martes, 4 de mayo de 2021

El polémico bicentenario de la muerte de Napoleón

¿Un reformador o un carnicero?¿Fue Bonaparte el prototipo del dictador moderno? ¿O la espada que defendió las conquistas de la Revolución francesa? El bicentenario de su muerte este miércoles activa una polémica colosal, pero a nadie se le ocurre quitar una estatua del corso. Por cierto, ¿era de derechas o de izquierdas?

Marlene L. Daut, profesora de la universidad de Virginia, se define a sí misma como "una mujer negra de origen haitiano, especialista en el colonialismo francés". En marzo publicó una tribuna en The New York Times criticando que París vaya a celebrar el bicentenario de la muerte de Napoleón Bonaparte (5-5-1821): "Tras un año en que las estatuas de esclavistas han sido desmontadas en Europa y EEUU, Francia parece ir en sentido contrario". Para ella, Napoleón es un icono del supremacismo blanco, arquitecto del genocidio moderno" y, desde luego, "no un héroe a celebrar". 

En los kioscos de París, le contesta la revista Elementos (para la civilización europea) con este título de portada: "Viva el Emperador y muerte a los gilipollas". Dentro se explica Éric Zemmour, columnista brillante en la guerra cultural e ideólogo de la derecha sin complejos: "Ya no se entiende a Napoleón ni al francés de 1800 que, cual romano del tiempo de Augusto, soñaba con gloria y conquistas. Nos han enseñado a llamar pesadilla "al sueño y realidad histórica", a la propaganda inglesa (,,,) Su drama fue su exceso de prudencia, no explotar suficientemente sus victorias militares. Su error no fue una presunta brutalidad sino su excesiva dulzura. Como dijo Josefina; "Humillas demasiado, castigas poco".

Para replicar al "almacén de rencores en que se ha convertido la historia de Francia, donde Napoleón es un tirano, precursor de Hitler, padre del esclavismo, el totalitarismo y los genocidios", la revista se acoge a sagrado y arranca el despliegue con un poema de Victor Hugo, icono progre, titulado Él, "¡Siempre él! ¡Él en todas partes! ardiente o gélida/ su imagen sacude sin cesar mi pensamiento/ inspira el soplo creador en mi espíritu..."

Su lejano sucesor, Emmanuel Macron, depositará flores ante la tumba de Los Inválidos tras un discurso en el Instituto de Francia. El presidente quiere eludir la polémica y mostró, en entrevista a la CBS voluntad de "deconstruir la historia de Francia". Su rival Marine Le Pen  se rió de él. "Incapaz de construir un balance, ¡Macron ha decidido deconstruir nuestra Historia! Cerremos ese pequeño paréntesis político en 2022".

Aunque el primer ministro socialista Lionel Jospin publicó un libro titulado El mal napoleónico y su homólogo de derechas Dominique de Villepin, una trilogía positiva, La caída de Napoleón, la pelea no puede reducirse a un tenis izquierda/derecha. Antoine Beverchon lo plantea en Le monde y concluye  que "está demasiado a la derecha para una parte de la izquierda y demasiado a la izquierda para una parte de la derecha".

De derechas era Jacques Chirac, el presidente que no quiso celebrar el bicentenario de la batalla de Austerlitz en 2005. De derechas era Georges Pompidou, único presidente hasta la fecha, en haberle rendido un homenaje vibrante. Y es que Bonaparte fue un ser excepcional, lo que la RAE define como "titán". Aunque se comportara como un tirano...

Iñaki Gil. París. El Mundo, lunes 3 de mayo de 2021.

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