Hélène Carrère d'Encausse. (Joel Saget/ AFP) |
"Me emociona particularmente, porque soy especialmente sensible a todo lo que es español", declaró Carrère d'Encausse por teléfono a este diario, tras conocer la noticia del galardón, que se entregará en octubre en la tradicional ceremonia en Oviedo. "Como la cultura rusa, la cultura española está marcada por una aspiración a la transcendencia, una espiritualidad profunda. Son culturas que elevan. Hay un espíritu que sopla en España y que me resulta familiar. Veo las afinidades en la cultura de Dostoievski, de Gògol, de Chéjov. Es esta propensión a elevarse por encima de sí mismo, no es un país bajamente materialista, y es algo que encontramos también en la literatura rusa".
Autora de libros de referencia como L' Empire éclaté, de 1978 (El imperio en pedazos), en el que con 13 años de antelación anticipo la caída de la URSS, a Carrère d'Encausse se le ha reprochado haber sido complaciente durante años con la Rusia de Vladimir Putin, posición que rectificó tras la invasión de Ucrania en febrero de 2022. En la Academia fundada por Richelieu en el siglo XVII y que ella dirige desde al año 2000, ocupa el cargo de secretaria perpetua, aunque ella se hace llamar "secretario perpetuo", pues considera que el género de una función como embajador también, debe ser invariable, sea hombre o mujer quien lo ocupe.
La escritura inclusiva dijo ayer, "es algo secundario, acabará por desaparecer". "Son efectos de moda impulsados por minorías", sostiene. Sobre la revisión de obras literarias del pasado para adaptarlas al lenguaje actual, opina: "Es estúpido, no hay que tocar a las obras maestras. Es como si decidiésemos rehacer El conde de Orgaz porque en vez de enterrar queremos una cremación. No soy retrógrada, no estoy contra los cambios, pero no hay que cambiar por cambiar. Hay algo que existe: el patrimonio que los siglos nos han aportado. ¿Vamos a reescribir La Odisea porque Ulises era un macho y nos molesta que su mujer lo haya estado esperando?
El acta del jurado, presidido por el sociólogo Emilio Lamo de Espinosa, destaca a Carrère como "una de las personalidades más brillantes, originales y distinguidas de la historiografía francesa y del pensamiento europeo contemporáneo". Carrère d'Encausse, hija de un georgiano y una rusa, se llamaba al nacer Hélène Zourabichvili. Carrère d'Encausse es el apellido de su marido. Hasta los cuatro años no habló una palabra de francés, según contó Emmanuel Carrère en Una novela rusa, libro que tensó la relación entre madre e hijo al desvelar secretos de familia.
Eurodiputada por la derecha francesa en los noventa y primera mujer en ocupar el cargo al frente de la Academia, Carrère d'Encausse ha preservado las tradiciones de la institución. Al mismo tiempo, la ha abierto al mundo, como lo prueba el ingreso en febrero de Vargas Llosa, primer inmortal (así se llaman los académicos) que no ha escrito ni una línea en francés. "Ha ayudado a la cultura francesa más que muchos escritores franceses", declaró entonces en referencia al autor de La ciudad y los perros.
Al ser Carrère d'Encausse un referente en los estudios sobre Rusia y la URSS, su posición en esta cuestión ha sido bastante representativa de las élites intelectuales y políticas francesas en las últimas décadas. Tras acceder al poder en 2000, el presidente ruso la convocó en el Kremlin y hablaron dos horas cara a cara. En los años posteriores, participó durante unos años en el Club Valdaí, un foro de diálogo creado por iniciativa de Putin y en el que este participaba. Cuando se le pregunta sobre las acusaciones de complacencia con la Rusia de Putin hasta la invasión de 2022, responde: "El trabajo del historiador, del científico, no es amar o detestar, sino comprender" ¿Cómo terminar la guerra? "Me hace una pregunta a la que no puedo responder. Creo que hay que salir de esta guerra. Pienso que es una idea que se impone cada vez más, aunque nadie se atreve a decirlo".
Marc Bassets. El País, jueves 11 de mayo de 2022.
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