P.-El 24 y el 25 de marzo hará una parada en la gira en el Palau de Valencia y el Auditorio Nacional. ¿Por qué animaría al público a escuchar esta versión en particular?
R.- Primero, por la Orquesta Barroca de Friburgo. Hemos dado varios recitales de arias de Haendel y hace ocho años grabamos un disco de Bach y Telemann. Fue una experiencia increíble y estoy muy contento de verlos de nuevo. Segundo, por el director musical, Francesco Corti. Es un músico impresionante. La última vez que lo escuché dirigir me impresionó su capacidad de escucha. La combinación de la Orquesta de Friburgo con él va a ser muy intersante, además de que es un fanático de Bach. Luego por los cantantes, el coro...
P.- Es curioso que una obra compuesta en Leipzig en el siglo XVIII funcione en contextos tan distintos. ¿Por qué cree que es así?
R.- Es su obra definitiva, un mensaje del ser humano al universo. Probablemente por eso es tan impactante. Tengo 46 años, he cantado mucho repertorio dedicado a los castrati. La música italiana ha sido mi pasión durante casi 15 años. Y ahora, si quiero seguir cantando diez o quince años, la música de Bach me parece un camino muy interesante... Yo no creo en Dios, pero siempre me ha gustado cantar música religiosa.
P.- Si no cree en Dios, ¿en qué cree usted?
R.- En algo superior a mí. Cuando cantamos ese tipo de cosas necesitamos formar una unidad. Aquí canto una de las arias más increibles de la historia, Erbarme dich. Dura solo seis minutos, pero hace seis meses que empecé a trabajarla, para estar seguro de lo que quiero hacer. Por eso estoy un poquito nervioso. Con mi edad siento que necesito ese tiempo de preparación que antes no tenía para los conciertos...
Camila Fernández Gutiérrez. El Cultural 22-3-2024.
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