viernes, 13 de marzo de 2020

Boris Vian, La espuma de cien años

...y toca la trompeta en un club de jazz presidido por
 Louis Amstrong...
Desde sus primeros pasos creativos Boris Vian es un transgresor que evoluciona con rapidez. También suceden en corto tiempo, la ascensión y caída económica de su familia. Su bisabuelo hijo de zapatero, y su abuelo comercian con el bronce. El abuelo paterno fabrica cancelas, decora un palacio, se casa con una rica heredera. El matrimonio vive en un hotel y en un castillo. El padre adinerado de Vian carece de profesión cuando contrae matrimonio con una pianista y arpista acaudalada. El entusiasmo musical de Yvonne, madre del futuro escritor, determina el nombre de su segundo hijo. La ópera Boris Godunov, de Musorgski, basada en un drama de Pushkin, es la inspiradora. Vian y sus tres hermanos disfrutan de una infancia lujosa, pero sus comodidades y sirvientes desparecen durante la crisis financiera de 1929. El padre ha de ganarse el sustento como traductor, agente inmobiliario, representante de un laboratorio de homeopatía. La vivienda principal es alquilada a la familia del violinista neoyorquino Yehudi Menuhin. Boris Vian conoce una sombra más poderosa: tiene solo 12 años cuando sufre una cardiopatía causada por una fiebre reumática. La enfermedad estimula sus capacidades de creador. Sometido a una salud frágil, es un artista amenazado que trabaja con apremio.
Antes de conseguir el diploma de ingeniero juega con las palabras y la música. Para él, los frutos de la lucidez deben de ser lúdicos. Inventa instrumentos musicales risibles y toca la trompeta en un club de jazz presidido por Louis Amstrong...
Los primeros libros que publica reciben un eco reducido aunque favorable. Les sigue un escándalo. La novela negra Escupiré sobre vuestras tumbas, firmada con el seudónimo de Verson Sullivan, enfurece a censores, reseñistas y políticos. En 1946, las autoridades francesas no toleran la libertad que pregonan en sus discursos. Los méritos de otra novela La espuma de los días, son celebrados por un número creciente de lectores... Redacta piezas de teatro y guiones, participa en las revistas de sus amigos Albert Camus y Jean-Paul Sartre, toca la trompeta en los clubes del Barrio Latino y el escritor se fotografía con dos músicos enamorados: Miles Davis y Juliette Greco...
Pasado el tiempo, ¿qué queda del arte de Boris Vian en la Francia de hoy? Varias generaciones cantan de memoria las canciones de un provocador bondadoso:El desertor, Los carniceros felices, La java de las bombas atómicas, Soy snob. Se reeditan sus libros. Los estudiantes sonríen analizando las bromas lúcidas de un clásico.
Francisco Javier Irazoki. El Cultural, 6-3-2020

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