David Guetta |
P.- A estas alturas no se si estas cosas ya le dan igual.
R.- No, no, me hace mucha ilusión. Primero porque se anuncia el día de mi cumpleaños. Es el mejor regalo que podía tener. Y también porque han pasado nueve años desde al primera vez que fui número uno, Me hace muy feliz porque los dos ocurrieron cuando estaba teniendo un impacto cultural muy grande en nuestra comunidad. La primera vez hacía música más underground, empezaba a hacer cosas con cantantes pop americanas, y en ese momento era algo muy nuevo. De hecho me criticaron mucho por hacerlo pero fui número uno. Y después de hacerlo yo se convirtió en una cosa natural para los Djs, y me parece muy bien que todos lo hayan hecho. Y esta vez porque me he pasado dos años poniendo todas mis fuerzas en hacer cosas grandes que no son pop. He hecho un proyecto que se llama Jack Back que es solo house, y uno que se llama Future Rave, que es un nuevo sonido, y claro que me hace feliz que cuando hago un esfuerzo por hacer algo distinto la comunidad lo aprecia.
Guetta, hijo de un sociólogo francés, un poco franco italiano, un poco marroquí, un poco belga, un poco judío sefardita, empezó a pinchar mientras estudiaba Derecho en la Universidad de Nanterre. Entró en la noche como empresario de salas y decidió convertirse en productor de su propia carrera discográfica, primero en las noches parisinas de Bataclan, y luego en las planetarias. Con The world is mine se convirtió en imagen de la gomina de L'Oréal, y empezó a coleccionar números uno con The black Eyed Peas o con Rhianna hasta convertirse en el mejor DJ del mundo...
Ricardo F. Colmenero, domingo 8 de noviembre de 2020.
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