sábado, 19 de mayo de 2018

La ciudad de Cézanne, 2

Fundación Vasarely
La plaza des Cardeurs esconde entre sillas y mesas una estupenda fuente del artista local Jean Amado. Siguiendo la Rue Saporta llegamos a la plaza de l' Archevêché, otro irresistible modelo de consonancia estética entre arquitectura (palacio construido entre 1650 y 1730) y naturaleza (qué bien dispuestos los plátanos). Es el camino que conduce al atelier de Paul Cézanne. Una visita clásica. Cézanne nació en Aix-en-Provence en 1839 y murió también aquí en 1906. Asomados a las ventanas del estudio del pintor, con la ciudad y sus afueras iluminadas por la claridad, cobra sentido una de sus sentencias más célebres: "Me puse muy contento cuando descubrí que la luz solar no puede reproducirse, sino que tenía que ser representada por otra cosa...el color".
 Una opción impactante es la visita a la Fundación Vasarely, en el barrio de Jas Bouffan. Solo la panorámica del edificio da una idea de lo que nos espera dentro. Cinco celdas hexagonales concebidas por el propio artista franco-húngaro (1906-1997), impulsor del arte óptico. Para más arte conviene tener en cuenta dos obras contemporáneas en la avenida Mozart: el Muro Vegetal (2008), del biólogo y botánico Patrick Blanc, y el Muro de Agua (2014), del diseñador Christian Ghion. 
La ausencia de vanidad está también presente en el barrio de Mazarin. En el cruce entre la Rue Cardinal  y la Rue 4 Septembre se encuentra la plaza y la fuente des Quatre Dauphins. Estos entrañables cetáceos de mármol armonizan con unas calles ajenas al tumulto que exhiben sin ostentación palacetes (algunos, como el Hôtel d'Olivary, también de Vallon). Más allá del Museo Granet, que expone obras de Rembrandt, Ingres o Cézanne, se halla la oculta plaza d'Arménie, donde la simpática Brasserie Solférino siempre tiene libre una mesa. En frente, la librería Les heures Lentes tiene todo lo que necesita el viajero que pretenda convertirse en un monsieur bonhomme y seguir las enseñanzas que dejó M,F.K. Fisher en su libro Two towns in Provence, esa obra maestra en la que la ciudad se convierte en un mapa propio. 
Use Lahoz. El Viajero. El País, viernes 11- 05 - 18

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