miércoles, 26 de junio de 2024

Iñaki Aizpitarte y el París gastronómico

El chef Iñaki Aizpitarte

El chef Iñaki Aizpitarte (Hendaya, 52 años), hijo de inmigrantes vascos, se crio en el sur de Francia. La vida le llevó a instalarse definitivamente en Paría a principios de los 2.000. En 2.006 abrió su restaurante Le Châteaubriand (avenida Parmentier, 129), del cual The Wall Street Journal dijo que era "imposible no notar el efecto que  han tenido Le Châteaubriand y su creador en la gastronomía parisiense". Le Dauphine, su segundo restaurante, abrió en 2012. Ahora le llega el turno al tercero, Petit Grill Basque, este es en San Juan de Luz, en el País vasco francés, donde tiene una pequeña sala con menú tradicional, de repertorio vasco y francés, y también comida para llevar.

La primera parada es "una pastelería clásica" para abrir boca. La Vieille France (avenida Lumière, 5). La también chocolatería y confitería tradicional parisiense se fundó en 1834 y aquí no vale la experimentación, sino que su mostrador es un deleite para los amantes de las recetas de la época. Entre las tartaletas destacan las de manzana, melocotón Mirliton, higos o fresas, y a nadie le resultará indiferente el bizcocho de chocolate con flor de sal.

"Si estamos en París, querremos comprar queso, verdad?" pregunta de manera retórica el chef. Él recomienda una quesería que se encuentra en las proximidades de Le Châteaubriand: La Fromagerie Goncourt (calle Abel Rabaud,1). Aizpitarte siente debilidad por sus quesos de cabra, en los que se especializan. Esta pequeña quesería abrió sus puertas en 2013 de la mano de Clément Brossault, que descubrió el sabor de su país tras un viaje de 3.500 kilómetros en bicicleta por las regiones francesas. Al volver a la ciudad, lo hace con un profundo respeto por la elaboración tradicional y la leche cruda, así como el apoyo de 25 productores de su tierra.

A la hora de recomendar un restaurante, el chef tira para casa: justo detrás de Monmartre se encuentra Le Maquis (calle Cloys, 53), un pequeño bistró fundado por Paul Boudier y Albert Touton -quienes aprendieron en los fogones de su restaurante- en el que la gastronomía francesa se expande en un viaje alrededor del mundo, donde lo mismo puedes encontrar referencias italianas que coreanas. Es parte del encanto de este lugar, que, además tiene precios asequibles a mediodía y un menú razonable, por calidad y precio, por las noches. "Y si lo que buscamos es un bocado rápido, podemos ir a Anatolia Village (calle Château d'Eau, 74): un coqueto restaurante kurdo que, entre otras muchas cosas, sirve unos deliciosos bocadillos", recomienda Aizpitarte.

"No hay mejor lugar para terminar el día que Cravan (Boulevard Saint-Germain, 165)". Esta coctelería fue ideada por Frank Audoux, también fundador de Le Châteaubriand y de Le Dauphine. Unos años más tarde abrió Cravan en un establecimiento que data de 1911 y diseñado por Hector Guimard. Aquí se puede disfrutar  de tragos largos de coñac, copas de champán y cócteles tradicionales como el Negroni o el Bloody Mary o las creaciones de Audoux. También hay platos para picar, como su famoso lobster roll.

Beatriz Serrano. El viajero. El País, sábado 8 de junio de 2024.

Con estas cinco miradas a París y otras tres al Sena, Leer y tejer, desea a sus lectores un buen verano. En agosto, estaremos aquí de nuevo.

martes, 25 de junio de 2024

Álex Mor y el París de los artistas contemporáneos

Lo del galerista Álex Mor fue una profecía autocumplida. De niño, cursó sus estudios en el Liceo Francés y, enamorado tanto del idioma como de la cultura francesa, decidió poner el Atlántico de por medio y establecerse, en 1999, en la que sigue llamando ciudad de sus sueños. Aunque en un principio el colombiano iniciase su carrera en el marketing para la industria de la moda y la belleza, tras conocer a su pareja (y futuro socio), Philippe Charpentier, decidieron poner en marcha la galería Mor Charpentier, que abrió sus puertas hace 14 años en el barrio más apropiado para ello, en Le Marais, y donde, desde sus inicios, prestaron atención a artistas cuyas prácticas conceptuales están ligadas a realidades sociales, a la historia y a la política de regiones geográficas del sur global.  

Le Marais es la primera parada que propone este galerista: "Es el museo al aire libre más grande de París", apunta; es un barrio que alberga más de 80 galerías. Para conocerlo lo mejor es hacerse con el mapa gratuito del barrio y recorrer algunas de ellas. En este mapa se encuentran galerías muy establecidas e internacionales, como la de David Zwirner, que conviven con espacios artísticos autogestionados". Un recorrido permitirá al viajero hacerse una idea del vibrante ambiente artístico de la capital francesa: No olvidemos que, muy cerca, se encuentran también el Pompidou, el Museo Picasso o el Musée de la Chasse". El centro de todo.

Pero Álex Mor advierte: "París es mucho más que el centro". Muchos artistas emergentes tuvieron que marcharse  a espacios periféricos por el coste de la vida. Por eso Poush debería ser "una parada obligatoria para los amantes del arte", como apunta el galerista. Se trata de una colmena para jóvenes artistas que se sitúa en una antigua fábrica de perfumes en Aubervilliers (Sena-Saint-Denis) que alberga distintos espacios de exposición multidisciplinar, pero también de creación.

Todavía mucho más lejos del centro está Romain-ville, una población de 28.000 habitantes situada unos 15 kilómetros al norte de la ciudad. Allí se inauguró, en 2019, la Fundación Fiminco, que rehabilitó los antiguos laboratorios Roussel Uclaf y ofrece una residencia para artistas. En 2020 abrió sus puertas la escuela de diseño Parsons. Y la localidad está plagada  de galerías (Air de París, Galería Jocelyn Wolf, Galería Sator, In Situ Fabienne Leclerc, Maëlle Galerie, Quai 36 o Galerie D): "Que además abren los domingos, cuando las galerías de París cerramos". "Por último vayamos a Hangar Y (avenida Trivaux, 9, en Meudon)". El nombre ya nos pone sobre la pista: este espacio albergó, en 1884, el primer vuelo de un dirigible de circuito cerrado. Se había construido hacía tan solo unos años, en 1879, a partir de elementos de la galería de máquinas de la Exposición Universal. Hoy se distribuye en tres espacios: el hangar Y (diseñado por Henri Dion, profesor de Gustave Eiffel ), el parque y la maleza. "Y es un espacio multicultural en el que hay eventos extremadamente diversos, con un programa de residencias y exposiciones, de nuevo, descentralizadas que llevan la cultura a otros lados".

Beatriz Serrano. El viajero El País, sábado 8 de junio de 2024.

lunes, 24 de junio de 2024

María Larrea y el París de los libros y los jardines

La escritora y cineasta María Larrea (Bilbao, 44 años), no escogió la ciudad de París para vivir, sino que la escogieron por ella sus padres, inmigrantes españoles, cuando se trasladaron a la capital francesa a la búsqueda de mejores oportunidades laborables. "Tengo el pasaporte español y siempre digo lo mismo: no me siento francesa, pero sí parisiense". Nunca se marchó. Larrea pasó su infancia en el Quartier de la Opéra, en el distrito IX, entre museos, jardines, cines y teatros: "De adolescente hacía pellas para irme al Louvre. Tenía a mi alcance la más alta cultura, y la aproveché, y creo que todas las personas deberían poder hacerlo. Al mismo tiempo, en mi casa, que yo llamaba El Consulado, escuchábamos a Los Chicos y cenábamos tortilla de patata". De la mano de la autora de la novela autobiográfica Los de Bilbao nacen donde quieren (Alianza, 2023), hacemos una ruta donde la cultura es la protagonista, pero no de cualquier cultura, sino una accesible para todos.

"Actualmente vivo en l'Arrondissement de la Bourse, distrito II, en el que ha habido mucha inmigración japonesa y coreana, así que invitaría a cualquier viajero a vivir una experiencia de contrastes: primero, cogerse algo de comer en la panadería franco-japonesa Aki Boulangerie", comienza la escritora. Y después poner rumbo a la Biblioteca Nacional de Francia (calle Vivienne, 5) originariamente construida en el siglo XVII, y que en 2022 reabrió sus puertas después de 12 años de renovación y modernización, convertido en un lugar abierto a todos en el corazón de París: "La biblioteca cuenta con un precioso jardín al que puedes acceder de manera gratuita". El jardín Vivienne es un "jardín-obra de arte", ideado por el arquitecto del patrimonio Mirabelle Croizier, el paisajista Antoine Quenardel, y el artista, jardinero y escritor Gilles Clément. La escritora también destaca una visita imprescindible a la Sala Oval de la biblioteca: "Una impresionante sala de lectura. que ofrece más de 20.000 volúmenes de consulta gratuita y 160 puestos para leer".

María Larrea también nos lleva a una librería: "Me gusta muchísimo la Librería Delamain (calle, Saint-Honoré, 155)". Se trata de la librería más antigua  de todo París, fundada en el siglo XVIII, aunque en 1906 tuvo que ser trasladada por un incendio. Por sus pasillos han vagabundeado figuras de la talla de Alexandre Dumas o Guy de Maupassant. Más que una librería, el lugar es un espacio patrimonial y cultural en el que destaca, además de las novedades editoriales, su espectacular fondo de libros antiguos. "Y una vez hayas escogido tu lectura, nada mejor que abrir las primeras páginas en los Jardins du Palais-Royal (calle Montpensier, 8), justo enfrente de la librería", apunta Larrea. Estos jardines también fueron lugar de encuentro de escritores, atraídos por ese oasis de tranquilidad. Stefan Zweig, Colette y Jean Cocteau fueron algunos de sus ilustres paseantes.

Nada mejor que terminar el día con un cóctel. "Harry's Bar es todo un clásico de la ciudad, el lugar gracias al cual los parisienses descubrieron el concepto de cóctel", cuenta Larrea. Se inauguró en 1911, en el número 5 de la calle Daunou, donde permanece. Fue fundado por el famoso yóquey estadounidense Tod Sloan, que originariamente lo bautizó como New York Bar y llevó a París esta nueva forma de beber un trago, trayendo también su imaginaría: una barra de caoba y unas sillas repujadas en cuero de aquellas coctelerías cercanas a la Penn Station.

No hay mejor lugar para el fin de una jornada de turismo, pero si todavía nos quedan fuerzas, la escritora propone una última experiencia, siempre que no se nos haya hecho demasiado tarde: "El jardín de Aclimatación es una visita fantástica: se trata del parque de ocio más antiguo de París, inaugurado en 1860". Su creación se enmarca en el plan global de reestructuración y modernización de la capital impulsado por Napoleón III: "Pero ha sido recientemente renovado".

Beatriz Serrano. El viajero. El País, sábado 8 de de junio de 2024.

domingo, 23 de junio de 2024

Juana Martín y el París de la moda

La diseñadora Juana Martín. (Gtres)

La diseñadora Juana Martín (Córdoba, 50 años) se convirtió en 2022 en la primera mujer española en desfilar en el muy exclusivo calendario oficial de la semana de la alta costura de París. En 2018, y tras su salida de la pasarela madrileña, Martín se instaló en la capital francesa y empezó a presentar sus colecciones en la ciudad. En ellas ponía el foco en el folclore andaluz y en la artesanía local, y no tardó en llamar la atención de la Federación Francesa de la Alta Costura, el organismo que regula quién puede y quién no desfilar dentro de las semanas de la moda. Juana Martín lo hizo, y ya van dos años: "París es la cuna de la moda, vayas donde vayas, respiras moda... Pasear por la ciudad es como estar en una pasarela: desde sus mercadillos a tiendas vintage, los escaparates de tiendas de lujo de las avenidas George V y Montaigne o a través de las exposiciones", cuenta la diseñadora.

A Juana Martín le encanta pasear y perderse por la ciudad: "Es la mejor manera de pensar en escenarios para los desfiles", comenta. Así que lo primero que propone es un paseo digno de alta costura: "Los próximos desfiles de la Semana de la Moda de París se realizaran en la plaza Vendôme, así que porque no caminar por el distrito 1, rodear el Louvre y terminar allí". "Allí", Martín se dará cita con las grandes casas de moda, como Dior o Schiaparelli. Y, precisamente, Dior es nuestra siguiente parada. En concreto, La Galerie Dior (calle François Premier,11), testimonio de la vida y obra del diseñador Christian Dior, pero también de sus seis sucesores: Yves Saint Laurent, Marc Bohan, Gianfranco Ferré, John Galliano, Raf Simons y Maria Grazia Chiuri. El espacio en que se ubica fue testigo de la creación de las colecciones de la maison durante más de 70 años, y hoy acoge un recorrido histórico que da comienzo con el emblemático New Look, protagonista del desfile de Dior del 12 de febrero de 1947, hasta algunas de las piezas icónicas de la actualidad.

"Otra parada imprescindible es la Fundación Azzedine Alaïa (calle Verrerie, 18)", explica la diseñadora. Un espacio que creó el modista tunecino en el barrio que vivió durante años, Le Marais, para albergar sus propias colecciones de historia de la moda, arte y diseño. En su colección permanente pueden encontrarse diseños de Cristóbal Balenciaga, Lanvin, Chanel, Christian Dior o Yves Saint Laurent, además de un imponente archivo fotográfico con firmas de Helmut Newton, Peter Lindbergh o Bruce Weber.

Aunque si lo que buscas es conocer la historia de la moda, el lugar al que debes ir es, sin duda, el palacio Galliera (avenida Pierre 1er de Serbie, 10)". También denominado Musée de la Mode de París, es el museo por excelencia sobre la historia  de la moda, ubicado en el distrito XVI. Inaugurado en 1895, en sus inicios como museo del arte industrial, viró su esencia en los años veinte cuando la ciudad de París decidió crear un museo dedicado al traje y a los accesorios después de recibir una generosa donación: las más de 2.000 obras de la colección de Maurice Leloir, presidente de la Société d'Histoire du Costume. Hoy en día,  recoge más de 70.000 artículos desde el siglo XVIII hasta el presente, entre los que se incluyen desde objetos como ropa que perteneció a María Antonieta, Luis XVII o la emperatriz Josefina, hasta el icónico vestido de Givenchy de Audrey Hepburn en Desayuno con diamantes.

La diseñadora destaca también la labor de la Fundación Louis Vuitton (avenida Mahtma Gandhi, 8), museo construido por el grupo LVMH en un sofisticado escenario diseñado por el arquitecto Frank Gehry, y con una colección de obras en constante evolución que contempla categorías tan dispares como el pop, el expresionismo o la música y el sonido. En este espacio podemos encontrar obras de artistas como Jean-Michel Basquiat, Gibert & George o Jeff Koons.

Por último, Juana Martín recomienda la visita al Museo Picasso (calle Thorigny, 5):"No solo es posible contemplar obras que jamás hemos podido ver en España, sino que el espacio es digno de contemplación, ya que alberga unos jardines preciosos. La colección conserva 297 pinturas, 2.370 grabados, 368 esculturas y alrededor de 1.719 dibujos y cuadernos, que fueron donados por los herederos de Pablo Picasso en 1979 y, más tarde, por los herederos de Jacqueline Picasso, segunda esposa del artista, en 1990. 

Beatriz Serrano, El  viajero. El Pais, sábado 8 de junio de 2024

sábado, 22 de junio de 2024

El Sena no es solo una postal, 3

Pasa otra barcaza y otro bateaux mouche, y la brigada fluvial de la policía. Los turistas se hacen selfis. Los peatones esquivan las bicicletas y los joggers. Hay momentos  -cuando sale el sol, cuando el tráfico es más denso, en época turística- en los que el río parece al borde de la saturación.

-Todo es un decorado.

Estamos en uno de estos cafés flotantes que no dejan de proliferar en los  últimos puestos, y Marine Calmet, abogada y miembro del colectivo Guardianes y Guardianas del Sena, explica que hay que defender el río y proteger sus "derechos fundamentales": "En España el Mar Menor tiene derechos. Derecho de existir, de conservar su equilibrio físico, de ser restaurado en caso de polución. Jurídicamente se le considera una entidad, es un sujeto biológico y cultural. ¡El Sena no es un río olímpico! Es un ser biológico, una comunidad viva". Y añade: "Hay que devolver la libertad al río, darle el derecho a tener meandros libres, podríamos hablar de su derecho de expresión, de salir de su lecho" ¿Una locura, darle derechos al río? "Lo que ayer parecía delirante, hoy se considera un combate justo", responde. Hay un cambio de mentalidades. Cando se decía que las mujeres tendrían un día derecho al voto, estoy segura de que los tíos decían: "Vaya idea, que tontería".

¿De qué hablamos cuando hablamos del Sena? Hay un Sena con sol y con niebla, un Sena clásico y barroco, un Sena incontrolable y otro civilizado, el Sena de los monumentos y el de las fábricas y zonas industriales.

Después de días deambulando rió arriba y río abajo, es un escritor quien da la clave: "El Sena es un río mental". François Sureau es miembro de la Academia francesa -técnicamente un inmortal: así se llama a los miembros de esta institución- y uno de los abogados especializados en derechos civiles más conocidos en Francia, además de militar en la reserva y veterano de las guerras de Bosnia, Afganistán y el Sahel. También es el autor de L'or du temps (El oro del tiempo), un ensayo de casi 800 páginas sobre el Sena, del que escribe: "Es el río en el que habré pasado lo esencial de mi vida. Muy tarde me di cuenta de que esta delgada corriente gris y verde formaba el centro de un territorio partido, real e imaginario, cuyo secreto nunca cesé de querer descifrar".

Sigue sin haber descifrado el secreto, pero este lunes al mediodía, y casi al final del periplo, estaremos más cerca que en ningún otro momento  de resolver el misterio. Nos hemos sentado en Le Mirabeau, un café al lado del más literario de los puentes, el que inspiró el famoso poema de Guillaume Apollinaire:"Bajo el puente Mirabeau fluye el Sena/ y nuestros amores/ ¿Hace falta recordarlo?/La alegría venía tras la pena".

Sureau, un hombre con aspecto de caballero del Siglo de Oro, devoto de los surrealistas y de Apollinaire y detractor acérrimo de los Juegos Olímpicos, se pide un bloody mary, enciende la pipa y empieza a hablar: "En París el Sena no sirve para nada. Si usted va a Viena o Budapest, el Danubio o el Dnipró en Kiev, son ciudades abiertas al río mientras que París sigue dando la espalda al Sena. Puede que esto tenga un motivo histórico. El Sena fue durante mucho tiempo el paso de las invasiones, cuando los normandos subían a París. Así que en el imaginario parisiense el río era algo peligroso, igual que el mar era peligroso para los corsos, porque de ahí venían los bárbaros".

El Sena, continúa Sureau, "no es una gran vía fluvial, sino un río de ensueño, para los artistas, una cuerda sobre la que se camina, y un río nacional, exclusivamente francés, porque nace en Francia y llega al mar en Francia... Es a la vez una invitación a partir y regresar, como un monasterio, a donde se va a romper con el mundo y a la vez donde se espera partir para llegar a otro mundo. El Sena es para mí como un monasterio de agua, una invitación a un viaje inmóvil".

Bajamos al muelle a la altura del puente de Passy y por el barrio de Trocadero. Nos habla Sureau de lo surrealista que es este río si uno se fija bien. Decía Apollinaire en otro de sus poemas:"Pastora, oh Torre Eiffel, el rebaño de los puentes bale esta mañana". Sí, hay París detrás de la postal. Pero entonces, sin movernos de ahí, surge a la izquierda la Torre Eiffel, y a la derecha la réplica de la Estatua de la Libertad neoyorkina en la isla d los Cisnes, y en el puente las parejas de prometidos asiáticos vestidos como para la boda para dejarse retratar en el París monumental. Ciudad imaginaria y al mismo tiempo tan real. La prueba definitiva de que a veces las postales tienen razón.

Marc Bassets. El País Semanal, 1 de junio de 2024

viernes, 21 de junio de 2024

Aviñón en una edición volcada en la lengua hispana

El español es el lenguaje invitado en la próxima edición del Festival de Aviñón, la gran cita internacional de las artes escénicas contemporáneas, que se celebrará en la histórica ciudad francesa del 29 de junio al 21 de julio. Eso significa un desembarco de creadores hispanohablantes insólito en la muestra teatral más prestigiosa de Europa. Doce espectáculos, lecturas dramatizadas, conferencias, homenajes. Pero ¿qué tiene en común un dramaturgo argentino con una autora española o un director mexicano más allá de "ese aire de familia" que les otorga la lengua compartida? Responde Tiago Rodrigues, director del festival: "No ambicionamos hacer un teatro unitario del teatro español. Invitamos idiomas no identidades nacionales precisamente porque eso nos permite abrazar una cultura en toda diversidad".

La programación refleja ese propósito. No es obvio que el Centro Dramático Nacional, principal institución pública del teatro contemporáneo en España, debute en Aviñón con un clásico ruso, La gaviota, de Chéjov, dirigido por la peruana Chela de Ferrari e interpretada por actores ciegos. Tampoco que Don Quijote hable en francés justo en la edición dedicada al español. Que el flamenco lo represente Yinka Esi Graves, bailaora de padre jamaicano y madre ghanesa. Que el uruguayo Gabriel Calderón presente en catalán su obra Historia de un jabalí.

La elección de Angélica Liddell para inaugurar el Festival de Aviñón en el año del español sí es canónica. Es una de las figuras más influyentes de la escena internacional actual, además de relevante poeta: los textos de sus espectáculos se publican como poemarios y son citados por artistas de todo cuño, incluida la mismísima Rosalía. Su estilo es único y visceral. Monólogos rabiosos, imágenes provocadoras, escenas extremas, acciones impúdicas, belleza y dolor. Es autora de sus palabras, protagonista única sobre el escenario, directora de sus montajes y diseñadora de sus escenografías. Paradigma del artista total contemporáneo. El trabajo que estrenará el 29 de junio en el Palacio de los Papas de Aviñón  (en julio llegará al Festival Grec de Barcelona y en septiembre a los Teatros del Canal de Madrid) se titula Dämon. El funeral de Bergman y conforma un díptico con su anterior producción, Vudú (3318) Blixen, de casi seis horas de duración y aclamada como una de sus obras cumbre. Su último acto, donde escenifica su propio entierro y comparece ante su ataúd mientras atruenan 101 salvas de cañón, quedará como uno de los momentos teatrales más sublimes de este tiempo.

La irrupción de la dramaturgia femenina ha transformado las artes escénicas. No es que antes no hubiera mujeres haciendo teatro, pero sobre todo como intérpretes o tímidamente como directoras. Pero en la última década se ha producido una eclosión de autoras que no solo han introducido nuevas técnicas, sino también estéticas renovadoras. La madrileña Sara García Pereda, cuya obra Grrrl será objeto de una lectura dramatizada en Aviñón con autores franceses, lo explica así: "El cambio de perspectiva ha derribado la hegemonía de la escritura aristotélica"...

El principal rasgo de las artes escénicas contemporáneas es la diversidad y el mestizaje de géneros, disciplinas, lenguajes y culturas. Surgen así espectáculos híbridos que se disfrutan como poderosas experiencias estéticas. Son bellísimos los de la compañía franco-catalana Baró D'Evel, programada también en Aviñón y el Grec danza, circo, música, canto, palabra (en diversos idiomas), humanos y animales (caballos, cuervos, palomas) conviven de manera fascinante en montajes como Là o Falaise.

Un nombre refulge en el género documental, el de la argentina Lola Arias, ganadora este año del premio Ibsen. En  el Festival de Aviñón presentará su nueva producción, Los días afuera, protagonizada por personas trans reales detenidas en prisiones argentinas. También se presentará por primera vez en el festival francés La Ribot con un sugerente ejercicio de memoria: Juana ficción, un proyecto de música y danza en torno a Juana I de Castilla, "reina despojada de su corona y mujer borrada de la historia". Descolonización, autoficción y clásicos también estarán representados en Aviñón  con autores y actores en español.

Raquel Vidales. Babelia. El País, sábado 15 de junio de 2024.

jueves, 20 de junio de 2024

"El laberinto de los extraviados". Occidente y sus adversarios

                                            Foto: Ángel Navarrete
Descartada la popular tesis del final de la Historia, el debate en torno a los nuevos derroteros del mundo ha vuelto a tintes clásicos de rivalidad y poder duro. De Fukuyama hemos regresado a Gibbon, pero esta vez indagando sobre el auge y la (supuesta) caída de Estados Unidos en vez de Roma; y de la retórica multilateralista imperante desde el final de la Guerra Fría, en los últimos años ha sido habitual leer en los análisis políticos sobre la trampa de Tucídides. Una teoría académica acuñada por Graham T. Allison que habla remitiéndose a Atenas y Esparta, de la práctica inevitabilidad del enfrentamiento entre la potencia declinante y la emergente.

Es en este contexto en el que se enmarca El laberinto de los extraviados, del escritor franco-libanés Amín Maalouf (Beirut, 1949), y cuyo subtítulo (Occidente y sus adversarios) tiene algo de irónico con tantos libros publicados en los últimos años que defienden tesis y soluciones radicalmente distintas de las suyas. Pero, ¿de verdad lo que estamos viendo en la actualidad es el declive de Occidente?", se pregunta Maalouf, autor de ensayos tan reconocidos como Las cruzadas vistas por los árabes (1983) o Identidades asesinas (1998) y novelas como León el Africano (1986) y La roca de Tanios (premio Goncourt de 1993). En septiembre de 2023 fue elegido secretario perpetuo de la Academia Francesa.

Maalouf se responde con una respuesta abierta que da una de cal y otra de arena a la principal potencia mundial: "sí, el declive es real y adquiere a veces la apariencia  de una auténtica quiebra política y moral; pero todos cuantos combaten a Occidente y cuestionan su supremacía, por razones buenas o malas, se hallan en una quiebra aún más grave que la suya".

A partir de ese análisis, Maalouf hace un repaso histórico de las tres potencias que han pujado por contestar  la hegemonía occidental (y, más específicamente norteamericana) durante el siglo XX: Japón, la Unión Soviética y China. Además esboza un recorrido  por la creación  y el auge como potencia de Estados Unidos. (...)

El autor se cuida de que su libro no esté compuesto por una serie de capítulos estancos sin relación entre ellos. Al contrario, la urdimbre a lo largo del tiempo y del espacio de una serie de ideas, actores, referencias que se influyen entre sí entra entre las grandes virtudes de este libro. No habría habido URSS sin Japón, ni China sin la URSS. 

Maalouf no aporta novedades historiográficas en su narración, cuyos puntos fuertes  son la amenidad y, sobre todo, su capacidad para unir los puntos. Esa madeja de interrelaciones que fueron manifestándose  aquí y allá  en distintos momentos está narrada de forma minuciosa y convincente, con un profundo conocimiento de la historia de las ideas... 

"Por mi observación de la Historia he aprendido  que quienes basan sus conductas en un odio sistemático a Occidente suelen derivar hacia la barbarie", escribe Maalouf, para quien ninguna potencia debe ocupar una posición tan abrumadora. No Estados Unidos, pero tampoco China y, "ni siquiera Europa unida", porque todas se  volverían arrogantes, depredadoras si se hallasen en una posición de omnipotencia, por más que fueran portadoras de los más nobles principios".

Superado el paréntesis multilateral que nació de los rescoldos de la Segunda Guerra Mundial, la potencia dominante y las emergentes caminan extraviadas por un sendero que, a decir del autor solo lleva a repetir los mismos vicios y tragedias que jalonan la Historia. Es hora de una política más cooperativa y centrada en los retos que nos unen no ya como culturas, sino como especie. La pregunta que no responde Maalouf (y que tampoco era el objetivo de su ensayo) es cómo se consigue eso.

Antonio G. Maldonado. El Cultural, 31-5-2024.

miércoles, 19 de junio de 2024

La voz de la melancolía francesa

La canción que inmediatamente sonó cuando trascendió la muerte de Françoise Hardy fue Tous les garçons et les filles. Quién lo diría en 1962, cuando se asomó a la pasarela pop con 17 años. No estaba pensada para triunfar. Aquel himno definitivo del yeyé francés salió escondido en la cara B de su primer EP Oh Oh Chérí. La discográfica lo consideró demasiado taciturno. Pero su belleza serpenteó la decisión. Ocurrió en televisión durante la noche electoral del 28 de octubre. Francia esperaba los resultados de la elección del presidente de la República -que volvería a ganar a Charles De Gaulle-, cuando Hardy apareció en las pantallas e interpretó ese tema supuestamente perdedor. Encandiló al país del mismo modo que lo hacían los jóvenes que protagonizaban la letra del tema ("van enamorados sin miedo al mañana"). Empezaba el mito de la cantante que puso voz a la melancolía francesa.

No cabe culpar solo a la editorial por su falta de visión comercial y artística. La propia Françoise Hardy tampoco percibía ese tema como el hito definitivo que fue. Ni siquiera a posteriori. Con el tiempo opinó de ella que no era especialmente brillante: "Es muy primaria musicalmente. Fue mi primer disco". Miles y Miles de personas le han llevado la contraria durante estos 62 años a una mujer que en su autopercepción, mostraba esas paradojas. Por ejemplo, enamoró a miles -entre ellos Mick Jagger, David Bowie y Bob Dylan-,  pero acabó casándose con Jacques Dutronc, un infiel patológico que la martirizó. Ella lo soportaba con amargura. "La idea de compartirlo me destrozaba, dejarlo posiblemente me destruía aún más", escribió en sus memorias la artista que ni siquiera era consciente de su atractivo. "Era bellísima y no lo sabía. Le daba igual... Nunca se dio cuenta de lo guapa que era", explica Jean-Marie Périer, autor de de algunas de sus imágenes más icónicas, en una entrevista en ¡Hola!.

Las biografías atribuyen ese carácter apocado a las circunstancias que rodearon su infancia y juventud. "Crecí entre una madre que me valoraba en exceso, porque no tenía a nadie más que a mí, y una abuela que era todo lo contrario: no dejaba de decirme que era muy fea y que terminaría sola", relató Hardy. El cuadro lo completaba un padre homosexual y generalmente ausente . Y una hermana que sufría esquizofrenia. En ese hogar entró una guitarra como regalo por superar el bachiller. Con ella empezó a componer rodeada de los temas de Charles Trenet, Paul Anka, Everly Brothers y Cliff Richard que escuchaba en Radio Luxemburgo.

París ya había empezado a dejar de ser la capital cultural del mundo. Europa se sentía fascinada por la joven América, y en Inglaterra germinaba lo que iba a ser la gran explosión pop, una vez que The Beatles lanzasen su primer single en 1962. La industria del disco gala se abrazaba a esa música pensada para una nueva clase social llamada juventud, creada por los que nacieron durante la Segunda Guerra Mundial. Supuestamente, pedían canciones vibrantes, luminosas y pegadizas como las que ofrecerían Sylvie Vartan y France Gall. Pero con Françoise Hardy todo resultaba diferente. Miraba a lo anglosajón, sí. Pero surgía de un modo menos rimbombante . Con tono sereno y la elegancia natural de quien había nacido con un don que se despliega con ligereza, se convirtió en espejo de miles de adolescentes conectados con los tormentos, las dudas y las inseguridades de ese imprevisible capricho llamado amor. Se lo cantaba un alma gemela...

Aquella mujer lideró la música gala durante los sesenta y se convirtió en una figura internacional... Y en 1968 decidió bajarse de los escenarios, un lugar en el que nunca llegó a estar cómoda, presa de la ansiedad (...) En 2018 publicó Personne d'autre, una despedida consciente "Mañana todo estará bien, todo estará lejos/ Allí, al final, cuando me haga a la mar", cantaba en él, anticipando el fin que la noche del lunes confirmaba su hijo, Thomas Dutronc.

Javier Becerra. La Voz de Galicia, jueves 13 de junio de 2024.

martes, 18 de junio de 2024

París, la ciudad del verano

Millones de personas estarán atentas a lo que ocurra en julio y agosto durante los Juegos Olímpicos. Nosotros apostamos por cinco miradas diferentes de la capital francesa para vivirla en cualquier momento.

El arquitecto y diseñador de interiores   Luis Laplace (Buenos Aires, 53 años)  dejó su Argentina natal por Estados Unidos. En concreto, se mudó a Nueva York, donde aprendió la eficiencia americana. Si en Nueva York aprendió a trabajar, en París aprendió a vivir:  "Al llegar aquí  tenía poco trabajo y mucho tiempo, así que me pasaba la vida en museos, cafés y, sobre todo, en anticuarios. A estos últimos lugares  les debo la carrera".  Laplace no ha perdido ese espíritu curioso de recién llegado.

Fundación Giacometti.

"Hay tres espacios imprescindibles para cualquier amante del arte contemporáneo y, como yo, apasionado de los objetos", relata el arquitecto. "El Centre Pompidou fue, y sigue siendo, un referente en este aspecto: su colección permanente es indispensable, pero siempre consigue  sorprender con sus colecciones temporales". En los próximos meses, a la exposición de Constantin  Brâncusi, le sucederá la de la pionera del arte digital Vera Molnár, o la exhibición L'enfance du design, que analizará la historia y la evolución del diseño desde el siglo XX a través del mobiliario infantil. La Fundación Cartier y la Fundación Giacometti son otros dos lugares done él encuentra inspiración. La de Cartier cuenta con una colección de 4.000 obras de más de 500 artistas de todo el mundo, donde podremos encontrar las pinturas de David Lynch, las fotografías de Alair Gomes o las esculturas de José Bezerra, todo ello en un espacio acristalado diseñado por Jean Nouvel, rodeado de un espectacular y cuidado jardín que bien merece una pausa. "Y la de Giacometti es una joyita, ya que se trata del estudio que el propio artista tuvo en el barrio de Montparnasse", explica el arquitecto, "es la manera más humana de aproximarse al artista".

Caminamos ahora hacia la "poco pretenciosa pero muy parisiense" plaza Saint-Georges, en el distrito  IX, que ya en 1875 fue pintada por Renoir, donde el arquitecto recomienda tomarse un café: "La vida de los cafés parisiense es una experiencia aparte: ellos saben lo que es sentarse y ver la vida pasar, comentarla, disfrutarla, el placer de la vida contemplativa". Cerca de la plaza se encuentra la calle Martyrs, que une la iglesia Notre-Dame de Lorette y la basílica del Sagrado Corazón, pero que, a pesar del interés turístico, no ha perdido el encanto de las tiendas y comercios tradicionales...

Mercado de las pulgas.

El diseñador vuelve a sus orígenes de buscador de tesoros : "El mercado de las Pulgas es el sitio más increíble de todo París.Y ya sé lo que dice la gente: ¡'El mercado de las Pulgas ya no es lo que era!'. Y yo les respondo: '¡Nada es lo que era! Ni siquiera yo soy lo que era... ¿Qué importa?". Laplace podría tirarse horas contando sus aventuras en este mercadillo  que fue creado en 1885 y que, en la actualidad, con sus más  de 1.700 puestos (muchos de ellos anticuarios), es uno de los mercados de antigüedades más grandes de Europa, además de ser de los más antiguos. "Me parece necesario reivindicar estos lugares, si la gente deja de ir porque considera que ya no son como antes, al final, desaparecerán".

Beatriz Serrano. El viajero. El País, sábado 8 de junio de 2024. 

lunes, 17 de junio de 2024

Transgresiones de una burguesa: "El último verano"

En El último verano, Catherine Breillat reescribe la película noruega Reina de corazones (May el-Toukhy, 2019), cuya historia sobre la relación pasional entre una mujer madura y el hijo de su marido se amolda perfectamente a las coordenadas que han sostenido la filmografía de la cineasta francesa, siempre polémica y alérgica a la corrección  en su acercamiento al sexo. El material, desde luego, es explosivo, tanto por la diferencia de edad como por la relación de parentesco entre los protagonistas.

Léa Drucker interpreta con convicción a Anne, una burguesa de manual, abogada especializada en casos de abusos sexuales -algo que introduce una capa más a la construcción del personaje-, casada con un próspero y siempre ocupado empresario mayor que ella, madre de dos niñas gemelas adoptadas y con un punto rebelde, como demuestra su afición por conducir un descapotable a ritmo de rock. ¿Por qué arriesgarlo todo en una relación que condena hasta los propios códigos deontológicos de su profesión?

La cámara de Breillat, siempre con un aire academicista, se concentra en atrapar  una perturbadora dimensión física, encerrando a Anne y Theo en planos cortos a medida que se estrecha su intimidad. Esto contrastará con la frialdad de las posteriores escenas de sexo, proporcionando un mayor enigma  a los motivos para la transgresión de Anne.

Así, Breillat renunciando a cualquier psicologismo, acabará buscando lo insondable en el comportamiento de sus personajes, ya que la relación afectará a todo el núcleo familiar, incluido el marido (Olivier Rebourdin) y la hermana (Clotilde Courau), y todos responderán de manera más o menos inesperada, Así El último verano amplía su radio de acción temática, consiguiendo reflexionar  en torno a la manera en la que convivimos con la hipocresía y con la mentira.

Javier Yuste. El Cultural, 12-5-2024. 

domingo, 16 de junio de 2024

Ochenta años después del Día D

Memorial Playa de Omaha. (Foto: Sutherstock)

El esfuerzo de los aliados para resistir  para resistir la invasión rusa. La batalla por la libertad que libró Europa durante la Segunda Guerra Mundial. Según Joe Biden, la única diferencia entre ambos momentos es el tiempo. Concretamente, 80 años, y por eso el presidente de Estados Unidos pronunció esas palabras en Normandía, para celebrar el aniversario del Dia D.

Ante 180 veteranos y miles de invitados, Biden dijo que el mundo ahora debe derrotar a otro "tirano empeñado en la dominación", en alusión a Vladimir Putin, y afrontar "la prueba de los siglos" para defender a Ucrania, tal como hicieron los héroes que asaltaron las playas y se lanzaron tras las líneas enemigas hace ocho décadas. "El aislamiento no era la respuesta en el 44 y no es la respuesta hoy", añadió. Detrás de él varios veteranos en sillas de ruedas escuchaban atentamente lo que él decía. "Conocemos las fuerzas oscuras contra las que lucharon los héroes del 6 de junio. Nunca se desvanecen. La agresión y la codicia, el deseo de dominar y controlar, de cambiar fronteras por la fuerza, son perennes. La lucha entra la dictadura y la libertad es interminable". 

El presidente insistió en que la OTAN está más unida que nunca y apoyará a Kiev "en este momento de necesidad", igual que EE.UU. apoyó a Europa contra los nazis. "No nos marcharemos", prometió a pocos pasos de 9.388 tumbas de militares estadounidenses. La mayoría de ellos murieron durante la invasión aliada a la playa de Omaha. Marcando las sepulturas, hileras de mármol blanco o estrellas de David brillaban a la luz del sol...

En el evento también estuvieron presentes figuras como el presidente ucraniano, Volodímir Zelenski; el canciller alemán , Olaf Scholz, y el rey Carlos III de Inglaterra. Según varios medios, a su llegada el ucraniano y su esposa, Olena, fueron recibidos con vítores y aplausos.

Emmanuel Macron sonreía mientras entregaba a tres exsoldados estadounidenses la Legión de Honor, la más alta orden al mérito de Francia. "Cuando vemos el regreso de la guerra a nuestro continente, cuando vemos a las personas que cuestionan los valores por los que luchamos, cuando vemos aquellos que quieren cambiar las fronteras por la fuerza y reescribir la historia, pongámonos en pie con dignidad y miremos a quienes aterrizaron aquí. Tengamos su coraje" sentenció el presidente galo. Cuando terminó su discurso, un rastro de humo rojo, blanco y azul sobrevoló el lugar.

Andrés Rey. La voz de Galicia, viernes 7 de junio de 2024.

sábado, 15 de junio de 2024

El Sena no es solo una postal, 2

Una prueba test de triatlón en el Sena./ Miguel Medina. AFP
"Se pueden hacer mucho mejor las cosas y los Juegos Olímpicos son para nosotros una palanca para negociar con el Estado para que pongan más medios para dar albergue a las personas que viven en la calle", dice el teniente de alcalde Pierre Rabadán. "Algunas aceptan, otras no". 

Rabadán nos recibe en su despacho del Hôtel de Ville, la sede municipal más grande Europa, a orillas del río, y unos días después nos volvemos a ver en su rincón favorito del Sena, en el muelle por donde llega a trabajar cada día en bicicleta. Habla español. Su familia, en parte, venía de Murcia, y llegó a Francia tras emigrar ala Argelia Francesa. Creció en Aix-en-Provence y a los 18 años subió a la capital para jugar a rugby, deporte en el que militó profesionalmente en el parisiense Stade Français y en la selección nacional. Entró en la política municipal de la mano de la alcaldesa socialista Anne Hidalgo y ocupa el cargo desde 2020. Su cartera en el equipo de Hidalgo: el Sena y los Juegos Olímpicos y Paralímpicos, indisociablemente ligados.

 Por el río desfilarán las delegaciones de atletas en la ceremonia inaugural, que por primera vez se celebrará fuera de un estadio. Según Rabadán, "este es quizá el lugar desde el que mejor se ve la riqueza, la diversidad, el patrimonio, la historia de París". En el Sena se disputarán algunas pruebas de nado. Y está previsto que a partir de 2025 sea posible bañarse en tres puntos específicos cuando las condiciones sanitarias lo permitan.

Rabadán se bañó en julio de 2023, en uno de los puntos que abrirá al público, cerca del Ayuntamiento: "Fue divertido, diría que agradable. Por decir la verdad creía que el agua estaría mucho más fría. Estaba fresca, pero no fría. Nadé unos 150 metros de ida y 150 de vuelta y, como nado mal, estaba exhausto".

Hay un aire barcelonés en esta París que se vuelca en el río y aprovecha el evento deportivo para poner en marcha un plan ambicioso que debe transformarlo y devolverlo a la ciudad. Barcelona aprovechó los Juegos Olímpicos de 1992 para abrirse al mar, al que históricamente había dado la espalda. París es distinto porque la transformación olímpica ha sido más modesta, y el río siempre ha estado ahí, partiéndola por la mitad, una división geográfica y mental entre la rive droite y la rive gauche, las márgenes derecha e e izquierda. Si hoy podemos recorrerlo a pie desde que entra en la ciudad por Ivry-sur-Seine hasta que se despide en Issy-les-Moulineaux, es porque París comenzó hace tiempo a recuperar el acceso al agua al cerrar algunas vías rápidas para automóviles junto al río y permitió a locales y turistas pasear por la orilla.

"Trabajamos en la reconquista de la calidad del agua para convertir el río en un espacio donde refrescarse, un espacio de vida que se había perdido en el siglo precedente", dice Rabadán. La apertura al río, dice, permite "bajar la polución, reducir el ruido para los vecinos y establece otra relación con la ciudad y con la cuna de la ciudad que, como entre tantas otras ciudades del mundo entero, es el agua". "En ciudades muy minerales  como esta, muy construida y muy densa", dice, el Sena es un lugar de frescor, de desconexión del ritmo acelerado, un lugar más agradable para vivir".

El Sena es vida y muerte. Río abajo, en una de las zonas más turísticas, otra placa dice. Brahim Bouraam, 1965´1995, víctima del racismo. Asesinado en este lugar el 1 de mayo de 1995". La noticia de El País al día siguiente, firmada por el corresponsal Enric González, arrancaba: "Un joven marroquí murió durante la manifestación ultraderechista de París. Brahim Bouraam, de 29 años fue arrojado al Sena  desde el puente del Carrusel (frente al Louvre) por un grupo de cabezas rapadas, y falleció ahogado". Más atrás : el 17 de octubre de 1961, decenas de argelinos fueron asesinados por disparos de la policía o lanzados al río, un episodio de la guerra de independencia de Argelia en el corazón de Francia que los historiadores Jim House y Neil MacMaster califican en el libro París 1961 como la represión de  Estado más violenta contra una  manifestación callejera "en la historia moderna de la Europa occidental".

El Sena es lo contrario de n río virgen. Esta lleno de significados y recuerdos, demasiado lleno a veces: una cebolla con interminables capas. Aquí está el túnel donde murió Lady Di; enfrente la catedral rusa apodada San Vladimiro por Putin; más allá la estatua del zuavo barbudo, el soldado de la Argelia colonial que, apostado en uno de los pilares del puente frente al que nos encontramos, "es el controlador municipal oficioso de las crecidas de la ciudad", escribe la veterana periodista norteamericana Elaine Sciolino en The Seine. The river that Made Paris (El Sena. El río que creó Paris). "Si sus zapatos puntiagudos están sumergidos", apunta, "el río está por encima de su nivel". Todo esto -Diana, Putin, el zuavo- sin movernos del puente de Alma...

Marc Bassets, El País Semanal, sábado 1 de junio de 2024.

viernes, 14 de junio de 2024

Sara Formoso, la acordeonista gallega que se escapó con el Circo del Sol

Sara Formoso entre bambalinas. (Foto: Carlos Guerrero)

Sara Formoso es una chica de Ferrol que se escapó con el circo. No hace acrobacias. Ni traga espadas. Ni doma leones. Lo suyo es la música. Más concretamente, el acordeón. Un instrumento sobre el que pesan algunos prejuicios. Que muchos asocian aún hoy con la frivolidad y el jolgorio. Contra esta imagen distorsionada que de su profesión se tiene se revuelve Formoso, que reivindica la profesionalidad y la integración de su disciplina en orquestas y espectáculos de primer orden. "Creo que hay cierto estigma pero menos que antes, porque cada vez hay más espectáculos  que incorporan el acordeón fuera de la música popular, que, por otro lado, es también maravillosa y me encanta", subraya.

Al principio, no obstante, no era el acordeón el artilugio que le hacía nacer chiribitas de las pupilas. Ella estaba enamorada de otro más clásico y aparatoso: "Yo lo que quería era tocar el arpa pero mi familia me convenció para escoger otro instrumento; supongo que por el tamaño tan incómodo que tiene el arpa. Además, a mi abuela siempre le había encantado el acordeón".

Ahora desarrolla sus talentos en el Circo del Sol, probablemente el más famoso de todos los circos. Y el más circense. Una colección de decenas de perfiles internacionales de toda condición. Desde gente que tiene el cuerpo hecho de goma hasta, claro, músicos. Con su fuelle y su teclado siempre a cuestas, Formoso ha pisado escenarios de medio mundo. Pero la extranjería no era nueva para ella. Ya había vivido en Suiza, donde hizo sus estudios de conservatorio. Echa la vista atrás y de todos los destinos y experiencias, se queda con uno: "Para mí fue inolvidable tocar en el Albert Hall de Londres. Como músico, actuar ahí es una sensación indescriptible. Te sientes pequeñísima y, a la vez, muy agradecida".

Y eso que hubo un momento en el que no vio nada claro su futuro con las melodías y los acordes. Yo terminé la carrera bastante desanimada, porque guardaba la percepción de no tenía tanto nivel como mis compañeros de Suiza. Pero, entonces, un antiguo profesor me envió un anuncio del Circo del Sol sobre que estaba contratando músicos, así que decidí intentarlo". El resto ya se sabe. Teniendo solo 24 años, pasó en 2018 a formar parte de la troupe del Cirque du Soleil. Y, según dice, ahora mismo es incapaz de imaginarse en otro sitio. "Me veo aquí todavía por unos cuantos años más", asegura.

Saltando de continente en continente, Formoso está cumpliendo su sueño de juventud y de infancia. No solo vive de su música -una quimera para muchos, muchos que lo han intentado sin éxito antes que ella-, sino que lo hace rodeada de personas  a las que rezuma por cada poro de su piel la vocación y el ansia de innovación artística.

La historia puede parecer algo vieja. La chica que, con la cabeza en las nubes y las estrellas, hizo su petate y se marchó con los idealistas de la carpa y la alegría. Una historia conocida que se repite una y otra vez. En todas las generaciones. Porque en todas las hornadas de gentes hay unos pocos que no se conforman. Que tienen le corazón en la carretera y los pies siempre en polvorosa. Porque cada uno colecciona lo que quiere. Sara Formoso colecciona sitios y memoria.

Carlos Portolés. La Voz de Galicia, martes 11 de junio de 2024.

jueves, 13 de junio de 2024

Jean Baptiste Andrea: "Ya nadie nos enseña a ver lo bello, el cerebro humano solo ve oscuridad"

Jean-Baptiste Andrea. Foto: Gonzalo Fuentes/Reuters

Desde las colinas de Cannes casi no se escucha el rumor del festival de cine de la ciudad, que llegará a su fin en pocas horas. En la terraza de un hotel del barrio donde creció, con vistas a la famosa riviera que enamoró a Picasso y a Bonnard, Jean-Baptiste Andrea (Saint-Germain en Laye, 1971) recuerda el día que le cambió la vida: la mañana de otoño de 2023 en que ganó, contra todo pronóstico, el Premio Goncourt, el más importante de las letras francesas, tras una reñida votación en 14 rondas. Lo logró con su cuarta novela, Cuidar de ella (AdN), protagonizada por Mimo, un aprendiz de escultor de extracción pobre en la Italia de entreguerras, y por Viola Orsini heredera de una prestigiosa familia que lucha contra la misoginia de su tiempo, con el ascenso de Mussolini como telón de fondo.

Andrea se marchó de Cannes a los 18 años. Volvió a instalarse en la Costa Azul hace dos, después de vivir en París, Londres y Los Ángeles, ciudades donde trabajó como director y guionista de películas como Big Nothing. "Acabé dándome cuenta de que solo podía vivir en esta sitio. Hasta que llegué aquí mi vida era en blanco y negro. A partir de Cannes mis recuerdos son en tecnicolor", afirma el escritor , que se dice "mediterráneo hasta la médula". Por parte de madre, desciende de ibicencos trasmutados en pieds-noirs, como se llamó a los argelinos de origen europeo que vivieron en el norte de África en la etapa colonial. Su familia paterna es italiana. "Llevo esos orígenes escritos en la cara, pero no sé mucho de ellos". De ahí surge un libro que acaba de presentar en Madrid y Barcelona.

P.- Tiene una trayectoria atípica: no debutó como novelista hasta los 47 años. ¿Qué lo llevó a convertirse en escritor?

R.- Quise hacer realidad un sueño de infancia. En mi familia no había autores ni artistas -mi padre trabajaba en una inmobiliaria y mi madre era profesora de inglés- pero yo he querido ser escritor desde los nueve años. Mis padres eran grandes lectores, pero que me dedicara a esto no entraba en sus planes: forman parte de la generación de la posguerra, esa que tuvo una fe ciega en el ascenso social y para la que dedicarse al arte implicaba un riesgo de desclasamiento. Creían que acabaría viviendo bajo un puente. Hice estudios prestigiosos para complacerles, pero no me interesaron. Mi camino pasaba por la escritura.

P.- Es interesante, porque su novela habla, en el fondo, de la idea de la vocación.

R.- Todos mis libros tratan de este tema ... Mis libros reflexionan sobre la naturaleza del éxito. ¿Reside en los logros tangibles, como ganar el Goncourt, o más bien en el hecho de no renunciar a tus convicciones? Yo creo que es lo segundo: el reconocimiento ajeno puede desaparecer, pero el orgullo de no rendirse siempre perdura. (...)

P.- La corriente dominante en la literatura francesa es el testimonio autobiográfico y la autoficción. Propone con sus libros un regreso a lo novelesco?

R.- Los lectores echan de menos lo novelesco. El deseo humano de escuchar a alguien  que le cuente historias no ha desaparecido. Hay algo sagrado en esos relatos desde los tiempos en que inventamos el fuego. Sentimos la necesidad de contemplar destinos heroicos y excepcionales, de estar rodeados de historias que nos hablen de destino y redención... Hay demasiadas novelas que solo hablan  de sus propios autores y que no logran alcanzar lo universal. (...)

P.- Su libro no tiene miedo a buscar y describir la belleza, calidad infrecuente  en tiempos de una literatura más desangelada.

R.- Hemos desaprendido a ver la belleza. El cerebro humano ya solo ve oscuridad, debido a las imágenes que imperan en nuestro tiempo, las que nos muestran la televisión y las redes sociales. Todo es horror, todo es negro. Y nadie nos enseña a ver lo bello. Yo defiendo la idea de exponerse a la belleza, al arte, a la música, y recordar que el mundo no es peor que antes, que todavía existen cosas bellas a nuestro alrededor... Ninguna vida es solo maravillosa o terrible. Tenemos el deber de ver lo hermoso...

Álex Vicente. Babelia, El País, 8 de de junio de 2024.

miércoles, 12 de junio de 2024

Marie Blanchard, mi modelo, mi musa, mi amante

La boulonnaise, 1922-23 (Museo del Prado)

Marie Blanchard (Santander, 1881- París, 1932) eligió la pobreza y la libertad. Su obra es radical por su condición de subalterna: mujer, pintora y discapacitada, un ejercicio de resistencia al canon dominante de la época.

¿Cómo pudo olvidarla voluntariamente la historiografía del arte? ¿A ella y a tantas otras, quizás por ser demasiado femeninas y sexuales como Suzanne Valadon (con exposición también en el MNAC de Barcelona)? Ambas, por motivos opuestos, fueron consideradas mujeres desnaturalizadas e indeseables; maltratadas y marginadas. Blanchard fue acosada desde niña por su cuerpo hostil, jorobado y enano. El arte y la belleza era lo único que la salvaba. Su resiliencia fue asombrosa; florece en equilibrados fondos, en sus dibujos de proporción y encaje perfectos, en no dejar de pintar nunca.

Todo esto se vislumbra en la exposición que podemos disfrutar hasta septiembre en el Museo Picasso de Málaga. Después de una gran exposición en 2012, en el Museo Reina Sofía, por fin, doce años después, se reúne una completa revisión de su trabajo en 85 obras: óleos, pasteles y dibujos procedentes de más de 50 instituciones y grandes colecciones públicas y privadas. Una estupenda panorámica de una gran artista, no solo en el ejercicio del cubismo -que pintó en tonos alegres y dulces, con arabescos y perspectivas multiplicadas como reflejos de cristales rotos-, también en la construcción de un impecable estilo, postcubista, en el que declina temas clásicos como maternidades, bodegones o escenas domésticas. Destacan los exquisitos dibujos a pastel en los que Blanchard domina ese velo de enigma y belleza cubre sus tristes figuras, que parecen resplandecer en su propia melancolía, y que, muy probablemente eran espejo de la suya, además de la exhibición por primera vez en España, de tres obras inéditas: el pastel Joven en la ventana abierta (1924) y los óleos El almuerzo (1922) y La niña de la pulsera (1922-1923).Nace el mismo año que Picasso, 1881, con cifoescoliosis, una malformación congénita de la columna vertebral que le provocó enanismo y una dislocación bilateral de la cadera. Un "cuerpo de bufón de ópera" como escribió Lorca. Su familia, de clase alta,  la apoyaba para que estudiase artes como un medio para evitar ser señalada por su discapacidad. A los 23 años se traslada a Madrid para estudiar con los pintores Emilio Sala y Sotomayor. En 1900 obtiene una beca del Ayuntamiento de Santander para ir a París donde estudió en la Academia Vitti con Kees van Dongen y participó brevemente en el fauvismo. Se integró en los ambientes de emigrados de la vanguardia parisina y comienza a experimentar la abstracción cubista. Allí conoce a Juan Gris y se hacen íntimos amigos, también de Lipxhitz , Picasso, Georges Braque y Diego de Rivera, con quien compartió estudio y vivienda antes de que se casara con Frida Kahlo.´

Aunque vuelve a España para presentarse a unas nuevas oposiciones de maestra en las Escuelas Normales, que aprueba , vuelve a París en 1915 . Allí pasaría el resto de su vida, con un papel preponderante en la vida cultural francesa, siendo reconocida como pintora. Mientras, pinta mujeres de rostro cansado, melancólico y humano como en La española (1910-1913),  que se puede ver en Málaga...

Los niños de Blanchard son tristes, tristísimos: "Hubiera mandado a paseo todos sus lienzos y toda la gloria del mundo por poder sostener en sus brazos a su propia criaturita", escribió su buena amiga la escritora Isabelle Rivière. Blanchard resalta la grandeza de lo pequeño y evita la supremacía de lo masculino. Las maternidades y los retratos infantiles no solo aludía a la tradición renacentista, sino que después de los 1,4 millones de muertos de la I Guerra Mundial se reclamaba a las mujeres el torno al hogar como madres... Era una cuestión política, de supervivencia patria.

Una exposición imprescindible para recordarnos la enorme artista de los márgenes que fue la Blanchard, en lo estético y en lo ético...

María Marco. El Cultural, 10-5-2024.

martes, 11 de junio de 2024

"Grandes decoraciones restauradas de Notre Dame"

Una exposición en París muestra las pinturas que se devolverán a la catedral y diseños contemporáneos de los objetos litúrgicos que sucumbieron en el incendio.

Hemos escuchado no pocas veces que, para los chinos, la palabra crisis significa oportunidad. Ahora, los franceses parecen haber dado con otro término que encaja en esta definición: incendio. Al menos, uno en particular:  el que asoló la catedral de Notre Dame de París el 15 de abril de 2019, que se saldó con el derrumbe del techo y de la aguja del templo, una parte no original del conjunto que había sido levantada en el siglo XIX por el famoso arquitecto y restaurador de edificios medievales Eugène  Viollet-le-Duc.

Tras la evaluación de los daños, de los que se salvaron las obras de arte, surgió la consabida oportunidad: "Era una ocasión estupenda no solo para restaurar, sino también para conducir una investigación en torno a esas pinturas que decoraban el templo", subraya Emmanuel Pénicot, director de las colecciones de Mobilier National, institución dependiente del Ministerio de Cultura  francés a cargo del mobiliario nacional.

El resultado de estos trabajos de restauración, que se han prolongado durante dos años y en los que han participado hasta 50 profesionales ubicados en un lugar secreto de París para evitar intrusiones, puede verse en la exposición Grandes decoraciones restauradas de Notre Dame, abierta hasta el 21 de julio en la sede de Mobilier National, en el disrito XIII. La muestra que precede a la reapertura de Notre Dame anunciada para el 8 de diciembre (día de la Inmaculada, patrona de la catedral, reúne pinturas, tapices y la enorme alfombra del coro, así como varias maquetas recientes con los diseños litúrgicos que sustituirán a los que sucumbieron  a las llamas: el altar, el atril, el tabernáculo, el baptisterio y el púlpito. diseñados en 2023 por el escultor Guillaume Bardet. También las nuevas y austeras sillas que se colocarán en la nave, obra de Ionna Vautrin, de las que se producirán 1.500 ejemplares.

"La alfombra del coro (que solo se despliega en ocasiones especiales) estaba guardada en una caja, y al abrirla después del fuego, pudimos comprobar que había una plaga de polillas", apunta Vivian Sicard, encargado del departamento de la Dirección General de Asuntos Culturales francesa, en referencia nuevamente a la idea de la oportunidad. "Gracias a eso, pudimos detectarlo y salvar la parte afectada de la alfombra".

Con la lluvia de donaciones por parte de empresas y articulares que llegó después del incendio -850 millones de euros comprometidos en los primeros días tras el incendio-, el presupuesto no ha resultado un problema para este proyecto. Las obras principales de la exposición son 13 pinturas de gran tamaño (de entre tres y cuatro metros de alto y dos y tres de abcho) conocidas como los mayos, parte del lote que el gremio de los orfebres de París ofreció como regalo a la catedral cada primero de mayo desde 1630 hasta 1707. "De las 76 pinturas que se produjeron, hoy se conocen 52; el resto está perdido, abunda Pénicaut, que explica que la tradición de los mayos surgió por iniciativa de los canónigos de la catedral a raíz de la Contrerreforma. Del medio centenar de obras conocidas, 13 se encontraban en Notre Dame en el momento del incendio, mientras que el resto permanece disperso entre el Louvre, varias iglesias de Francia y una en Gran Bretaña, adquirida por un coleccionista. (...)

Junto a estas obras se despliegan en la exposición 14 tapices sobre la vida de la Virgen María tejidos en Bélgica y Francia entre 1638 y 1657. Durante un siglo estas telas decoraron las paredes de Notre Dame hasta que, como ilustra Pénicaut, en 1739 habían pasado de moda y a los canónigos dejaron de gustarles". De ese modo fueron vendidos a la catedral de Estrasburgo, donde permanecen, "Los tapices pertenecen a Estrasburgo, que ha aceptado prestárnoslos para la exposición", comenta Pénicaut...

Silvia Hernando. París. El País, miércoles 8 de mayo de 2024.

lunes, 10 de junio de 2024

"Un año difícil" Picaresca a la francesa

En el panorama actual de la comedia francesa, dominado por las buenas intenciones y el costumbrismo más perezoso, Un año difícil, dirigida por el tándem formado por Olivier Nakache y Eric Toledano, los autores de la exitosa Intocable  (2011), se presenta como una estimulante anomalía. La pulsión transgresora del filme palpita ya en su inspirado prólogo, que encadena fragmentos de discursos presidenciales en los que la plana mayor de la política francesa de las últimas décadas, de Mitterrand a Hollande, invoca la resiliencia de la ciudadanía ante el final de "un año difícil".

A la resignación de los presidentes de la República, Nakache y  Toledano responden con una estampa, ya ficcional, prendada de valor iconográfico: un enfrentamiento entre manifestantes antisistema y compradores compulsivos a las puertas de un centro comercial en la apertura de un Black Friday. Así es como Un año difícil cimenta su dialéctica esencial, que conforman el espíritu altruista, vestido de idealismo anticapitalista, y la codicia materialista, que campa a sus anchas en una realidad marcada por el individualismo.

Para el estudio de la batalla entre la solidaridad y el egoísmo, Nakache y Toledano, autores de comedias más bien blandas, podrían haberse decantado por la vía del sentimentalismo y el maniqueísmo. Sin embargo, en esta ocasión, los directores de Especiales (2019) apuestan por meterse de lleno en las turbias y fructíferas aguas de la sátira más ácida, aquella capaz de agitar la realidad a golpe de trazo caricaturesco. Es bajo este prisma que toma forma el impensable triángulo semisentimental que forman la atolondrada líder de un movimiento medioambientalista y dos rufianes hundidos por las deudas que se involucran en el activismo antisistema por motivos personales. 

En este contexto, afín a la picaresca, Nakache y Toledano se toman el tiempo necesario para ilustrar , sin afectación, las vicisitudes de unos personajes golpeados por la ola de precariedad que azota Europa y al mismo tiempo encuentran la distancia para retratar el activismo anticapitalista desde una perspectiva cómplice y escéptica.

Pero Nakache y Toledano no son la reencarnación Ernst Lubitsch: el equilibrio de Un año difícil ente la comedia romántica y la sátira sobre la sociedad de consumo queda lejos de la perfección de El bazar de las sorpresas (1940). O, sin ir tan lejos la mirada del dúo francés apenas se asoma al fulgor subversivo del John Landis de Entre pillos anda el juego (1993), aquella sátira de Wall Street cuyo triángulo de caballeros sin espada alberga más de un punto en común con los nobeles protagonistas de Un año difícil, interpretados por unos muy queribles Noémie Merlant, Pio Marmai y Jonathan Cohen. No estamos ante "la comedia francesa del año", sino ante algo mejor: una película para el gran público capaz de afrontar , con la ceja levantada  y el corazón en un puño, el pantanal ideológico, financiero, sociopolítico que nos rodea.

Manu Yañez. El Cultural, 24-5-2024.

domingo, 9 de junio de 2024

Pierre Assouline en la Feria del Libro de Madrid

Si alguien viste de impecable chaqueta azul y corbata a juego una inclemente tarde de junio en la Feria del Libro de Madrid, seguramente sea Pierre Assouline (Casablanca, 71 años). Elegante, educado, la voz pausada y la mirada reflexiva del escritor -uno de los más importantes intelectuales franceses- no impedirán las aceradas críticas a los políticos o a lo que preocupa sobremanera a un judío sefardí como él: el creciente antisemitismo que detecta en el mundo. Se defiende perfectamente en es pañol, pero se excusa: prefiere hablar en francés. Y lo primero que se le oye decir en francés son piropos: "Soy muy feliz en Madrid, amo este sitio. Otros buscan el mar u otras cosas, pero yo no. Aquí tengo amigos, es mi ciudad", dice y se le nota.

Biógrafo, novelista, periodista, analista, profesor... Curiosamente, una de las facetas que más impacto tiene de Assouline es la de bloguero: da gusto asomarse a su página, donde en cada post acumula cientos de comentarios de usuarios que discuten entre sí.

"Francia es un país de tradición literaria", desgrana. "Los premios itenerarios son importantes. El Goncourt (él es miembro de la Academia Goncourt) es copiado por todos; es el premio más antiguo y el único independiente. En España, el Planeta, como en Italia el Strega o en Inglaterra el Booker, los dan los editores... En Francia hay 2.000 festivales que dan premios. Existe una efervescencia cultural y literaria". En España, está la Feria del Libro de Madrid: Assouline conversó el viernes con Leila Guerriero y el exfubolista Miguel Pardeza sobre el tema de este año, lectura y deporte y esgrimió su propia contribución, El nadador, libro que narra la vida de Afred Nakache, nadador olímpico francés, superviviente del Holocausto.

No en vano una de las partes más importantes de la obra de Assouline es la biografía. A ella ha dedicado algunas de sus mejores obras, que radiografían a personajes como el editor Gaston Gallimard, el novelista Georges Simenon, el fotógrafo Cartier-Bresson o Hergé, el creador de Tintín. La variedad que ha tratado Assouline me asombra. ¿Qué tienen en común ? "Si algo he encontrado es que los problemas de los artistas son los mismos", tercia, "toda la cultura forma una miasma que hace que los creadores, aunque la forma en que realizan su arte sea distinta, se parezcan entre sí. Son de la misma raza.

Judío nacido en Marruecos, el origen sefardí de su familia le hizo poder luchar la ciudadanía que sus antepasados perdieron en 1492. Tras casi seis años consiguió la nacionalidad prometida por el Gobierno español en 2015. "En parte, porque hice mucho ruido", explica con mirada resignada. Durante este tiempo, Assouline denunció las numerosísimas trabas burocráticas que acompañaron la consecución de la nacionalidad y que relató en Regreso a Sefarad (2019). ¿Cómo vive lo que está pasando en Gaza? "Mal", dice sin dejar terminar la pregunta. "Esta guerra es consecuencia de otra guerra, que duró un día y que pasó el 7 de octubre, 1.200 judíos muertos. E equivalente en España hubiera sido decenas de miles muertos". "Estoy muy triste por la postura del Gobierno español con el conflicto de Gaza. Yo voto a la izquierda y voté a Pedro Sánchez", cuenta. "Pero estoy muy decepcionado". También con las declaraciones de la vicepresidenta segunda Yolanda  ("Son irresponsables", señala el escritor) o con la ley de Amnistía. Todo esto lo dice ya como español de pleno derecho que muestra con orgullo su DNI. (...)

Ha hablado de Gaza y España, pero también tiene palabras para Francia. Ahora son las elecciones europeas, pero en Francia la calidad del debate político  está siendo muy pobre, y creo que habrá mucha abstención. El debate sobre Europa ha estado completamente cooptado por la Francia Insumisa, que ha centrado el debate sobre Palestina. ¿Y la política común? ¿Y la defensa europea?"..."En Francia decimos: solo son europeas, no son tan graves... veremos en las presidenciales"...

Política, literatura, deporte... ¿Y la vida? Alguna vez dijo que querría vivir en España. "Podría, me encanta. Pero para un judío, no se si ahora hay sitios seguros en Europa", termina. "De todos modos, amo Francia.  Y España. Podría vivir en otro sitio pero no dejar de escribir en francés". termina. "Para un escritor lo importante es su lengua. Y mi patria real es la lengua francesa". Vive la langue.

Jorge Morla. Madrid. El País, domingo 2 de junio de 2024.

sábado, 8 de junio de 2024

El Sena no es solo una postal

La Sena es un espejo en el que se refleja París, sus horas gloriosas y las más dramáticas. En los años recientes, los parisienses han recuperado los muelles para peatones y ciclistas, y se han embarcado en un enorme esfuerzo para limpiarlo y convertirlo en zona de baño. Este verano será el escenario de la ceremonia inaugural de los Juegos Olímpicos y de varias pruebas. La ciudad se vuelca en su río y vuelve a hacer de él lo que siempre fue: uno de sus grandes símbolos.

Hay ríos que son postales, y ningún río lo es tanto como el Sena en París. La catedral de Notre Dame, los 37 puentes, la Torre Eiffel. Los turistas y los enamorados. Las películas y los recuerdos.

Pero existe otro Sena detrás de la postal. ¿Dónde? No es mala idea sentarse un rato en uno de los muelles y observar. El agua es verde . O marrón. O más precisamente "color de plomo": así la describe el detective ficticio Nestor Burma en la novela de los cincuenta Niebla en el puente de Tolbiac. En todo caso nunca azul..  

Lo que se esconde bajo este caldo espeso es imposible de adivinar. Misterios de París. Muebles y algas. Bicicletas. Peces feos e incomestibles, o "para comer por su cuenta y riesgo", según Matéo, que pesca y hace fotos de sus trofeos antes de devolverlos al agua. "Una cloaca", resume, mientras cruza un puente en un barrio de rascacielos. Es un jubilado de 83 años, gafas Ray-Ban, traje de golf con escudo de club irlandés y anécdotas rocambolescas sobre su pasado de arquitecto, piloto de rallies y esquiador. "Mi mujer solía bañarse aquí", recuerda ya al límite de la ciudad Denis Safran, un médico que reside en una barca  al lado del Hospital Pompidou, donde trabajó. "Dejo de hacerlo porque hay peces muy grandes, siluros y cuando vio que alguien pescaba uno de 1,80 metros, lo dejó". Philippe Holvoet, patrón de otro barco -este , La Dame de Canton, café y sala de conciertos, fabricado en China en 1981 y anclado a la altura de la biblioteca François Mitterrand. una zona algo desangelada y lejos del tramo turístico-, cuenta que una vez vio un coche caer al río, afortunadamente sin nadie dentro. Otro día un cadáver quedó encallado en la embarcación.

Cerca, el puente de Tolbiac, el de la novela, sigue ahí. Un día de esta primavera, al inicio de un paseo a pie con el fotógrafo  Samuel Aranda por los 13 kilómetros del río en París, de este a oeste en dirección al mar, había bajo el puente un ramo de flores y un papel escrito a mano que decía: "Mohamed de Malí. Muerto aquí el 19 de abril de 2023. Descansa en paz. Amén". Parecía que desde las profundidades del río nos estuviese llegando una señal y que nos dijese que no nos fiásemos de las apariencias. Que buscásemos detrás de la postal.

El río, espejo de París: la ciudad en pequeño. A sus orillas todo. Los palacios del poder: la Asamblea Nacional, el Ministerio de Exteriores en el Quai de Orsay y el de Economía y Finanzas en Bercy, con una lancha siempre a punto para trasladar al ministro por vía fluvial (la misma lancha que un día de verano de 2016 un joven ministro tomó para dirigirse al palacio del Elíseo  a presentar la dimisión al presidente, y un año después era él el presidente: se llamaba Emmanuel Macron). Más palacios: los del arte y la cultura. El Louvre, el Musée d'Orsay, la Academia Francesa. Y los del poder mediático: la radio televisión pública tiene su sede a la salida de la ciudad.

El río es un pulmón económico, la autopista que atraviesa París, un desfile constante de barcazas con arena para la construcción, con automóviles, con los productos para los supermercados.

La ciudad entera cabe en el Sena, también su pobreza. Los sin techo viven en tiendas bajo los puentes. Inmigrantes que al salir el sol se marchan a trabajar  y regresan al atardecer. O esta mujer que se lava los dientes junto al río mientras pasan las barcazas de mercancías o los bateaux-mouche, los barcos turísticos. Después se mete en la tienda Quechua que alguien le regaló y seguimos conversando. Ella dentro, asomando solo la cabeza; nosotros, fuera. No quiere ser fotografiada.

Se llama Nadia, tiene 45 años, es francesa, hija de argelinos. Por malas carambolas de la vida ha acabado en la calle. Explica que eligió meterse aquí, debajo de este puente, junto al Musée d'Orsay, porque es más seguro instalar la tienda en un muelle que en una calle, donde quedas más expuesto. Lo molesto aquí son los jóvenes que hacen botellones hasta las tantas de la noche. Y los bateaux-mouche con turistas que cada dos por tres pasan por delante y hacen fotos. Y por eso Nadia,  cada vez que pasa uno  de estos barcos mientras hablamos, cierra la tienda y esconde el rostro.

- Los chinos han inventado las cámaras para fastidiarnos, no son solo para fotografiar monumentos.

Viven junto al río unos centenares de personas en la situación de Nadia, sin techo y en sus tiendas o al aire libre dentro del primer perímetro de seguridad que se establecerá en el río y sus alrededores para los Juegos Olímpicos, entre el 26 de julio y el 11 de agosto...

Marc Bassets. El País Semanal, sábado 1 de junio de 2024.