jueves, 25 de julio de 2019

Cyrano, el bello `perdedor del amor y la guerra

Ilustración de José María Gallego
Es complicada la historia de Roxane y Cyrano. Él podría haber sido una especie de Casanova feo pero atractivo, una amante divertido y cariñoso, extravagante pero deseado por mil mujeres inteligentes y libres, y puede que Roxane se hubiese sentido bien en esa relación libertina. Pero no salieron así las cosas: a Cyrano le pesaban algunos complejos y tendía a ser orgulloso y a idealizar a su enamorada, que, por su parte, era demasiado sensible al encanto de Christian, el rival de Cyrano, guapo pero soso. Al final, el héroe tuvo que conformarse con que "una falda acariciara su vida" y con dejar un bonito mutis en la última escena de la obra, "un bel morir perfecto, a la altura del bel morir del Quijote".
El ilustrador José María Gallego, dibujante de Gallego&Rey en las páginas de El Mundo, habla de Cyrano y de Roxane después de haber pintado 20 láminas para una nueva edición de la obra de Edmond Rostand de 1897 que ha publicado Reino de Cordelia. "Lo interesante es que la obra tiene cinco actos y todos son muy diferentes y muy atractivos para pintarlos: el primer acto ocurre en un teatro iluminado por velas, es oscuro y cálido a la vez. El segundo es en una pastelería, por la mañana, la luz es cruda. El tercero es el cortejo, de noche, a la luz de la luna. La cuarta escena es en la batalla: hay humo y polvo. Y el final es la luz del crepúsculo que acompaña a Cyrano en la muerte".
De modo que Cyrano es una cuestión de luz, pero también de sonido. La traducción elegida por  Reino de  es la de Jaime y Laura Campmany, "la mejor de todas las que se han hecho al español, los versos alejandrinos están bordados", explica Jesús Egido, editor del sello. " La obra es más larga que la que conocemos de haberla visto en el teatro o en el cine. Tiene un punto más excesivo y más caricaturesco. Por eso mismo lo hacía perfecto para los dibujos de Gallego"...
Luis Alemany. El Mundo, jueves 20 de junio de 2019.

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