martes, 2 de noviembre de 2021

Los Louvre de Picasso

Exposición de Los Louvre de Picasso en Lens
Imagen de Mario García Sánchez

Picasso, artista, gigante, guardaba todo. Y cuando digo todo, quiero decir... 200.000 objetos metidos en un centenar de cajas de mudanza que sus herederos donaron al Estado francés. El archivo contenía 20.000 cartas, 11.000 recortes de prensa, 17. 000 fotos y 3.500 postales. Entre estas últimas, una con un retrato de Ingres, remitida el 3 de julio de 1918 por Jean Cocteau."Tendrías que hacer un retrato como éste".

Por eso estamos aquí,  ante el primer panel de la  exposición  Los Louvre de Pablo Picasso que se abre hoy en Lens, en la antena del museo parisino que los arquitectos japoneses de la firma Sanaa levantaron hace 10 años sobre una vieja mina de carbón abandonada. Su comisario, Dimitri Salmon, nos ha anunciado que solo podrá enseñarnos lo esencial de una exposición de 450 pinturas, dibujos, esculturas y un etcétera que incluyen las 34 postales que Picasso conservó representando obras del Louvre. Por el detenimiento con que habla de estas imágenes que sirvieron de inspiración al artista sabemos que su pasión le va a desbordar.

Picasso visitó el museo ya en su primera estancia en París, en 1900 cuando tenía 19 años. Las circunstancias no están documentadas. Sus motivos, sí. 

Los describió el artista y escritor Ardengo Soffici: "Picasso y yo nos conocimos al poco de llegar ambos a París. Solía vestir un traje gordo de pana, color café con leche y una gorra a la moda americana. De esa guisa iba de museo en museo nutriéndose de buena pintura antigua y moderna. Yo hacía lo mismo así que no era raro que nos encontrásemos en el Louvre. Picasso merodeaba como un perro de caza en busca de su presa entre las antigüedades egipcias y fenicias, las esfinges, los papiros y los sarcófagos de colores vivos". 

"La idea era buscar el Louvre en Picasso y Picasso en el Louvre, explica Samon. Esa "lógica de espejo" reúne en las salas de Lens estatuas egipcias y esculturas cubistas, una jarra de porcelana del XV y otra cerámica que el malagueño realizó en Vallauris. Por ejemplo.

Una cabecita ibérica estuvo a punto de costarle a Picasso un serio disgusto en 1911. Habían robado la Gioconda y un mangante de guante blanco se jactó de haber afanado del museo una pieza similar. La entregó a un diario que la devolvió al Louvre. Apollinaire y Picasso le habían comprado al sujeto dos piezas similares. El poeta las entregó por medio del mismo medio pero los periodistas no respetaron el anonimato pactado. Apollinaire fue detenido. Salió de prisión tras una campaña de prensa en su favor. La implicación de Picasso, que declaró como testigo, no se conoció hasta 20 años después.

Volvemos a Lens y al presente. De Londres procede un Almuerzo sobre la hierba picassiano inspirado en el homónimo de Manet, hoy en el Museo de Orsay, pero que el español contempló en 1932 en la Orangerie. Entonces Picasso anotó en un sobre de una galería: "Cuando ví el Almuerzo... pensé que me iba a dar quebraderos de cabeza más adelante". Y así fue. Picasso dibujó cinco esquemas en 1954 y pintó su versión en 1960.

Entre lo más impactante está su Infanta Margarita colgada junto a la que Juan Bautista Martínez del Mazo pintó tres siglos antes o un mendigo deudor de un murillo que luce a su lado. Impacta ver su versión de El baño turco inspirada en el vecino óleo de Ingres.

La primera obra de Picasso que pasó por el Louvre fue su retrato del crítico de arte Gustavo Coquiot, "gran aficionado a las ostras  y al Chablis, representado en esmoquin con un fondo de huríes de pacotilla", precisa el catálogo. Picasso lo pintó en 1901, en vísperas de su primera gran exposición. Coquiot redactó una buena crítica y Picasso le regaló el cuadro. Su viuda lo vendió al Estado por 30.000 francos en 1933; fue el primer Picasso adquirido para las colecciones públicas francesas. La obra fue examinada en una sala del Louvre pero destinada al Museo de Colecciones Extranjeras Contemporáneas. Hoy pertenece al Pompidou...

Décadas después, Picasso es indiscutible. El Gobierno francés festejó los 90 años del pintor colgando ocho de sus obras junto a los maestros del Louvre. El presidente Georges Pompidou y su esposa, gran amante del arte contemporáneo, acudieron a la inauguración en 1971. A su muerte, dos años después, su viuda Jacqueline , donó su colección personal al Louvre. En fin: con las obras recibidas en dación a cuenta de los impuestos de sucesión de sus herederos, Francia montó un museo.

Convertido en icono, una foto del rostro de Picasso será reclamo y salvoconducto en el primer anuncio gigante que cuelgue del Louvre. El cliente será Apple. Borrachos de Picasso, llegamos a la última vitrina que el día de nuestra visita aún estaba sin cartelas. Recoge caricaturas e ilustraciones de la Gioconda, emblema del Louvre, a la picassiana manera: unas veces es una Mona lisa cubista, otras un Leonardo convertido en monigote que pinta una Gioconda. Un guiño de humor...

Iñaki Gil, Lens (Francia). El Mundo, miércoles 13 de octubre de 2021

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