferentes y muy atractivos para pintarlos: el primer acto ocurre en un teatro iluminado por velas, es oscuro y cálido a la vez. El segundo es en una pastelería, por la mañana, la luz es cruda. El tercero es el cortejo, de noche, a la luz de la luna. La cuarta escena es en la batalla: hay humo y polvo. Y el final es la luz del crepúsculo que acompaña a Cyrano en la muerte".
De modo que Cyrano es una cuestión de luz, pero también de sonido. La traducción elegida por  Reino de  es la de Jaime y Laura Campmany, "la mejor de todas las que se han hecho al español, los versos alejandrinos están bordados", explica Jesús Egido, editor del sello. " La obra es más larga que la que conocemos de haberla visto en el teatro o en el cine. Tiene un punto más excesivo y más caricaturesco. Por eso mismo lo hacía perfecto para los dibujos de Gallego"...
Luis Alemany. El Mundo, jueves 20 de junio de 2019.

miércoles, 24 de julio de 2019

Francia aprueba una ley contra el odio en internet

La idea en sí cuenta con un fuerte apoyo en Francia: dotarse de instrumentos que frenen la expansión de mensajes en las redes sociales que incitan al odio o incluso a la violencia. La vía para ello -que da la mayor parte de la responsabilidad de esta tarea a las plataformas de internet, que deberán retirar en un máximo de 24 horas los agravios de sus webs bajo penas de fuertes multas- suscitan, sin embargo, dudas entre quienes consideran que puede aumentar la censura de contenidos. Aún así, la propuesta de ley contra el odio en línea fue aprobada ayer por una amplia mayoría en la Asamblea Nacional, acelerando su próxima entrada en vigor.
Un total de 434 diputados votaron a favor y 69 abstenciones. La ley nace a propuesta de la diputada Laetitia Avia, de la República en Marcha, el partido del presidente Emmanuel Macros. Una legisladora que sabe muy bien lo que es ser víctima del ciberacoso y racismo. El texto de la nueva norma, aseguró Avia durante su discusión en los pasados días, "lleva mi historia, la de una mujer que ya no acepta ser insultada y tratada de negra en las redes sociales".
El principal recelo a esta ley, manifestado principalmente por los diputados del partido de la izquierda radical Francia Insumisa, es que la responsabilidad recaiga sobre las plataformas, lo que podría llevar a estas a preferir retirar un contenido en caso de duda en vez de arriesgarse a una multa. "Están confiando la censura a Google, Facebook, a Twitter, una censura privada sobre todo. Peor aún, : una censura tecnológica", recriminó uno de sus diputados, François Ruffin...
Silvia Ayuso. París. El País, miércoles 10 de julio de 2019

martes, 23 de julio de 2019

Goncharova, una rusa radical en París

Goncharova en la Tate Galery
El septiembre de 2013, Natalia Goncharova inauguraba una gran retrospectiva en el Art Salon de la calle Bolshaya Dmitrovka de Moscú. Entre las casi 800 obras que incluía la muestra, había paisajes impresionistas, retratos fauvistas, ensayos cubistas y composiciones abstractas de lo que comenzaba a conocerse como rayonismo, una nueva vanguardia influenciada por las aportaciones de expresionistas, futuristas y cubistas.
Pocos  días antes de la inauguración, un grupo de jóvenes revoltosos había convocada a prensa y público en una esquina cercana. Salieron de sus automóviles con las caras pintadas con patrones irregulares y emprendieron un paseo por la ciudad, acción considerada como una de las primeras performances producidas en el seno de la vanguardia rusa.
El objetivo. como no podía ser otro, épater le bourgeois. Los periódicos señalaban a Goncharova como líder de ese grupo de radicales. Su compañero Mijail Lariónov figuraba desde 1912 como principal teórico del rayonismo.
Esos dos artistas se habían conocido una década antes en la Escuela de Pintura, Escultura y Arquitectura, donde entablaron una relación artística y sentimental que se prolongaría hasta que la muerte los separase a principios de los años 60...
En 1914, Goncharova llega a París donde se instala definitivamente con Lariónov pocos meses más tarde, después de que éste fuese herido en la Gran Guerra. En la ciudad francesa se estrena Le coq d'or, la ópera ballet de Rimsky-Korsakov producida por los ballets rusos de Diáguilev. Goncharova diseña escenografía y vestuario, una actividad a la que estaría vinculada toda su vida, pese a que insistía en que ella era antes una artista que una diseñadora. Sus diseños trasladan a la caja escénica el estilo ecléctico y siempre experimental que caracterizaba su trabajo pictórico. Combina con habilidad un amplio repertorio de soluciones plásticas provenientes de distintos momentos decorativos abstractos y otros provenientes de la estética popular rusa...
La última sal de la exposición que la Tate Modern de Londres dedica a Goncharova (que en conjunto reúne 170 piezas) muestra algunos de estos diseños, así como material documental de los montajes en los que la artista participó a lo largo de su carrera...
Juan Albarrán. Natalia Goncharova. Tate Modern. Hasta el 8 de septiembre.
 El Mundo, domingo 7 de julio de 2019.

lunes, 22 de julio de 2019

Luz y sombra del deseo

Fotograma de Génesis
En el curso de una fiesta, la música se eleva y los invitados van agrupándose en parejas formando una constelación  de intimidantes danzantes, pero la cámara sigue, de manera ceremoniosa, los paseos de Guillaume, el alto y desgarbado adolescente que se ha quedado fuera de esos juegos románticos, quizá porque su deseo no encuentra reflejo en el patrón normativo que rige la celebración. Después de una experiencia traumática y dolorosa en el exterior de la casa, una joven se reincorpora a otra fiesta, ajena y distante como una muerta viviente. La cámara sigue su paso sonámbulo, mientras a fondo de plano, puede observarse a su acompañante masculino incorporándose, con despreocupada naturalidad, a una conversación. En un campamento de verano, un grupo de monitores interpreta una canción alrededor de una fogata, mientras la cámara, con la exasperante lentitud de la mirada que avanza a la búsqueda de un significado, de una articulación de sentido, se mueve entre los grupos de niños situados a ambos lados de la acción. Poco a poco resulta evidente lo que el director quiere contar: la súbita manifestación de la chispa del primer amor entre dos miradas situadas en los extremos opuestos de ese rotundo plano secuencia.
Sirvan estos tres ejemplos para desvelar las estrategias del estilo del canadiense Philippe Lesage que, en Génesis su tercer largometraje, prolonga y refina los logros del que fue su impresionante debut Los demonios (2015). Si en esa ópera prima Lesage, se sumergía en los miedos tangibles e intangibles que rodean a la infancia, en Génesis, entra en el territorio de iniciación y autodescubrimiento donde el deseo da paso a las experiencias de la desconexión y la humillación.
Como en Los demonios, la película incluye un arriesgado punto de vista y la elegancia de las largas tomas de continuidad siempre parece anunciar la inminencia de algo perturbador Lesage es un autor fundamental, totalmente imprescindible.
J.C. El País. viernes 19 de julio de 2019

domingo, 21 de julio de 2019

Setenta años de "el segundo sexo"

El segundo sexo fue un terremoto. Solo en la primera semana vendió 22.000 ejemplares, cifra que no alcanzan jamás, en toda su existencia la mayoría de libros que salen al mercado. ¿Cómo explicarlo? ¿Qué podía motivar la inmensa, inmediata fascinación del público?... Su autora, una tal Simone de Beauvoir, había publicado algunos ensayos filosóficos, género que nunca ha sido demasiado popular y un par de novelas (La invitada y La sangre de los otros), bien recibidas sin más. Sonaba también como miembro de la élite intelectual parisina. Era, en fin, conocida pero no famosa. No era, por lo tanto, su nombre lo que hacía vender. Las razones hay que buscarlas en el libro; pero cuáles? 
El tomo que salió a la venta aquel 24 de mayo de 1949, no prometía precisamente una lectura fácil. Se trataba, por el contrario, de un grueso y erudito volumen, el primero de dos (el segundo saldría dos meses más tarde), subtitulado Los hechos y los mitos y con la garantía de la muy seria editorial Gallimard. Quizá no había sido sorprendente que se convirtiera en un long-seller, un éxito a la larga, como ocurre a veces con obras académicas que de boca a oreja van ganando reputación hasta convertirse poco a poco, en clásicos (como ha sucedido por ejemplo con Orientalismo, de Edward Saïd), pero madera de best-seller no parecía tener. ¿Entonces?
Era el tema, combinado con el punto de vista. La mujer: gran tema, gran polémica, gran misterio...A la vista está que el tema que Beauvoir ataca en El segundo sexo es un tema que interesa, que apasiona... pero que ha sido abordado, sobre todo, desde fuera: por hombres... Beauvoir fue la primera no en señalarlo  pero sí en teorizarlo. Aplicando el postulado de la teoría existencialista :"la existencia precede a la esencia", ella afirma que no hay "esencia" femenina, sino una construcción social elaborada por un sistema cuyo centro es el varón. La impactante novedad de su libro es que es una mujer y no cualquiera : una mujer con autoridad, formación, ambición intelectual, la que habla de las mujeres. El segundo sexo es un recorrido apasionante -lo era en 1949 y lo sigue siendo en 2019- por lo que significa ser mujer, desde todos los puntos de vista, biológico, teológico, histórico, psicoanalítico... y también como experiencia vivida...
Laura Freixas. El Mundo, domingo 21 de julio de 2019 

sábado, 20 de julio de 2019

París, flechazo en el Sena, 2


En el Quai François-Mauriac, siempre es agradable apreciar los cuatro libros abiertos que concibió en 1995 el arquitecto Dominique Perrault para dar forma a la Biblioteca Nacional de Francia (BNF), premio Mies van der Rohe 1996. Esta gran biblioteca separada en cua-tro tomos (edificios) de lenguaje minimalista y cuyos principales protagonistas son el cristal y el acero, es una metáfora del pensamiento, y en sus 400 kilómetros de estanterías alberga 20 millones de volúmenes, el mayor depósito de libros del país.

La Cinémathèque Française 
Desde ahí, la estupenda pasarela Simone de Beauvoir (diseñada por Dietmar Feichtinger) conecta con el parque de Bercy, donde hay un coqueto y sinuoso edificio de Frank Gehry, la Cinémathèque Française  (institución creada en 1936 por el visionario Henri Langlois y ubicada aquí desde 2005). Gehry describió el edificio "como una bailarina que levanta su vestido para invitar a la gente a entrar".
De regreso al Sena, en la rive gauche espera la piscina Joséphine Baker, llamada así en honor a la actriz, bailarina y cantante que revolucionó en la década de 1920 el cabaret  de Folies Bergère. Reconocible por su estructura de cristal, es una piscina flotante  muy acorde con el espíritu del plan de Paris plages, que fomenta la creación de playas artificiales en verano...
Tras el chapuzón la mirada del viajero da con la Cité de la Mode et du Design, identificable por la estructura exterior de color verde chillón y el aura industrial. En 2005, los arquitectos Dominique Jakob y Brendan MacFarlane reconvirtieron unos antiguos almacenes en un espacio contemporáneo conservando el esqueleto de hormigón armado, pero recubriéndolo de una piel de metal y hierro serigrafiado a la que llamaron plug-over, inspirada por el movimiento del río, en el que se refleja irremediablemente...
Cerca de aquí se encuentra La Gare d'Austerlitz. A pesar de retener el peso de su mito, parece preparada para la renovación que está llevando a cabo el estudio de Jean Nouvel y que concluirá en 2020 y que será parte fundamental de un nuevo barrio llamado Seine Rive Gauche...
Austerlitz es un buen preámbulo para el imprescindible Jardin des Plantes el jardín botánico fundado en 1635  como parque medicinal del rey Luis XIII y que desde entonces ha servido para recreo del visitante y para investigaciones de botánicos y médicos...
Use Lahoz. El Viajero. El País, viernes 28 de junio de 2019.

viernes, 19 de julio de 2019

Aviñón busca soluciones

Oskara. Festival de Aviñón
Para encontrar soluciones a este mundo convulso, el Festival de Aviñón echa la vista atrás. La 73ª edición de la cita, que arrancó el jueves en la ciudad provenzal con temperaturas apocalípticas, propone un examen crítico de los capítulos más negros de la historia del último siglo, como recordatorio alarmado de lo que podría reproducirse ahora. También recurre a los grandes textos de la tradición grecolatina en busca de posibles soluciones a las numerosas crisis -política, económica, migratoria y ecológica, por citar sólo un puñado - que vive el continente en la actualidad.
La inauguración corrió a cargo de Architecture, la nueva obra de Pascal Rambert, figura imprescindible del teatro francés, conocido en España por La clausura del amor, su obra más exitosa e internacional, que estrenó en Madrid con la compañía Kamikaze, para la que ya prepara un nuevo espectáculo de cara a 2020. Desde que abandonó la dirección del teatro de Gennevilliers, centro experimental en la periferia parisina, Rambert ha recorrido el mundo con sus puestas en escena, que logra montar con cadencia estajanovista. A lo largo de sus viajes se encuentra con una preocupación común por el devenir del mundo... Su obra es una reacción personal a ese inquietante contexto...
Oskara, de la compañía vasca Kukai Dantza, es uno de los 43 espectáculos que forman parte del programa oficial del Festival de Aviñón, a los que se suman más de 1.500 obras en el llamado off. "No es un escenario más, sino un lugar estratégico en el que enseñar nuestro trabajo", señalaba el coreógrafo Jon Maya, al frente de un colectivo que ganó el Premio Nacional de Danza en 2007, fundado en Errentería (Guipuzcoa) hace 18 años con el objetivo de actualizar los códigos de la danza tradicional vasca...
Hasta el 23 de julio Aviñón también acudirá los clásicos para trazar posibles hojas de ruta. La Odisea ocupa un lugar primordial en el programa de mano de esta edición. La directora brasileña Christiane Jatahy acerca ese monumento literario a los Ulises que pueblan la actualidad. En un jardín público de la ciudad, la francesa Blandine Savatier hace recitar sus versos a jóvenes actores de todas las razas. Dentro de unos días, Maëlle Poésy  pondrá al día La Eneida completando el texto de Virgilio con testimonios de refugiados y exiliados actuales, mientras que Jean-Pierre Vincent propondrá una relectura de la Orestíada...
"Se trataba de recordar que Europa comienza con esos grandes relatos, que son los que definen nuestra identidad cultural", señala el director del festival, Olivier Py...
Álex Vicente. Aviñón. El País, domingo 7 de julio de 2019

jueves, 18 de julio de 2019

Voy a hablar de Sarah

Pauline Delabroy-Allard
Escribir sobre el amour fou es tan difícil como sufrirlo, o quizá más. Voy a hablar de Sarah (Lumen), la primera novela de Pauline Delabroy-Allard (París,1988), relata la relación disparatada y apasionante entre dos mujeres. Sin caer en la cursilería, presenta una auténtica narrativa que le valió ser candidata este año al Premio Goncourt. Delabroy-Allard es relativamente nueva en el mundo literario. Creció entre letras, pues su padre es escritor y profesor de literatura. Se había prometido a sí misma que publicaría su primera novela al cumplir treinta años. Y así lo hizo. Un golpe de intuición le hizo enviar, el mismo día de su cumpleaños, el manuscrito a diferentes editoriales. Fue Ediciones de Minuit, la prestigiosa editorial francesa, la que apostó por la historia de la autora parisina. 
"La idea que perseguía constantemente: una cama y dos cuerpos desnudos. En un primer momento no sabía que significaba, podría ser una noche de amor o una agonía", comenta la autora. "Si resumen esta historia se darán cuenta de que es una historia banal, sin trama", afirma Delabroy-Allard. Y lo es: una noche, una fiesta y dos mujeres que se conocen por azar empiezan a tener citas improvisadas hasta vivir juntas.
Las protagonistas son tan distintas que se complementan para construir una trágica historia de amor. Una vive su rutina de madre soltera y profesora con una pareja circunstancial; la otra, Sarah, es violinista, excéntrica, sensual y culta. "La narradora se me parece mucho, me he inspirado en mí misma", comenta la escritora que al igual que su personaje al que no le pone un nombre, es madre soltera desde los 22 años y docente. "A Sarah la he construido a raíz de las ideas que me llevaron a cuestionarme qué hace que un personaje en una novela funcione", dice.
La autora explica que la originalidad de Voy a hablar de Sarah, en la que desgrana las devastadoras consecuencias de un amour fou, "radica en la construcción y en el lenguaje". "Visualicé el libro en dos partes, el retrato de Sarah y la ciudad de Trieste. Dos partes que se hacen eco entre ellas", dice Delabroy-Allard...
Evelyn Velázquez. Madrid. El Mundo, lunes 15 de julio de 2019.

miércoles, 17 de julio de 2019

Un 14 de julio futurista nublado por el presente

El pasado, el presente y el futuro se dieron cita en el desfile del 14 de julio en París. El presente se coló cuando algunos chalecos amarillos silbaron al presidente de la República. Luego, 152 personas, entre ellos varias figuras del movimiento, fueron detenidos.
Entre el homenaje a los heridos del pasado y la exaltación de las armas del futuro, con la guinda de un soldado volador, estaba el presente. Europa. El desfile celebraba la iniciativa Europea de Intervención. Por eso, Angela Merkel y varios dirigentes europeos, entre los que no estaba Pedro Sánchez, acompañaron a Macron en la tribuna de la plaza de la Concordia. Un despliegue en el que tomaron parte 4.299 personas, 237 caballos, 129 vehículos, 67 motos, 67 aviones y 40 helicópteros. Con los Campos Elíseos como escenario grandioso, del Arco de Triunfo a la Concordia, Francia muestra su músculo militar. Y ofrece, televisión mediante, un espectáculo lleno de historia, uniformes brillantes, banderas al viento y músicas militares.
La contestación no se vió en la tele ni en la Plaza de la Concordia. Algunas decenas de personas silbaron y gritaron: "Macron, dimisión", cuando el presidente bajaba los Campos Elíseos, de pie sobre un vehículo militar, escoltado por motoristas y jinetes de la Guardia Republicana. Para entonces, dos figuras del movimiento de protesta,  Maxime Nicolle y Jerôme Rodrigues estaban ya detenidas. A primera hora de la tarde, había ya 152 detenidos entre los que estaba otro de los cabecillas de los chalecos, Éric Drouet...
Iñaki Gil. París.El Mundo, lunes 15 de julio de 2019

martes, 16 de julio de 2019

La cultura francesa se funde en negro

Francia reexamina su turbio pasado colonial a través de distintas iniciativas vinculadas al sector cultural. La principal tiene lugar en el Museo de Orsay en París, donde una nueva exposición, El modelo negro, pasa revista a la representación de hombres y mujeres de color a lo largo de ka historia del arte. Durante los preparativos, el centro tomó la decisión de cambiar los títulos que tuvieran ecos racistas. "Por ejemplo todas las obras que incluían palabras como nègre o négresse, que en francés actual se consideran peyorativas", señala la comisaria Isolde Pludermacher. "Nos parecía impensable colgar esas obras con los títulos originales. Dejarlos así también hubiera transmitido un mensaje", añade. Aún así el museo decidió mantenerlo en las cartelas para recordar el contexto histórico en que las obras fueron creadas (y evitar posibles críticas por un exceso de corrección política.
Entre los cuadros afectados por el cambio se encuentra Retrato de Madeleine -originalmente, Portrait d'une négresse- , firmado por Marie Guillemine Benoist en 1800, medio siglo antes de la abolición del esclavismo. El lienzo adquirió una fama repentina cuando Beyoncé le dio un lugar protagonista en su vídeo rodado en 2018 en el Louvre. En un país donde el ideal republicano de igualdad impide el reconocimiento de las minorías étnicas, se trata de una pequeña revolución . "Ese retrato se explica por la noción francesa de la ciudadanía, que ignora las características individuales, al considerar que suponen un peligro para la unidad de la nación", explica Pap Ndiaye, especialista en la cuestión negra y comisario científico de la muestra. "A menudo, esa concepción tan abstracta ha servido para camuflar el racismo. Y el arraigo del marxismo en Francia ha provocado que las discriminaciones se estudien desde el punto de vista social, pero no del género o de los grupos etnorraciales". 
La situación empieza a cambiar . A menudo, de la mano de académicos y comisarios formados en el mundo anglosajón, donde estos asuntos no son un tabú. " Las cuestiones de raza y de género, tal como son tratadas en Estados Unidos, encuentran un espacio cada vez mayor en Francia", admite Pludermacher. "Tal vez la configuración actual de la sociedad francesa explique la necesidad de proyectos como este", añade...
Álex Vicente. París. El País, miércoles 3 de julio de 2019

lunes, 15 de julio de 2019

"O que arde", premiada en La Sorbona

"O que arde"/"Lo que arde", ya había sido la primera cinta en gallego presentada en el festival de Cannes en sus 72 años de historia. Allí obtuvo en la pasada primavera -en la sección Un certain regard- dos galardones, el del jurado y el premio a la creación sonora. Ahora recibe un nuevo reconocimiento en Francia; por algo nació en París el cineasta gallego Oliver Laxe. En esa ciudad, en el certamen Different! L'autre cinéma espagnol, organizado en la Universidad de La Sorbona y que alcanza su 12ª edición, obtuvo un premio que le supone una invitación para dar una clase magistral en esta universidad. El jurado explicó que "decidió atribuir de forma unánime el premio a una película cuyas imágenes, estamos seguros van a marcar la imaginario de los espectadores como marcaron el nuestro". El mismo premio viajó a Murcia en el 2018 , para ensalzar la película La mano invisible, de David Macián, y en Barcelona en el 2017 para Carla Simón y su Verano 93. O que arde será distribuida en Francia a partir del 4 de septiembre.
G.N. Redacción . La Voz de Galicia, jueves 27 de junio de 2019

domingo, 14 de julio de 2019

El hombre que vió el fin de la clase media

Christophe Guilluy, 55 años, geógrafo, cartógrafo, antes que nada el atlas de las nuevas fracturas sociales de Francia. Anticipó la revuelta de los chalecos amarillos en La Francia periférica y podría haber pasado los últimos meses de plató en plató. Prefirió callarse. Ha expuesto sus teorías  a los últimos tres presidentes franceses (Sarkozy, Hollande y Macron). No vota. En un café ruidoso habla de su último libro. No society (Taurus), que tiene un subtítulo elocuente: El fin de la clase media occidental. No apto para gente con prejuicios. 

P.- Durante la crisis de los chalecos amarillos, en España no paraban de preguntarse si eran de extrema derecha o de extrema izquierda. Responda usted , por favor
R.- Ni de derechas ni de izquierdas. Son las clases populares francesas que se divorciaron de la izquierda en los años 80. Y ahora, de la derecha. Son un movimiento sin relación con ningún partido. Esta categoría antes formaba parte de la clase media francesa (obreros, empleados, cuadros medios) y fue mayoritaria durante los Treinta Gloriosos (1945-1973). Todo el mundo tenía la impresión de estar integrado en un modelo económico y político. La ruptura comenzó en los 80 con el modelo económico globalizado y el abandono por parte de la izquierda de la cuestión social y las clases populares, que se fueron desconectando poco a poco de los partidos singularmente de la izquierda.

P.- Seguí las manifestaciones en París y me sorprendió que no había ni mujeres ni emigrantes.
R.- El movimiento ha tenido dos tiempos. Cuando surge, el 17 de noviembre, su base sociológica está en las rotondas de la Francia periférica: obreros, trabajadores del campo, empleados autónomos y funcionarios y asalariados con nóminas pequeñas. Las categorías modestas. No son pobres pero sí frágiles socialmente. Frágiles, porque todos viven en el territorio donde se crea menos empleo. En las rotondas se reunía gente diversa, jóvenes y mayores, mujeres y jubilados. Las mujeres estaban sobrerrepresentadas porque ocupan hoy los empleos más precarios. Son los chalecos amarillos históricos. Después el movimiento fue aspirado por las grandes ciudades: París, Toulouse... Y ahí había otra sociología más politizada, de izquierdas. El movimiento fue recuperado por la izquierda y la extrema izquierda cuando llegó a las grandes ciudades.

p.- Curiosamente, en esas manifestaciones parisinas no había consignas ni reivindicaciones políticas. Sólo gritos contra Macron.
R.- El movimiento comenzó con el aumento de la tasa del gasoil, una cuestión de poder adquisitivo. Luego las reivindicaciones explotaron: unos pedían la reposición del impuesto sobre la fortuna (patrimonio), otros el referéndum de iniciativa popular. Lo esencial no es una cuestión social. Lo que está en el fondo de los chalecos amarillos  es una cuestión cultural, existencial. Por eso no se le puede tratar como un movimiento social clásico, del siglo XIX o del XX. Es un movimiento del siglo XXI que no se parece a ninguna otra protesta obrera tradicional. Por eso la izquierda se equivoca en su análisis: no es la Revolución Francesa, no es Mayo del 68. Por primera vez hay un movimiento autónomo, sin intelectuales ni gente del mundillo cultural, sin partidos políticos, sin sindicatos. La reivindicación principal es "nosotros existimos"....

P.- Leyendo su libro se diría que la lucha de clases marxista ha sido sustituida por una lucha de clases geográfica.
R.- Completamente de acuerdo, es el regreso de la lucha de clases. Pero la lucha de clases del siglo XXI, con una dimensión  territorial cada vez más visible. Es lógico: la globalización crea mucha riqueza, pero concentrada en algunas categorías sociales y en algunos territorios. La polarización existe en Francia, en España o en Alemania, sea cual sea el contexto económico...

Iñaki Gil. París. El martes 2 de julio de 2019

sábado, 13 de julio de 2019

París, flechazo en el Sena

Playa en el Quai de la Villette
Hace un par de años tuvo lugar en el noroeste de París un acontecimiento que pudo parecer anecdótico, pero que sin duda fue intencionado. En las aguas del Bassin de la Villette se puso en marcha el experimento de una piscina natural. Los vecinos del XIX arrondissement - y de más allá- disfrutaron de esta zona de baño que une el canal de Saint-Martin y el canal de l'Ourcq. El resultado fue una fiesta. Tras la prueba se escondía el deseo de la alcaldía de hacer del río Sena, algún día no lejano, una piscina ·bañable". Con la mirada puesta en los Juegos Olímpicos de 2024. París recupera ahora los muelles para sus habitantes y continúa el proceso de reinvención de sus canales y de un río cuyos márgenes, hoy día, después de peatonalizar muchos kilómetros, son más accesibles que nunca. 
El Sena, más que el río matriz de la ciudad que transporta ocho millones de turistas al año en sus eternos bateaux mouches y un vanguardista eje fluvial de transporte y de reparto ecológico, es en la actualidad un laboratorio en el que caben jardines flotantes, actividades deportivas al aire libre (del remo al padle), diferentes opciones de movilidad (ciclistas, patinadores...), centros de arte, festivas guinguettes (merenderos, chiringuitos o tabernas junto al agua, conviene memorizar esa palabra), bancos en los que improvisar un picnic (pocas cosas ama más el parisiense), barcazas reconvertidas en cafés y restaurantes asomados al caudal. Así se ha transformado en espacio de bonheur (felicidad) para flâneurs (paseantes sin rumbo) que transitan ociosamente por vías  hasta hace poco inaccesibles y, sobre todo, en el epicentro de la ciudad del futuro, que busca ser a un mismo tiempo sostenible, ecológica, inclusiva y resiliente.
A su paso por París, el Sena se cruza por 37 puentes. Si seguimos su curso, a pie o en bicicleta, de este a oeste, desde Charenton a Javel, en las inmediaciones de Boulogne-Billancourt, podremos descubrir la capital francesa de un modo transversal y disfrutar  de las 10 nuevas hectáreas abiertas a la circulación  y al paseo que le han hecho recuperar un papel central en la estructura de la ciudad. El camino es largo, pero no solitario...
Use Lahoz. El Viajero. El País, viernes 28 de junio de 2019

viernes, 12 de julio de 2019

Una mujer espera

Ariadna Gil interpreta a Marguerite Duras
En abril de 1985, justo después de El amante, el mayor éxito de su carrera, Marguerite Duras publica El dolor, un dietario escrito en los últimos días de la Segunda Guerra Mundial, mientras esperaba el retorno de su marido, Robert Antelme. Como ella, escritor y miembro de la Resistencia. Una historia terrible. Su hijo había muerto en 1942. Antelme fue deportado a los campos de Buchenwald y Dachau en 1944. Ese mismo año, Duras emprende su búsqueda, acompañada por su amante, Dionys Mascolo. François Mitterrand, también en la Resistencia, localiza a Antelme en Dachau en 1945 y le rescata de milagro. Esto es un simple resumen de las muchas historias que laten tras El dolor. En 2008 Patrice Chéreau y Thierry Thieû Niang, la adaptaron al teatro, interpretada por Dominique Blanc. La obra se vio en Salt, en Temporada Alta, en función única, y en 2020 en La Abadía, en cuatro sesiones. En 2018 Emmanuel  Finkiel llevó el texto al cine, con Mélanie  Thierry en el rol de Duras.
El TNC tiene en cartel la versión catalana, a cargo de María Lucchetti, dirigida por Lurdes Barba y protagonizada por Ariadna Gil...
La escenografía de Francese Torres, la iluminación de María Domènech y la música de Jordi Collet recrean admirablemente el territorio de El dolor, Un espacio a media luz como si todo se hubiera vuelto irreal, como un mal sueño lleno de sombras y ruinas. O una noche en pleno día. Un tiempo distorsionado en el que la voz ha de llegarnos un tanto sonámbula. Cuando Marguerite Duras encontró sus sus diarios de guerra en los armarios azules de su casa en Neauphle-le Châteause dijo: "Sé que soy yo quien ha escrito esto, porque reconozco mi letra y el detalle de lo que cuento. Vuelvo a ver el lugar, los trayectos, pero no me veo escribiendo este diario. ¿Cuando lo escribí. en qué año, a qué horas del día, en qué casa?"
Esa es la voz que nos envía Ariadna Gil, nunca de modo monocorde. Es una voz que puede romperse como un vidrio. Quizás la clave sea que nunca quiere mostrar un gran dolor, una modulación desaforada. Hay en Ariadna Gil un pudor, una voluntad de no dejarse caer en el grito... El dolor es, esencialmente el diario de una espera. Los grandes acontecimientos se zanjan en pocas palabras...
Marcos Ordóñez.. Babelia. El País, sábado 22 de junio de 2019

jueves, 11 de julio de 2019

Cierra "Les Temps Modernes", la revista de Sartre y Simone de Beauvoir



Lanzmann en 1964 con Jean-Paul Sartre y Simone de Beauvoir
Se ha agotado sin hacer ruido, sin elogios fúnebres. Les Temps Modernes, la revista de Sartre y Beauvoir, la revista fundada hace 74 años por Jean-Paul Sartre y Simone de Beauvoir que a mediados del siglo XX fue una institución central en la vida intelectual francesa, ha dejado de existir. La muerte de su último director Claude Lanzmann, precipitó la decisión de la editorial Gallimard, propietaria de la cabecera. Una carta escueta fechada el 6 de diciembre de 2018 anunció a los suscriptores que dejarían de recibirla. En las librerías estaba en venta el último número, el 700. Incluía unas notas inéditas de Sartre durante un viaje a Roma y ensayos sobre la nueva izquierda identitaria, y sobre Perón y los nazis, entre otros temas.
El fin de Les Temps Modernes es el fin de una época que quizá hace tiempo que terminó: la de las revistas con formato de libro y artículos largos que marcaban los debates ideológicos, filosóficos y literarios, y la de Francia y París como capital global de las letras y las artes. En sus últimos años, cada número trimestral de Les Temps Modernes vendía entre 2.500 y 3.000 ejemplares.
Lanzmann, muy próximo a la pareja Sartre-Beauvoir y guardián de las esencias, murió el 5 de julio de 2018. Dejó escrito que deseaba que la revista continuase existiendo tras su muerte, con Juliette Simont, especialista en la filosofía de Sartre y durante años adjunta a la dirección, como directora. En septiembre el comité de redacción se reunió por primera vez con el editor, Antoine Gallimard. La incertidumbre ya pesaba entonces sobre el futuro del título.
Simont explica que se enteró del cierre por el mismo correo que los suscriptores. "La desaparición de este periódico no cambiará la faz del mundo. Se trata, sin embargo, de un acontecimiento simbólico de gran alcance", escribieron Simont y los miembros del comité de redacción en un artículo en Le Monde el 2 de mayo. "Era como una estrella de la que se siguiese viendo la luz aunque se haya apagado desde hace tiempo", dice Agnès Poirier, autora de Left bank, Art, passion and the rebirth, of Paris, 1940-1950/ Orilla izquierda. Arte, pasión y el renacimiento de París, 1940-1950), una crónica de la rive gauche en los años de la ocupación nazi y sobre todo de la posguerra...
Marc Bassets. París. El País, sábado 22 de junio de 2019

miércoles, 10 de julio de 2019

Los "Mundos de silencio" en Aix-en-Provence

La pintora compostelana Mariluz Caamaño acaba de regresar de Francia, donde expuso una selección de su obra más reciente de monotipos dentro de su proyecto artístico Mundos de silencio.
Del 24 de mayo al 6 de junio pudo visitarse su obra en la galería  Les Amis des Arts, fundada en 1894 y situada en el Cours Mirabeau, en pleno Aix-en-Provence, capital de la Provenza y ciudad de gran tradición artística, cuna de Paul Cézanne.
La exposición individual que contó con 48 obras, 38 de ellas monotipos y 10 tablas, ha tenido una gran acogida por parte del público por su originalidad, temática y colorido. Los Mundos de silencio están reflejados en monotipos que representan el mundo misterioso del mar, sus habitantes en las profundidades submarinas caracterizadas por su silencio, la ciudad vacía, interiores vacíos, las mujeres, tema recurrente en toda su obra. Otra temática relacionada con ese mundo silencioso se representa en sus creaciones sobre el Alzhéimer, por la soledad de las personas que la padecen, ya que pierden sus recuerdos.
Tras mostrar este concepto, Mariluz Caamaño une de forma abstracta las palabras que les dedica, unas veces en forma de poema, o mostrando sus pensamientos en sus obras pictóricas  con frases inconexas, que no se entienden, interrumpidas por el olvido.
Más de novecientas personas interesadas por el arte contemporáneo, empresarios, artistas y pintores visitaron la muestra. Actualmente su obra se encuentra en Nueva York, París, Lyon, Aix-en-Provence, Madrid, Santiago de Compostela y otros lugares de España. Esta es la segunda vez que Mariluz Caamaño expone en esta galería de la localidad francesa.
Redacción.Santiago. El Correo Gallego, 1 de julio de 2019

martes, 9 de julio de 2019

Comprador para un cuadro atribuido a Caravaggio

Judit y Holofernes  de Caravaggio
El misterioso cuadro descubierto hace cinco años en el desván de una casa cerca de Toulouse y atribuido a Caravaggio (1571-1610) ya tiene comprador. Se desconoce su identidad y el precio que ha pagado. Se sabe, eso sí, que esta persona no es francesa y que es alguien cercano a un gran museo en el que próximamente se expondrá está versión de Judit y Holofernes, la segunda que habría pintado el artista barroco.
Un comunicado anunció ayer por sorpresa la suspensión de la subasta prevista para mañana en Toulouse, y la venta del lienzo estimado entre 100 y 150 millones de euros. El precio de partida en la subasta era de 30 millones de euros, según informa la agencia France Presse. 
"La venta está cubierta por un acuerdo de confidencialidad respecto al precio y a la identidad del comprador", dice el comunicado. "Hemos recibido una oferta que era imposible de no transmitir a los propietarios del cuadro. El hecho de que la oferta proviniese de un coleccionista próximo a un gran museo convenció a los compradores para acertar", dijo ayer Eric Turquin, el experto en cuadros antiguos que identificó la pintura tras su descubrimiento.
"Lo teníamos todo organizado para la subasta en un gran evento público, pero hemos decidido aceptar la decisión de nuestros clientes vendedores", explicó Marc Labarde, el responsable de la subasta que debía haberse celebrado después de que el cuadro se exhibiese, además de en Toulouse, en París, Milán, Londres y Nueva York.
La historia del segundo Judit y Holofernes de Caravaggio, daría para una trama de misterio. Existen testimonios documentales de la existencia de este óleo de 144 por 173 centímetros supuestamente realizado en torno a 1607 en Nápoles, adonde el pintor había huido tras apuñalar a un hombre en Roma. Pero en 1617 el rastro desaparece ... El rastro del cuadro reaparece en 2014 cuando una familia de Toulouse entra en un desván olvidado de su casa para arreglar una fuga de agua. Bajo un cochon, descubren un cuadro polvoriento que aparentemente llevaba 150 años allí...
Marc Bassets. París. El País, miércoles 26 de junio de 2019

lunes, 8 de julio de 2019

Agnès Varda, memoria de una mujer por dentro

Varda por Agnès de Agnès Varda
"El cine", le dijo Jacques Demy a Agnès Varda, "surge del deseo de detener el tiempo y negar la muerte". Ella no estaba de acuerdo. Y no lo estaba de manera incluso violenta. Al fin y al cabo, le tocó ver de cerca, demasiado, la muerte por culpa del VIH de su eternamente amante. "No se trata de detener el tiempo sino de estar con el tiempo", le respondió. Varda por Agnès, la última película de la directora que murió el pasado 20 de marzo con 90 años cumplidos es quizá la expresión más certera de su réplica. En su indisimulada modestia, la cinta acompaña a la realizadora desde su primer y glorioso intento cinematográfico hasta cada uno de sus últimos experimentos visuales y formales tan cerca del cine como de ella misma. Y de su tiempo.
Todo el documental discurre sobre un escenario. Y sobre él. Varda observa al público. Ella repasa su obra. Lo hace película a película. Fracaso a fracaso. Destello a destello. Y la creadora que como el propio Montaigne convirtió su vida en la medida perfecta del mundo vuelve por última vez, si acaso se fue nunca, a sí misma. En realidad se trata del enésimo retrato de la espigadora. Y ahí, frente al espejo se descompone y recompone hasta hacer de su cuerpo menudo y su cabellera nevada la medida de todos los universos posibles. Si se quiere, la cinta se puede leer como la mejor introducción no sólo al cine sino a la propia Varda en toda su ya inabarcable extensión. Pero también, y esto es ya más relevante, Varda par Agnès es un esfuerzo tan alegre y ligeramente ingenuo como deslumbrante de acompañar al propio tiempo. Su tiempo. Y con él, todas las revoluciones íntimas y mínimas que lo atraviesan.
Dice la directora que su obra hace pie únicamente en tres conceptos:"Inspiración, creación y compartir"... El documental se inicia con Cléo de a 7. Recuerda el momento en que decidió que su película de 1962 haría coincidir el tiempo de la ficción con el de la propia cinta: una hora y media de vida en crudo estructurada en dos capítulos de 45 minutos. En medio, una canción triste...
Luis Martínez. El Mundo, domingo 30 de junio de 2019

domingo, 7 de julio de 2019

Toulouse o el sueño de volar, 2

También el paso por esos distritos confirma el idilio que Toulouse mantiene con la modernidad. Tiendas que hacen gala de un gusto exquisito y templos gastronómicos como Ma biche sur le toit (el rooftop de moda sobre las Galerías Lafayette) o Nº 5 (elegido el mejor bar de vinos del mundo). Y grafitis por aquí y por allá, como explica Mélissa Butelli, experta en recorridos guiados, el arte urbano es una forma de expresión tan dinámica como aceptada".
Tanto placer terrenal encuentra su réplica en el cielo. Porque esta ciudad siente una auténtica vocación por el aire. Sede de la aeronáutica europea. Toulouse vive consagrada a la fabricación de aviones (un 10 por ciento de la población trabaja en este campo) con hitos como el Concorde, el Airbus o el A380. En el Museo Aeroscopia se puede realizar un tour por estas naves legendarias.
También en el lugar donde nació, en el año 1920, la primera línea aérea que transportaba el correo y con él las cartas de amor, los documentos secretos, la historia viva de los pueblos. Eran los tiempos de aquellos pilotos pioneros, entre los que se contaba un joven Antoine de Saint-Exupéry antes de convertirse en el autor de El principito, tal vez el relato infantil más célebre de todos los tiempos. Para ellos también hay un museo: L'Envol des Pionniers, inaugurado hace apenas seis meses- Más lejos, hasta los confines del universo, llega la Cité de l'Espace, el principal parque temático dedicado a la aventura espacial. Es el lugar donde sentirse como un astronauta a bordo del cohete Ariane 5 o de la nave Soyuz. Este año además celebra un acontecimiento definitivo: los 50 años transcurridos del viaje a la Luna. "Una exposición ambiciosa evoca la hazaña de los equipos de la NASA", explica Florence Séroussi, trabajadora del parque, para después anunciar la gran fiesta del próximo 21 de julio Moon Party rememorará aquel "pequeño paso para el hombre y el gran salto para la humanidad" precisamente en una ciudad que sabe volar muy alto.
Noelia Ferreiro, El Mundo, 25 de junio de 2019

sábado, 6 de julio de 2019

Toulouse o el sueño de volar

El lejano ruido de los aviones y el murmullo del río Garona, el cobrizo de la terracota y el azul de la cocagne, el arte y el ingenio, el patrimonio y la innovación. Un conjunto de hermosas contradicciones define la esencia de Toulouse, la joya del suroeste francés. Una ciudad que por su alegre temperamento, por su destreza en conjugar el savoir vivre con el espíritu mediterráneo, es para muchos la capital hedonista del país vecino.
Será por la cercanía a la frontera española, con el trasvase de costumbres que ello implica. O será por la huella que dejaron los exiliados (cuentan que unos 40.000), cuando este enclave fue crucial para huir de los estragos del franquismo. El caso es que en Toulouse se respira una cierta empatía, algo así como estar en casa. Una inercia de vida en la calle, de terrazas  atestadas de gente, de cenas a horas desacostumbradas más allá de los Pirineos. Sorprende gratamente el bullicio, la vitalidad que desborda. "Sobre todo al llegar el verano, cuando nos volvemos noctámbulos", bromea el joven Guillaume, uno de los 100.000 universitarios que pueblan esta metrópolis.
Hay que pasear por el centro para hacerse eco de esta energía. Y también para descubrir por qué se la conoce como la ville rose. Sin canteras de piedra cercanas pero con mucha arcilla en el río, hubo de ser construida  a golpe de ladrillo. Y aunque su color es más bien, el de un carmín anaranjado, solo hay que aguardar a que el sol concluya el milagro: entonces en los últimos rayos, adquiere una luz impresionante que realza los matices salmón...
Así se aprecia en el Capitolio, donde todo comienza y acaba. Esta plaza de belleza monumental sirve de antesala al ayuntamiento, la ópera y los soportales, decorados con coloridos frescos que cuentan historias tolosanas. De aquí parten les rues que conservan un perfil medieval, las callejuelas que emulan los bulevares de París, los estilos dispares que exhibe la arquitectura: la Basílica de Saint-Sernin, que es la mayor iglesia románica de Francia, el convento de los Jacobinos, una joya del arte gótico, la Biblioteca Municipal, con elementos  art déco... y hasta el Mercado de Víctor Hugo, cuya estética contemporánea suscitó tanto rechazo que los ciudadanos, muy suyos, se negaron a pagar el aparcamiento durante diez años. Conviene recorrer, uno a uno, los barrios históricos del centro, Saint-Georges, Saint-Étienne, Carmes, Saint-Cyprien...y admirar en todos ello los casi dos centenares de mansiones renacentistas. Son la herencia de la cocagne o pastel la planta que proporcionaba el más codiciado tinte azul. Con ella se enriquecieron los comerciantes allá por el siglo XV. Olvidada después, hoy su uso se ha recuperado para productos cosméticos, pues dicen que contiene Omega 3,6, y 9, estupendo para la piel.
Noelia Ferreiro. Viajes. El Mundo, 25 de julio de 2019

viernes, 5 de julio de 2019

Pío Baroja en París, 2

Baroja con Azorín en Paris
En el Colegio de España se encontró el escritor con el físico Blas Cabrera, el filósofo Xabier Zubiri, Joan Miró, los hermanos Gutiérrez Solana y el historiador Américo Castro, entre otros. Pero con quien más se relacionó fue con su amigo Azorín, con Gregorio Marañón (quien también se ocupó de su salud), con el escultor Sebastián Miranda y con Miguel Pérez Ferrero. También se vió con Menéndez Pidal y con Ortega y Gasset.
Francisco Fuster considera que el exilio no volvió "más huraño a Baroja ni creo que se agriara más. Lo que es evidente es que en la España de la posguerra franquista, Baroja era un personaje incómodo. La censura trató de recortar varias de sus obras y eso le hizo perder las ganas, pese a lo cual siguió escribiendo hasta el final de sus días. Dejó de salir tanto a la calle, a dar sus paseos diarios, y empezó a recibir a la gente en su casa de la calle Ruíz de Alarcón, donde mantuvo la famosa tertulia". 
En París Baroja escribió las novelas Susana y los cazadores de moscas (impresa en 1938), Laura o la soledad sin remedio (1939) y El hotel del Cisne (1946), además de las recopilaciones de artículos recogidos en Paseos de un solitario y Aquí, París. "Y el grueso de su poemario Canciones del suburbio (1944)", precisa Fuster. "La obra de ficción de Baroja posterior a 1940 no tiene la calidad que tiene la anterior (sí las memorias), no sólo porque el exilio imprime en ella un poso de tristeza y de melancolía, sino porque el regresa desorientado y le cuesta un poco volver a arrancar", comenta Francisco Fuster. "Es un hombre roto que ha vivido unos años terribles, alejado de todo lo que más quería (su familia, su casa de Itzea, su biblioteca, sus paseos por las librerías de viejo en Madrid...). Una cosa es la soledad buscada y otra la impuesta, com la que él tuvo que sufrir en una ciudad compleja, como el París de entre guerras donde tuvo que valerse por sí mismo y aprender a vivir en un ambiente frío y hostil, con importantes y muy escasos apoyos".
¿Y Baroja? ¿Qué escribió don Pío de aquel exilio? Hay que acudir al tercer tomo de sus memorias, Desde la última vuelta del camino (Tusquets), donde se puede leer:"Aquí, en París, se ve uno muy solo, viejo y sin dinero. No tiene ganas de escribir,  ni la menor esperanza. "Yo no sé si lo que he escrito vale algo o no vale nada; pero comprendo que sobre ello no hay que contar. Mis libros no me dan entre los escritores en París el prestigio de un gacetillero".
No ayudó la publicación en España de una recopilación de textos en 1938 titulada como Comunistas, judíos y demás ralea y con un prólogo de Giménez Caballero titulado Un precursor español del fascismo. Esto sostiene José Carlos Mainer en su muy documentado estudio Pío Baroja (Taurus, 2012), tuvo que autorizarlo Baroja.
El fulgor de Baroja, en cualquier caso, ahí sigue. El empeño de Joaquín Ciáurriz con la colección Baroja & yo (ipso ediciones) llega a su fin con el último libro de bolsillo que firma Carmen Caro-Baroja. A lo largo de 26 entregas se han publicado textos de Andrés Trapiello, Eduardo Mendoza, Luis Antonio de Villena, Manuel Hidalgo, Amparo Hurtado, Asunción Rivas, Sergio del Molino. Jon Juaristi, Atxaga... A saber que diría el médico de Cestona.
Manuel Llorente. El Mundo, domingo 30 de junio de 2019.

jueves, 4 de julio de 2019

Pío Baroja en París

Baroja  con Gregorio Marañón y Teófilo Hernando en Paris
En 1936, don Pío, a punto de ser fusilado por unos requetés, marchó al exilio con 200 pesetas  y 63 años. Francisco Fuster cuenta sus cuatro años de melancolía, lejos de Itzea, su casa en Vera de Bidasoa (Pío Baroja en París, 1936-1940 ). Se salvó gracias a la intervención de un militar, según unos; otra versión habla del capitán Tejero de Vitoria , que habría dicho."Soy admirador de Vd. don Pío y estén Vds. tranquilos que no les pasará nada). El novelista había cedido horas antes a la curiosidad cuando un policía de la aduana de Vera le había animado a ver unas maniobras militares por la zona. El médico Ochoteco les llevó en coche. Pero cerca de Navarte, les dieron el alto, les obligaron a bajar del coche y les encañonaron. Poco después, parece ser que "un fondista de Pamplona comenzó a proferir insultos contra Pío Baroja acusándole de haber pasado la vida atacando al tradicionalismo:"Llevaos a éste a Vera  y si hace un gesto le pegáis un tiro".
No le pegaron un tiro, pero tras pasar una horas encarcelado Pío Baroja tomó la decisión de irse de España sin saber lo que podía durar aquello. Esto lo contó el periodista y amigo del escritor Miguel Pérez Ferrero en Pío Baroja en su rincón (Editora Internacional, 1941). Sea como fuere, aquel episodio marcó la vida del autor de La busca. Y no sólo por los cuatro años que pasó de exilio sino porque el hombre que regresó a su casa de Itzea en Vera en junio de 1940 ya no era el mismo. 
"Más que oscuro, yo diría, que ese período en la vida de Baroja es triste, tristísimo. Su vida no es que sea especialmente apasionante, fue una existencia apacible, construida en torno a una rutina y que estalló por los aires  ese día en que unos requetés estuvieron a punto de fusilarle. Nunca fue el de antes", Francisco Fuster (Baroja en París, Marcial Pons, 2019).
El 1 de noviembre de aquel 1936, el Diario de Navarra publicó el artículo Una explicación en el que Baroja refiriéndose a la República decía: "Este tumor o este absceso, formado por mentiras, es de desear que lo saje cuánto antes la espada de un militar". La suerte estaba echada.
Ya en Hendaya se encontró el académico a Fernando Ortiz Echagüe, periodista riojano pero con pasaporte argentino, al que ya conocía. Le contó su reciente peripecia. Ortiz Echagüe, que trabajaba para el prestigioso La Nación de Buenos Aires, le ofreció una colaboración mensual de 300 francos por artículo y con ese pasaporte  fue a París. Todo fue un cúmulo de casualidades: el escritor hizo caso a una rusa que había trabajado en España como violinista que le recomendó que hablara con Aurelio Viñas profesor de español en la Sorbona y secretario del Instituto de Estudios Hispánicos de esa universidad; éste le puso en contacto con Ángel Establier, director del Colegio de España en la Ciudad Universitaria de París, y allí dio con su boina y sus huesos Pío Baroja (San Sebastián, 1872- Madrid, 1956 )...
Manuel Llorente. El Mundo, domingo 30 de junio de 2019

miércoles, 3 de julio de 2019

París contacta con los canteros de Poio

Anne Hidalgo, alcaldesa de la ciudad de París, afirmó tener en cuenta la propuesta de trabajo realizada por la Asociación de Canteros de Poio con el objetivo de colaborar en la rehabilitación de Notre Dame.
Taller en la Asociación de canteiros de Poio.
La respuesta llega dos meses después de que la agrupación de canteros, formada por un total de cien exalumnos y profesores  de la Escuela de Poio, se pusiese en contacto con las autoridades de la capital francesa para participar en la rehabilitación de la construcción incendiada el pasado 15 de abril. 
Javier Diéguez Mosquera, vicepresidente de la organización, indica que la idea surgió el mismo día del siniestro, cuando desde el grupo de WhatsApp comenzaron a realizar comentarios sobre la gravedad del suceso.
Teniendo en cuenta otros proyectos similares en los que colaboran, como la ayuda proporcionada a la Catedral de Santiago de Compostela, al Big Ben de Londres o al Capitolio estadounidense, decidieron ponerse manos a la obra para aportar su grano de arena a la causa.
Diéguez Mosquera explicó que la labor que pueden llevar a cabo en estos casos se centra en dos líneas. La primera de ellas sería la restauración de piezas dañadas, tanto por fenómenos naturales como por el paso del tiempo, como por daños en la estructura o fenómenos como lo que aconteció en la iglesia parisina. La otra alternativa consistiría en la creación total, tal y como ocurre en la Sagrada Familia, en donde elaboran elementos desde cero a partir de las maquetas creadas por Gaudí.
En estos casos es habitual que los especialistas se desplacen a las ciudades que precisan de sus habilidades, pero también hay ocasiones en las que colaboran desde talleres gallegos. 
En el caso de París aún no saben que tipo de apoyo podrán realizar, ya que están a la espera de que los técnico evalúen los daños ocasionados...
Lucia Puga. Santiago. El Correo Gallego, jueves 20 de junio de 2019

martes, 2 de julio de 2019

Un museo "art nouveau" lleno de monedas y cajas fuertes

Sala del museo La Ciudad de la Economía
A la larga lista de museos imprescindibles a visitar en París se acaba de agregar uno más: la Ciudad de la Economía (Citéco), el primer museo en Europa dedicado a la economía, abre hoy sus puertas en un espléndido palacete de la capital francesa. El objetivo es convertir una materia clave pero densa en una experiencia interesante y hasta lúdica que ayude a pequeños y mayores e entender mejor los hilos y fuerzas que mueven nuestro planeta.
"Para tener una mejor comprensión del mundo hay que tener un mejor conocimiento de los desafíos de la economía y de sus conceptos.Visitar este espacio proporciona un mejor patrón de interpretación de lo que pasa en nuestro entorno", asegura el director de la Citéco, Philippe Gineste.
A priori, la idea de pasarse al menos un par de horas -hay hasta para 12 dicen sus creadores- revisando la historia de la economía no parece el plan más atractivo en una ciudad con tanta oferta cultural y lúdica como París y, probablemente, en ninguna otra. Pero Citéco, un museo que aspira a atraer a un público "como los lectores de Tintín, de 7 a 77 años y más allá incluso", según Gineste, logra ampliamente lo impensable: enganchar al visitante.
Para ello juega con espacios, temáticas y herramientas. Hay juegos interactivos para los más jóvenes, desde sencillas propuestas para descubrir el valor de los productos a una "sala de consejo" en la que se reta a los participantes a alcanzar un pacto multilateral. "Les hacemos vivir la experiencia de lo que es una negociación internacional y la complejidad de los desafíos" para que comprendan que "lograr un acuerdo puede parecer algo sencillo, pero no lo es", explica Xavier Limagne, jefe museógrafo de la instalación.
A los 26 juegos se unen 58 vídeos, 15 instalaciones interactivas y casi 400 objetos. Todo explicado en tres idiomas, incluido el español, y en un espacio que amerita por sí una visita. el hotel Galliard, un lujoso palacete del siglo XIX de inspiración renacentista. Situado en el elegante distrito 17 de París, fue primer hogar del banquero Émile Galliard y, de 1923 a 2006 una de las tres sedes (sin duda la más deslumbrante) del Banco de Francia, institución que está detrás  de este proyecto educativo...
Silvia Ayuso. París. El País, viernes 14 de junio de 2019