Springora, que tardó años en comprender que aquello no era amor sino abusos psicológicos y sexuales, manipulación y violaciones, contestó en 2020 con el libro El consentimiento, cuya adaptación se estrena ahora en España con la autora como coguionista. Además de una narración, de unos diálogos, de un retrato de personajes, se necesita una mirada, un estilo para componer una película como esta. Un modo de aplicar sentido cinematográfico a lo que es pura abyección. Sin embargo, Vanessa Filho, la directora no lo tiene. La duración de cada plano, dónde colocar la cámara, cómo se mueven los personajes, qué grados de desnudez muestran los cuerpos de ese hombre y esa niña... son decisiones a tomar y con todas ellas se conforma esa mirada. Y en las secuencias de sexo, al menos para el que esto escribe, no hay ni estilo ni el necesario pudor.
En el aspecto social, sí que toma decisiones formales y de fondo de mérito, como el retrato de la madre de Springora, que optó por considerar a su hija una adulta que debía asumir sus propias decisiones.
J.O. El País, viernes 19 de abril de 2024.
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