P.- ¿Qué diferencia a un refugiado de un migrante económico?
R.- Una persona refugiada huye de una situación de guerra, de persecución, de violación de los derechos humanos. No puede volver voluntariamente a su país de origen. Es una definición jurídica incluida en el artículo 1 de la convención de 1961. Constituye la base de todo trabajo de asilo. Y una persona migrante, en teoría puede volver a su país de origen. Estará en condiciones económicas o de acceso a servicios distintas, pero no necesariamente corre peligro su integridad física o su seguridad jurídica. La clave es el principio de non-refoulement -derecho a no retorno-, que implica que la persona no pueda ser devuelta al lugar donde corre peligro, ya sea su país de origen u otros.
P.- ¿Cuál es el papel de Acnur en estos procedimientos?
R.- Nuestro trabajo es apoyar a las autoridades para que puedan implementar sus obligaciones internacionales, nacionales y europeas. Hemos sido creados para proteger y para encontrar soluciones. Desde el primer momento de la huida, del cruce de fronteras y con la protección jurídica y social después. Son los elementos que luego muchas veces van a permitir soluciones en la acogida, en el retorno a su país o a un tercero cuando ya no es posible el regreso al suyo. También ocurre muchas veces que no está suficientemente protegido en su primer país de asilo. Esto ocurre muchas veces en situaciones de conflicto en las que las condiciones de estos países fronterizos son igual de delicadas e inestables.
P.- ¿Qué se les ofrece a las personas refugiadas?
R.- Soluciones desde la inclusión, la integración, ya sea de manera temporal o duradera. Es el acceso a servicios a través de los derechos socioeconómicos que permiten a las persona refugiada dar ese paso adelante. Ya tiene la protección física, la protección jurídica. Está documentada, pero así accede a educación, trabajo, vivienda, puede asociarse, acceder a programas de mentoring (asesoramiento), practicar deporte... Eso permite reconstruirse a nivel mental, de bienestar..., pensar en su futuro de manera proactiva y participar en la sociedad que los acoge. De eso es de lo que vamos a hablar, tanto de la situación dramática en la que se encuentra el mundo, con 103 millones de personas desplazadas -un poco más porque esas son cifras de finales del año pasado- como de situaciones de crisis, emergencia. Queremos visibilizar e impulsar el mecanismo español de solidaridad, la tendencia impresionante a la solidaridad que hay en España.
P.- ¿Cómo se sale de esa condición de refugiado?
R.- A través de soluciones duraderas, sostenibles, para las personas refugiadas. La primera idea -como nos pasaría a cualquiera en esa situación- es volver a su país de origen, en particular cuando la huida ha generado separaciones de familias, como ocurrió en Ucrania, donde las mujeres se fueron con los niños y la mayoría de los hombres han tenido que quedarse. En estos casos, son muy conscientes y van a luchar para que sea lo más temporal posible. Como no han cruzado muchas fronteras, el movimiento de regreso es pendular. En el caso de personas que vienen, por ejemplo, de África, que han tenido que cruzar muchas fronteras, el retorno voluntario es más lento, porque muchas veces Europa es el lugar del mundo en el que por primera vez en su vida se han podido ver seguras. Por eso su primer pensamiento es descansar y ponerse a trabajar o estudiar.
P.- ¿Quién asume el peso de acogida de refugiados?
R.-El 74% de las personas refugiadas son acogidas en países de ingresos bajos y medios, fronterizos de las zonas de las que han salido. Y la mayoría de los desplazados en el mundo son internos, dentro de su propio país, que es donde en Acnur trabajamos para proporcionarles espacios de paz y de seguridad. Por eso, si en Europa existe el miedo a que lleguen millones y millones, más millones hay en los países fronterizos, y por eso hay que trabajar más la cooperación internacional con estos países.
Muller explica las diferencias entre los refugiados ucrananios y los que vienen de países lejanos.
P.- ¿A qué se debe la rápida situación en Ucrania y por qué no se dio en otras crisis?
R.- Lo que fue la movilización tanto a nivel de Gobierno como de las sociedades europeas fue casi inédito. No habíamos visto tal respuesta desde la Segunda Guerra Mundial. La crisis fue inédita y la respuesta igual de inédita. La UE tuvo una capacidad de organización sumamente rápida. Fue algo excepcional, porque era algo que tocaba a Europa como región...
J. V. Lado. La Voz de Galicia , miércoles 31 de mayo de 2023.
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