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Fotograma de Pulp Fction |
Cannes maneja sus tiempos. Tras ceder en la edición pasada ante Netflix, este año ha aceptado el órdago y ha roto relaciones con el ya colosal enemigo del cine en la pantalla grande. No sé si en relación con eso la presencia de Hollywood es casi nula. El que sí vuelve, después de la famosa tarjeta roja tras sus groseras bromas sobre el nazismo el año de Melancolía, es Lars Von Trier aunque, tal vez como parte de la sanción, llega fuera de concurso, con una película de horror. Y si Hollywood no está ni se le espera a la hora de los homenajes, el festival sí se ha acordado de dos glorias del evanescente star-system: con Jane Fonda se les adelantó ya Venecia el pasado septiembre, aunque a Cannes llegue con un documental que comienza con una de las ya legendarias cintas-cassette de Richard Nixon, en el cual maldice a Jane Fonda por su presencia en Hanoï, como amiga del Vietcong mientras el agente naranja aún llovía sobre Indochina. Un filme que profundiza en su dolorosa relación de afecto paterno no bien encauzado con aquel esquinado enigma llamado Henry Fonda y en cómo ese trauma afectó a su vida emocional y artística. El segundo homenaje especial no es tanto para John Travolta y su nada irrelevante carrera sino para brindar las celebraciones de los 40 años de Grease, que se proyectará dentro de Cannes Classics. Y no se olvide que a Travolta pertenece una libra del corazón de la Palma de Oro que se llevó hace casi un cuarto de siglo Pulp Fiction ...
José Luis Losa. La Voz de Galicia, viernes 4 de mayo de 2018
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