Art Basel en el Grand Palais Ëphémère de Paris |
Las ventas registradas en la sesión previa para profesionales y coleccionistas VIP demuestran que ninguno de estos factores supone una amenaza para las galerías de arte. Se vendieron 200 obras por un total de 50 millones de suros, según un recuento provisional que algunos profesionales indicaban que habría que multiplicar por dos o por tres. Además 10 piezas lograron superar la barrera simbólica de un millón de euros. El alemán David Zwirner, el galerista mejor colocado en la lista anual Power 100 que reúne a las personalidades más influyentes del mundo del arte, anunció ventas por un total de 11 millones de euros en el primer día y logró adjudicar un cuadro de John Mitchell por 4,5 millones, Hauser&Wirth, otra de las mayores galerías internacionales, también tuvo un óptimo comienzo y vendió una obra de George Condo por 2.6 millones de euros, entre otras piezas de su expositor.
Sumadas a los buenos resultados de la feria Frieze London la semana pasada, pese al contexto de máxima incertidumbre económica que ha conducido a la dimisión de Liz Truss, las cifras confirman que el arte no se ha visto perjudicado por la crisis global. Al revés: ya hace meses que recuperó los niveles prepandémicos. En 2021, las ventas de arte alcanzaron los 65.000 millones en todo el mundo, una cifra ligeramente superior al total de 2019. Y todo apunta que, con la vuelta definitiva a la normalidad tras los estragos de la covid, el balance será todavía mejor cuando termine este año. También las casas de subastas viven un periodo dulce: en 2021, sus ventas aumentaron un 47% respecto al difícil ejercicio anterior. La covid fue un bache en el progreso imparable que vive el sector desde comienzos de siglo.
¿Por qué no se tambalea el mercado del arte ante el peor contexto económico en décadas? Los participantes en París+ improvisaron algunas respuestas. "Es un sector relativamente resistente ante las grandes crisis, como se ha demostrado en el pasado, pero no hay que olvidar que está anclado en la realidad, que es tributario de la escasez de materias primas o del aumento de los costes del transporte", respondía el director de la feria, Clément Delepine, que ha logrado convocar a 156 galerías de 30 países en el llamado Grand Palais Éphémère, una carpa provisional junto a la Torre Eiffel mientras duran las obras del monumento, sede oficial de París+ a partir de 2024.
Otra cosa importante es que el arte es considerado un "valor refugio", un activo con mucha menos volatilidad que otros. Su precio suele aumentar aun cuando el crecimiento económico se contrae. "En tiempos de dificultadas es una apuesta segura", decía el galerista austríaco Thaddaeus Ropac. "Es el único motivo que explica que el mundo del arte se encuentre en una especie de mundo paralelo, lo que puede resultar perturbador para alguna gente". El francés Emmanuel Perrotin apuntaba a motivos similares. "Se trata de un sector en el que hay más demanda que oferta, más compradores interesados en adquirir arte que obras de primer nivel que estén disponibles", aseguraba, recordando una regla básica del mercado: la libre competencia. "La paradoja es que la situación haya mejorado tras la covid: el pasar más tiempo en casa hizo que muchos coleccionistas se pusieran a comprar obras para decorar sus hogares", añadía...
El éxito de París+ también confirma el momento dorado que vive la capital francesa. La ciudad se ha visto beneficiada por el Brexit, que ha debilitado el lugar preponderante de Londres y la apertura de grandes centroa privados, como los que exponen las colecciones de los mutimillonarios Bernard Arnaud y François Pinault, que han alterado el mapa museístico.
Álex Vicente. París. El País, viernes 21 de octubre de 2022.
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