Pauline Delabroy-Allard |
"La idea que perseguía constantemente: una cama y dos cuerpos desnudos. En un primer momento no sabía que significaba, podría ser una noche de amor o una agonía", comenta la autora. "Si resumen esta historia se darán cuenta de que es una historia banal, sin trama", afirma Delabroy-Allard. Y lo es: una noche, una fiesta y dos mujeres que se conocen por azar empiezan a tener citas improvisadas hasta vivir juntas.
Las protagonistas son tan distintas que se complementan para construir una trágica historia de amor. Una vive su rutina de madre soltera y profesora con una pareja circunstancial; la otra, Sarah, es violinista, excéntrica, sensual y culta. "La narradora se me parece mucho, me he inspirado en mí misma", comenta la escritora que al igual que su personaje al que no le pone un nombre, es madre soltera desde los 22 años y docente. "A Sarah la he construido a raíz de las ideas que me llevaron a cuestionarme qué hace que un personaje en una novela funcione", dice.
La autora explica que la originalidad de Voy a hablar de Sarah, en la que desgrana las devastadoras consecuencias de un amour fou, "radica en la construcción y en el lenguaje". "Visualicé el libro en dos partes, el retrato de Sarah y la ciudad de Trieste. Dos partes que se hacen eco entre ellas", dice Delabroy-Allard...
Evelyn Velázquez. Madrid. El Mundo, lunes 15 de julio de 2019.
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