La película en cuestión, titulada en Francia Poupoupidou, recibió críticas positivas, pero fue la última que ha rodado Hustache Mathieu hasta el momento. En su regreso al mundo audiovisual, el director ha recuperado la misma historia, con los mismos actores y, esta vez sí, con la estructura narrativa de siempre deseó. Polar Park es el resultado en seis episodios de esa segunda oportunidad. Este contenido que ha llegado a España a través de Sundance TV está disponible al completo bajo demanda en el servicio AMC SELEKT, una selección a la carta de los mejores contenidos de varios canales lineales de pago que se se puede contratar a través de Movistar Plus+. (...)
En Polar Park, el escritor protagonista encuentra una forma muy particular de superar el bloqueo creativo que lleva años sufriendo. Un día, recibe un misterioso mensaje que le hace volver a su pueblo natal, Mouthe, considerado el lugar más frío de toda Francia. Allí le espera el hermano Giacomo, que tiene información importante sobre la difunta madre del autor. Pero cuando llega se encuentra una oleada de muertes atribuidas a un asesino en serie con vocación de artista. Así que decide investigar que está ocurriendo. Como ocurría en el cine, Rousseau (interpretado por Jean Paul Rouve) comienza a colaborar con el policía local Louvetot (Guillaume Gouix). Juntos desarrollan una investigación a través de la creativa mente del asesino en serie que les llevará por curiosos parajes de Francia y Suiza. Los personajes y sus emociones se colocan en primer plano en esta historia de crímenes, por delante del misterio en torno al asesino oculto. Y el humor gana posiciones a la melancolía con respecto a la historia original. (...)
Uno de los escenarios de Polar Park es el monasterio en el que habita el hermano Giacomo, el confidente frustrado de ese escritor de novelas reconvertido en detective que es el protagonista de la serie. La religión es una constante en los proyectos de Gérald Hustache Mathieu, quien encuentra en ella una forma de impulsar conflictos de sus personajes. Se sirve para ello de "ese sistema de valores basados en la religión, entre el pecado y la tentación de lo transgresor, que cualquier espectador de una sociedad como la española, basada en el cristianismo, puede identificar" , apunta. "También porque, como decía, el proceso creativo de un escritor de series, películas, libros y obras de teatro es solitario, como el de los monjes. Para este tipo de autor, necesitas creer en algo que no ves. En mi caso, mi dios es la ficción. O, mejor dicho, es la poesía. Lo que quiero es transmitir esa necesidad de fe ciega también a mis personajes", argumenta.
Héctor Llanos Martínez. Madrid. El País, lunes 11 de marzo de 2024.
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