Fotograma de La Bête |
La protagonista Léa Seydoux soporta todas las aristas de su personaje con una solvencia de asombro y se llevó premio en la Seminci-, harta de la fuerte carga emocional de sus sentimientos, decide acudir a una terapia de vanguardia que actúa sobre su ADN -hablamos de IA- y así poder liberarse. Pero su meta real es la de amar. En ese proceso revivirá las citadas tres épocas en su relación con Louis -George McKay, el de 1917-, con idas y venidas en el tiempo, con secuencias reiteradas desde diferentes puntos de vista en un tan inteligente como arriesgado juego de malabares.
Como no podía ser de otra manera, sostener dos horas y media de metraje está al alcance de muy pocos cineastas, de modo que pasamos del lujo ambiental del naciente siglo XX al más realista y acelerado de un XXI ya avanzado. Su paso por festivales como Cannes, Berlín, Venecia, Valladolid y Sevilla, entre otros, confirma a Bertrand Bonello (Niza, 1968) como director a respetar.
M.A. Fernández. La Voz de Galicia, viernes 29 de marzo de 2024.
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