martes, 6 de junio de 2023

La iconoclasta escultura de Picasso deslumbra en su museo de Málaga

Pablo Picasso fue también un mago del volumen. Revolucionó la pintura, sí, pero también abrió a la escultura sendas aún no transitadas. Con ocho años, recortaba ya siluetas de papel, y sintetizó luego la cabeza  de un toro con el sillín y el manillar de una bici. Pero no expuso sus esculturas hasta los 85 años, en 1965. Ahora el Museo Picasso de su ciudad natal celebra su iconoclasta aportación con la deslumbrante e histórica muestra Picasso escultor. Materia y cuerpo. 

La figura humana y la materia protagonizan la gran exposición del Año Picasso en Málaga. En cartel hasta septiembre, es la primera centrada en su escultura que se celebra en España y en el año del centenario de su muerte. Reúne 71 piezas realizadas entre 1909 y 1964, y se verá en otoño en el Museo Guggenheim de Bilbao ampliada a más de 80 piezas. El museo bilbaíno que nunca ha albergado una monográfica de Picasso, la coorganiza junto al museo malagueño, que celebra su 20 aniversario con esta muestra única que explora los límites entre escultura y pintura, entre la gran obra y la menor.

Carmen Giménez, primera directora del Museo Picasso de Málaga, es la comisaria y responsable  de una selección que reúne todos los estilos que Picasso utilizó para representar el cuerpo en diversos formatos y materiales: madera, hierro, yeso, cemento o bronce. Recorre casi sesenta años y revisa, de paso, la historia del arte del siglo XX: el cubismo, la abstracción, lo primitivo y el object trouvé. Hay emotivas y casi desconocidas piezas de apenas unos centímetros y unos cientos de gramos y otras monumentales que "podrían clasificarse de buenos ejemplos de la contraescultura en el movimiento vanguardista", según José Lebrero, director del museo malagueño que ha recibido nueve millones de visitantes en dos décadas y ha exhibido más de 1.500 obras de Picasso. "Para Picasso la escultura no era en absoluto secundaria. La concebía como una forma de expresión comparable a la pintura, el dibujo o el grabado o la cerámica", destaca Giménez. "Para él, ningún arte es más o menos importante que los demás", agrega la comisaria, toda una autoridad en Picasso.

La dedicación de Picasso a la escultura fue más prolífica e intensa durante el período cubista, pero realizó esculturas desde el inicio de su carrera  y durante toda su vida. "Se acercó a la escultura con la libertad de un artista autodidacta, dispuesto a romper todas las reglas, y fue acaso más osado en la escultura que en la pintura", apunta Giménez. Llevado de esta actitud iconoclasta, sus hallazgos escultóricos lo acompañaron hasta sus últimos días. Mantuvo la mayoría de sus heterodoxas piezas en su colección privada, de ahí que su escultura sea menos conocida que su pintura, "aunque no esté eclipsada por esta".

Miguel Lorenci. Málaga. La Voz de Galicia, 9 de mayo de 2023.

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