La "olvidada rive droite" fue el escenario de una efervescencia cultural irrepetible. A la manera de una guía de viajes, Scaraffia desmenuza la ciudad en distritos, equivalentes a los capítulos del libro. Cada epígrafe corresponde a un enclave urbano -a menudo calles, pero también plazas y hoteles, cafés, bares o burdeles- que recoge las experiencias de los protagonistas. En la misma Rue Beaujolais, Walter Benjamin se entrevista con Colette y a Zweig le roban en un hotel. En el hotel Lotti, Orwell sufre como friegaplatos, mientras Paul Éluard, con unas entradas que le facilita Eisenstein, abuchea una obra teatral del surrealista Jean Cocteau.
El texto, por más que desvela las actitudes de una miscelánea de artistas, es menos próximo a la semblanza que al anecdotario. Las fechas, signadas al inicio de cada historia, ayudan al lector a comprender el contexto -Neruda alquila un apartamento junto con Alberti al final de la Guerra Civil-, pero también propician saltos temporales constantes. Se lee, con todo, como una novela de personajes cuyas tramas acaban configurando una apasionante radiografía de la vida parisina. Cada uno de los breves relatos se revela como tesela de un mosaico artístico deslumbrante. Al mismo tiempo, La otra mitad de París encierra una de las etapas más convulsas de nuestra historia reciente. Un libro fascinante.
Miguel Cano. El Cultural, 9-6-2022.
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