Las actrices Marion Cotillard y Charlotte Gainsbourg |
Los ecos a Hitchcock y su soberbia Vértigo (1958) son notables -aunque se queden en la mera superficie- y están personificados por esa esposa que regresa de entre los muertos, una Marion Cotillard como amor de juventud que lleva décadas desaparecida y parece volver a reclamar su posición cuando una nueva mujer ha ocupado su lugar. la contraposición entre los dos tipos de mujer (la pasión, el amor loco y el misterio, frente al amor tranquilo, la estabilidad y la comprensión), y el triángulo que ello conlleva, es en parte el eje de la crisis emocional -y creativa- del director, mientras este ejercicio de cine dentro del cine aboga por la colisión y la fusión entre ficción y realidad (película/vida, recuerdos ficcionados/realidad) de unos personajes incapacitados para la felicidad, encarnados por un puñado de buenos actores que parecen un tanto perdidos en el propio devenir de la trama.
Sabela Pillado. La Voz de Galicia, lunes 3 de diciembre de 2018
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