domingo, 20 de mayo de 2018

Enemigos íntimos

El presidente Emmanuel Macron, en su discurso sobre la lengua francesa.
REUTERS
Los gobiernos de Macron y de Rajoy diseñan nuevas estrategias para conseguir que sus lenguas se consoliden en el mundo. El éxito del español dependerá dependerá de que se haga fuerte en Estados Unidos; el del francés, en cambio, consistirá en sobrevivir como idioma de prestigio en África, donde el inglés (e incluso el mandarín) ya le discuten su prevalencia. El presidente de la República, Emmanuel Macron, ha anunciado un gran plan nacional dedicado a relanzar el idioma como lengua global. Para su discurso, Macron sacó la prosa de los días importantes, llamó a los profesores del idioma a ser militantes del francés y se comprometió a poner todo el orgullo adicional en la tarea.  
Hay quien duda de sus palabras. El plan de Macron por el francés aún no tiene ni contenido ni presupuesto. Al contrario el nuevo presidente prescindió del Ministerio de la Francofonía. Pero eso no significa que su proyecto carezca de lógica y de necesidad. "La gran baza del francés para seguir siendo un idioma internacional es África. África es el único continente en el que la población seguirá creciendo en el siglo XXI. Ni en América latina ni en Asia crecerá, ni mucho menos en Europa ni en América del Norte", explica el economista José Luis García Delgado, director del Atlas Económico del Idioma Español que editó el Instituto Cervantes. Lo malo es que la posición de la lengua en África es problemática. Cualquiera que haya pasado tres días en Dakar se habrá dado cuenta de que el francés es en el África subsahariana un idioma que se lee, que está en los carteles y en los menús de los restaurantes, pero que apenas se escucha por la calle. Los taxistas y los camareros saludan "Comment ça va?"a los europeos, en una versión un poco rudimentaria del idioma; sin embargo entre ellos hablan en lenguas africanas. Algo parecido pasa en los países árabes: el uso del antiguo idioma colonial es más refinado pero, a cambio no hace falta una lengua franca porque el árabe ya cumple esa función. Nada que ver con lo que ocurre en América latina con el español.
La comparación del francés con el español es inevitable. Las dos lenguas compiten por ser el segundo idioma global del mundo por detrás del inglés. La prueba es que en el mismo mes (abril) en que Macron llamó a defender su idioma, el Gobierno de España presentó un programa muy parecido dedicado a promover el idioma en el extranjero. ¿Compiten realmente el francés y el español en el gran mercado de la educación? Y si así es, ¿que ventaja tiene cada lengua? Algunas respuestas están en Pittsburgh, en Estados Unidos, la ciudad en la que tiene sede Duolingo, la aplicación de móvil con más éxito entre las ofrecen cursos de idiomas. Por ejemplo, ¿en cuántos países del mundo es el curso de español el más demandado? En 32. ¿Y el francés? En 36. ¿Y en cuantos países aparece el español en segunda posición? En 57. El francés es plata  en segunda posición. ..
Para Francia, el reto ya no es conquistar mercados sino no perderlos. En países como Líbano o Ruanda, su antiguo estatus de idioma de prestigio ahora está discutido por el inglés. Y en toda África, las inversiones chinas llegan sin que sus gestores sepan una sola palabra de francés. ¿Acabaremos aprendiendo mandarín?
Luis Alemany. Papel. El Mundo, martes 24 de abril de 2018

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