La programación refleja ese propósito. No es obvio que el Centro Dramático Nacional, principal institución pública del teatro contemporáneo en España, debute en Aviñón con un clásico ruso, La gaviota, de Chéjov, dirigido por la peruana Chela de Ferrari e interpretada por actores ciegos. Tampoco que Don Quijote hable en francés justo en la edición dedicada al español. Que el flamenco lo represente Yinka Esi Graves, bailaora de padre jamaicano y madre ghanesa. Que el uruguayo Gabriel Calderón presente en catalán su obra Historia de un jabalí.
La elección de Angélica Liddell para inaugurar el Festival de Aviñón en el año del español sí es canónica. Es una de las figuras más influyentes de la escena internacional actual, además de relevante poeta: los textos de sus espectáculos se publican como poemarios y son citados por artistas de todo cuño, incluida la mismísima Rosalía. Su estilo es único y visceral. Monólogos rabiosos, imágenes provocadoras, escenas extremas, acciones impúdicas, belleza y dolor. Es autora de sus palabras, protagonista única sobre el escenario, directora de sus montajes y diseñadora de sus escenografías. Paradigma del artista total contemporáneo. El trabajo que estrenará el 29 de junio en el Palacio de los Papas de Aviñón (en julio llegará al Festival Grec de Barcelona y en septiembre a los Teatros del Canal de Madrid) se titula Dämon. El funeral de Bergman y conforma un díptico con su anterior producción, Vudú (3318) Blixen, de casi seis horas de duración y aclamada como una de sus obras cumbre. Su último acto, donde escenifica su propio entierro y comparece ante su ataúd mientras atruenan 101 salvas de cañón, quedará como uno de los momentos teatrales más sublimes de este tiempo.
La irrupción de la dramaturgia femenina ha transformado las artes escénicas. No es que antes no hubiera mujeres haciendo teatro, pero sobre todo como intérpretes o tímidamente como directoras. Pero en la última década se ha producido una eclosión de autoras que no solo han introducido nuevas técnicas, sino también estéticas renovadoras. La madrileña Sara García Pereda, cuya obra Grrrl será objeto de una lectura dramatizada en Aviñón con autores franceses, lo explica así: "El cambio de perspectiva ha derribado la hegemonía de la escritura aristotélica"...
El principal rasgo de las artes escénicas contemporáneas es la diversidad y el mestizaje de géneros, disciplinas, lenguajes y culturas. Surgen así espectáculos híbridos que se disfrutan como poderosas experiencias estéticas. Son bellísimos los de la compañía franco-catalana Baró D'Evel, programada también en Aviñón y el Grec danza, circo, música, canto, palabra (en diversos idiomas), humanos y animales (caballos, cuervos, palomas) conviven de manera fascinante en montajes como Là o Falaise.
Un nombre refulge en el género documental, el de la argentina Lola Arias, ganadora este año del premio Ibsen. En el Festival de Aviñón presentará su nueva producción, Los días afuera, protagonizada por personas trans reales detenidas en prisiones argentinas. También se presentará por primera vez en el festival francés La Ribot con un sugerente ejercicio de memoria: Juana ficción, un proyecto de música y danza en torno a Juana I de Castilla, "reina despojada de su corona y mujer borrada de la historia". Descolonización, autoficción y clásicos también estarán representados en Aviñón con autores y actores en español.
Raquel Vidales. Babelia. El País, sábado 15 de junio de 2024.
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