martes, 23 de noviembre de 2021

La mirada superior de Diego Velázquez

La obra de Velázquez "Pablo de Valladolid" y "El Pífano" de Manet, pintura
considerada por estudiosos del arte como un homenaje al propio Velázquez.
En el siglo XIX y, en menor medida, durante el XX, Diego Velázquez ejerció una notable influencia en numerosos artistas. En la primera centuria Manet fue uno de ellos, Picasso y Francis Bacon en la segunda. Esa relación fecunda de admiración es el tema sobre el que habló ayer en A Coruña el jefe de conservación de pintura del XIX del Museo del Prado, Javier Barón, dentro del ciclo de conferencias que organiza la Fundación de Amigos del Museo del Prado. 

En el caso de Manet, el francés ya había copiado los cuadros atribuidos a Velázquez que conoció en el Louvre, pero su viaje a España en 1865, que le permitió ver con sus propios ojos en el Prado la obra del sevillano, resultó crucial. Para él, Velázquez sintetizaba su "ideal de pintura". "A Manet le cautivaron la mirada sintética de Velázquez, su facilidad sin esfuerzo aparente y la economía de medios que su factura abreviada revelaba", explica Barón. "También le interesó el aspecto informal de la composición, acentuado por la naturalidad sin afectación de los caballeros, rasgos ambos que el artista apreciaba en la pintura de Velázquez. Sobre todo, la puesta en cuestión del espacio, en lo que Velázquez, maestro de la ambigüedad espacial, era un guía muy valioso. El largo aprendizaje de Manet con Thomas Couture le familiarizó con algunos aspectos, como la claridad del colorido de muchas de sus obras y cierta despreocupación  por el acabado en la ejecución, que ante las obras velazqueñas se desarrollarían más. Velázquez fue su guía en su personal interpretación del naturalismo".

Picasso también copió a Velázquez en su juventud. Algunas de esas copias, curiosamente, son más oscuras que las originales, ya que posteriormente se restauraron. "Hay que tener en cuenta que las primeras obras de Velázquez fueron los dibujos de los bufones que realizó en su primera visita al Prado. La influencia de su pintura en su adolescencia aparece en un ámbito de tonos ocres propios del naturalismo. Sin embargo, a partir de 1901, fecha de su Mujer en azul , sus reinterpretaciones de Velázquez aparecen en tonos vivos. En su serie de Las Meninas, mucho más tardía, hay, lógicamente, una libertad cromática total", aclara Barón...

X.F. Redacción. La Voz de Galicia, viernes 19 de noviembre de 2021

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