domingo, 1 de marzo de 2020

Jean Daniel, observador de un siglo

Parecía un gigante salido de otro tiempo, de ese siglo que se aleja. Jean Daniel estaba sentado en una inmensa y confortable butaca  en su piso de la calle de Vaneau, en París. En una mesita tenía la prensa del día. Apenas podía moverse y hablaba con dificultad. Pero el tres de enero pasado, cuando recibió la visita del periodista de El País para hablar de su amigo y mentor, Albert Camus, aún mantenía la lucidez  -y el mal genio- de siempre. 
Jean Daniel  (Foto de Emilio Naranjo/EFE)
A sus 99 años, seguía imponiendo. Conversar con él era como si toda su vida se hiciera presente. El judío argelino precozmente culto y politizado, el combatiente de la II Guerra Mundial, el fundador del semanario Le Nouvel Observateur, cuando los semanarios aún marcaban la agenda, uno de los periodistas más influyentes en su país, el hombre de poder que fue observador pero también quiso ser protagonista de su historia.
Jean Daniel Bensaïd -ese era su nombre original - murió el miércoles en París, según ha anunciado L'Obs, el nombre actual de cabecera que dirigió hasta 2008 y con la que siguió asociado hasta el final. Entrevistó y aconsejó a presidentes y a reyes; participó en las grandes peleas intelectuales y políticas de su tiempo, desde la guerra de Argelia hasta la paz en Oriente Próximo; y fue en muchos países, incluida la España de la Transición y los primeros años de la democracia un referente de la izquierda antitotalitaria y no dogmática para periodistas y políticos, un testimonio del siglo.
"El inicio bárbaro del siglo XXI es, curiosamente, el resultado de un gran acontecimiento de emancipación: el fin del totalitarismo soviético. Creíamos que la ideología había muerto. Sin embargo, continúa floreciendo, particularmente en su encarnación islámica: un giro desviado de una gran religión", dijo en 2004 al recibir el Premio Príncipe de Asturias de Comunicación y Humanidades. En el mismo discurso trufado de citas de Unamuno, Camus y Cervantes, elogió a España por "lo que es conveniente hacer  y no hacer para combatir el terrorismo, no adoptar los valores del enemigo al que se quiere derrotar, no imitar sus medios so pretexto de que los fines son diferentes, porque precisamente son los medios los que determinan  siempre los fines". En 2010, recibió el premio Ortega y Gasset por toda su trayectoria profesional.
Nacido el 21 de julio de 1920, undécimo hijo de una familia de notables judíos en Bilda, al pie del Atlas argelino cuando este territorio era francés, Jean Daniel decía que se sentía"primero mediterráneo, después francés y después judío". El inicio de los estudios de Filosofía en Argel coincidió  con la abolición, del 7 de octubre de 1940, del llamado decreto Crémieux, que en 1870 había concedido a los judíos de Argelia la nacionalidad francesa. De repente dejó de ser francés: las convulsiones del siglo le alcanzaban de lleno por primera vez. Se unió en Túnez a la Segunda División Blindada del general Leclerc, desembarcó en Normandía, participó en la Liberación. Retomó los estudios en La Soborna y fundó la revista Caliban. Allí conoció a Camus, argelino como él, el periodista en París como él, siete años mayor que él, un faro.
"Su influencia, para mí, fue total: en todos los planos y a veces de una manera devastadora. Durante 50 años, yo no podía pensar sin él", comentó en enero. "Quizá exagero, pero quiero decir que todos los conceptos y los temas en los que pensé se referían a un libro de Camus o a una conversación con él", añadió...
Marc Bassets. El País, viernes 21 de febrero de 2020

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