Sin grandes estrellas ni aglomeraciones alrededor de su alfombra roja, el Festival de Cannes inauguró ayer una edición simbólica y efímera que cinco meses después de su tradicional cita en la Costa Azul, anulada por la pandemia, es ante todo una reivindicación de que el cine resiste a la crisis. El cambio de rumbo en este año insólito comenzó el pasado 19 de marzo, cuando el certamen anunció que se veía obligado a aplazar su encuentro de mayo por la situación sanitaria. Este Cannes 2020 proyectará cuatro de los 56 filmes que integraron su selección oficial. El gran público sustituirá en esta ocasión a los periodistas y críticos acreditados, ya que estas sesiones, en las que será obligatorio el uso de la mascarilla y respetar una distancia de seguridad, están abiertas para todo aquel que haya hecho una reserva previa, por internet y gratuita. Por último, la única Palma de Oro que se concederá será la dirigida al mejor cortometraje.
M.G.París. EFE. La Voz de Galicia, miércoles 28 de octubre de 2020
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