jueves, 3 de mayo de 2018

Los últimos libertinos

Benedetta Craveri
Es una de las máximas especialistas mundiales en el siglo XVIII francés, Benedetta Craveri (Roma, 1942), nieta del gran filósofo italiano Benedetto Croce, es autora de libros como Amantes y reinas o La cultura de la conversación. El sello Siruela publica Los últimos libertinos, un libro escrito con sus habituales maestría narrativa y rigor histórico, y en el cuenta la vida de siete aristócratas franceses, poniéndolos en el contexto histórico y social de su tiempo.
- ¿Quienes eran esos siete libertinos y por qué los eligió?
 -"He evitado a los personajes más famosos. Los elegí porque tienen mucho en común, los siete escribieron mucho, la sociedad de su tiempo los percibía como personajes emblemáticos, pertenecían a la alta nobleza, desempeñaron cargos importantes y eran amigos. Eran libertinos en el sentido de librepensadores, educados en el espíritu de las Luces, discípulos de Montesquieu, Diderot y la Enciclopedia, todos podrían haber inspirado el Don Juan de Mozart. Son seductores de mujeres y coleccionistas de amores, maestros del arte de la seducción y del placer, guapos, brillantes, refinados, cultos, aventureros, individualistas y ambiciosos, quieren elegir su propio destino  y hacer carrera no solo por el favor real sino también por sus méritos". 
-¿Necesitamos hoy personas como aquellos libertinos del XVIII?
-"Sí, necesitamos personas que sean intelectualmente independientes, cultos, con fuertes valores democráticos y capaces de cambiar la imagen vulgar que se tiene hoy del libertinaje por el arte de la seducción".
-¿Que paralelismos hay entre aquella época del final del Antiguo Régimen  y la actual? 
-"Los personajes del libro afrontan problemas que siguen siendo actuales. Estaban convencidos de que el viejo sistema de la monarquía era arcaico y no respondía a las necesidades de la sociedad moderna. Miran a Inglaterra como ejemplo de monarquía representativa y luchan por el triunfo de las ideas liberales de 1789, pero después la revolución seguirá su curso y tendrá consecuencias dramáticas para ellos. La multitud aparece sin que nadie lo esperara y la revolución ya no se plantea reformar la sociedad, sino construir otra radicalmente nueva, con los riesgos que plantea. Ahora los populismos de EEUU, Italia o España plantean este interrogante: se cambia todo, ¿y después? Estamos preocupados porque vivimos tiempos de gran incertidumbre, somos conscientes de estar al final de una gran civilización.  Puede que vayamos hacia algo mejor, aunque yo no lo creo. Los libertinos del libro también tenían esa esperanza. Me preocupa el declive de la sociedad humanista, que enseñaba a los individuos  a comprender, juzgar y elegir. Estoy orgullosa de que mi país haya acogido a todas esas oleadas de gente desesperada que huyen de la miseria, la guerra y la muerte. Pero pienso como italiana y occidental, que no todos los credos y los valores son iguales, no podemos abdicar de las conquistas de la sociedad democrática. Tolerancia sí, pero no igualar todas las creencias, debemos defender nuestros valores...
Enrique Clemente. La Voz de Galicia, jueves 19 de abril de 2018

No hay comentarios:

Publicar un comentario